Reacciones impulsivas al terminar una relación amorosa y porqué evitarlas

En una ocasión realicé un focus group con 100 mujeres que vivieron una ruptura amorosa y conversamos sobre varios temas.

Uno de ellos era identificar, según sus experiencias, cuales son los peores efectos de vivir una separación.

Sin embargo, la mayoría de esos efectos venían acompañados de reacciones impulsivas que traían consigo sentimientos de frustración, culpa y arrepentimientos.

Y de eso es precisamente de lo que hablaré contigo el día de hoy.

Por qué evitar las reacciones impulsivas al vivir una ruptura amorosa

La impulsividad es un rasgo de personalidad caracterizado por rápidas reacciones cargadas de fuerza y energía. Hasta este momento podemos pensar que este es, en realidad, un rasgo positivo de personalidad.

Por ejemplo, ante situaciones de inseguridad o miedo, una reacción impulsiva puede resultar en una rápida reacción para esconderse, protegerse o buscar ayuda.

Y, si analizas detalladamente tu comportamiento a lo largo del día, verás que, tanto en tu caso como en el de las personas que te rodean, las reacciones impulsivas son parte de la cotidianidad de la vida.

Sin embargo, la impulsividad es también un detonante de reacciones negativas las cuales están comúnmente asociadas a situaciones de estrés emocional. La persona percibe que su necesidad será insatisfecha, que su valoración decaerá y que su rutina será afectada, entre otras emociones.

Recuerdo cuando yo conversaba con este grupo de mujeres y hablamos de aquellas reacciones impulsivas de las cuales se arrepentían. Muchas de ellas decían que no se pueden imaginar a sí mismas volviendo a gritar, llorar, golpear, suplicar, etc. de la manera como en aquel momento lo habían hecho.

Es decir, ellas, en principio estaban en desacuerdo con una reacción de tal naturaleza y sin embargo la habían protagonizado.

Comportamientos como estos son reacciones impulsivas disfuncionales como consecuencia de una falta de autocontrol ante una situación específica. Cabe recalcar que no necesariamente son reacciones frecuentes.

Otras mujeres expresaban que sus reacciones son claramente justificadas porque buscaban una respuesta por parte de la ex pareja. En estos casos, sus reacciones fueron poco reflexivas y subjetivas ya que comprendían que esos impulsos no llevarían a sus ex parejas a responder de la forma como ellas deseaban.

Sin embargo, continúan justificando aquella impulsividad con las emociones que sintieron en ese momento.

Qué reacciones impulsivas evitar al momento de una ruptura amorosa

Muchas rupturas amorosas ocurren de forma amigable, o por lo menos respetuosamente. En estas separaciones existe el mutuo acuerdo de que la relación acaba para beneficio de ambas personas, pero incluso así, los niveles de estrés son superiores al estado normal de los involucrados

Muchas otras relaciones acaban en encuentros sumamente tensos y dramáticos. En estos casos, uno, o todos los involucrados en la relación, se niega a aceptar los términos o motivos de la separación. Lo cual por supuesto, desemboca en una situación de muchísimo mayor estrés, pérdida de autocontrol y perspectiva.

Reacciones violentas

Cabe recalcar que en este aspecto me refiero a aquellos comportamientos transitorios de violencia y no a estados violentos permanentes de la persona. Es decir, me refiero a casos en los que aquellos comportamientos son fuera de lo usual, sin planificación o conciencia de las consecuencias.

Como parte de las reacciones violentas que destaco, por nivel de frecuencia, las siguientes:

  • Gritos
  • Golpes en objetos (mesas, paredes, almohadas)
  • Insultos
  • Daño a bienes materiales del otro

Pero ¿qué consecuencias positivas tienen impulsos como estos en la relación que termina?

Ninguno.

Estos impulsos no traen efectos positivos en la relación. Por el contrario, cada una de estas reacciones trae consigo daños emocionales, el potencial desarrollo de hábitos destructivos e incluso, en algunos casos, problemas legales.

Si llegas a estar en una situación así, evita que la frustración se apodere de ti y canaliza toda esa energía hacia la situación de separación y no hacia la otra persona.

Reclamos pasados

Es muy común que mantengamos en nuestra memoria cada detalle de los fallos que cometió la pareja o ex pareja. Es como si una parte importante de la mente no quisiera disfrutar de todos los aspectos positivos de la vida, sino concentrarse en aquello que en algún momento causó malestar, dolor o estrés.

Pero, ¿por qué tantas personas se despiden de sus parejas exponiendo un gran listado de reclamos?

En realidad, este impulso no suele buscar la presentación de cuentas finales para determinar un culpable, sino que demuestra la búsqueda de una respuesta. Ningún reclamo viene sin la afirmación de que el otro sí hizo algo bien, por lo tanto, se busca reconocimiento y expone inconformidad con los motivos por los cuales la relación termina:

  • «A ti nunca te faltó nada porque yo …»
  • «Dediqué mi vida a ti y esto (la separación) es lo que tú me das»
  • «Yo te perdoné (x, y, z) y mira cómo me pagas»

Entonces, ¿por qué evitar los reclamos pasados?

Primero porque ningún reclamo hará que la relación continúe, ni despertará el efecto de arrepentimiento o interés por parte del otro. Segundo, porque aquellos reclamos lastiman más a quien lo dice que a quien lo recibe. Y tercero, porque el momento de hablar o solucionar aquellas diferencias quedó en el pasado.

Ante la tentación de hacer reclamos, detente, respira y reflexiona sobre el resultado que tú esperas obtener con ello. Una pausa de breves segundos te dará perspectiva de la situación y te ayudará a manejar positivamente la ruptura amorosa que estás viviendo.

Amenazas

Finalmente, otra común reacción impulsiva en el momento de vivir una ruptura amorosa es la utilización de amenazas, las cuales también pueden llegar a ser consideradas como uso de violencia. Estas situaciones son posibles únicamente cuando la otra persona tiene ‘algo’ que perder como, por ejemplo:

  • «no te dejaré ver a los niños»
  • «te quedarás sin casa»
  • «contaré que hiciste …»

Sin embargo, la amenaza en ningún momento genera un resultado positivo, mucho menos al momento de una separación.

Si es que la pareja tiene asuntos por los cuales están obligados a mantenerse en contacto en el futuro, mientras mejor sean los términos de la separación, más fácil será superar la ruptura amorosa.

Ten en cuenta que mantener el contacto con la ex pareja no significa que no tengas el derecho de continuar con tu vida, o que el resto de tu futuro vaya a estar bajo la sombra de la relación que mantuviste con tu ex.

El mayor inconveniente a largo plazo de las amenazas es que genera desconfianza y el inicio de una guerra de poderes que, en lugar de ayudarte a superar la separación, te mantendrá atado en un juego de demostraciones en el que pienso que no querrás perder tiempo o energías.

En conclusión

Es completamente comprensible que los altos niveles de estrés, nerviosismo y malestar general provocados por una ruptura amorosa provoquen reacciones impulsivas.

Sin embargo, el instante de una separación muy pocas veces ocurre sorpresivamente. Por lo tanto, existe la opción de esperar unos segundos antes de reaccionar y dar la posibilidad al cerebro de procesar los acontecimientos.

Sin embargo, si es que fuese el caso en el que la impulsividad te gana, es importante que comprendas que aquella reacción NO te define como persona, sino que fue una consecuencia de una situación que provocaba inseguridad personal, sentimientos de injusticia, desestabilidad, etc.

Tú eres mucho más que la ruptura amorosa que viviste.

Mariela Sanchez
Coach certificada especializada en Mindset y Empoderamiento Femenino.