Toda relación empieza con una estructura cargada de ilusiones e implica un enorme conjunto de sueños que se van configurando en un proyecto de vida.
A partir de ese momento, ambos miembros de una relación desarrollan un plan de vida que se fortalece con actitudes positivas que consolidan el vínculo, siendo éstas las que progresivamente van a dar sustento y cuerpo a la relación.
Pero de la misma manera, las actitudes negativas configuran una historia de pareja compleja, a veces convulsa, que modifica todo el cuerpo emocional y motivacional para estar juntos.
Las actitudes negativas estructuran el desamor, que vuelve a poner a las personas frente a la soledad, puesto que hacen del amor una experiencia incompatible con la estabilidad afectiva. En ese momento existirá un proceso de duelo que va implicar un conjunto enorme de pensamientos, emociones y acciones, asociadas al dolor de la pérdida de una relación.
Es normal esperar que haya una etapa difícil posterior a una ruptura, porque los hechos van más allá de dejar de estar al lado de una persona. Las etapas del desamor constituyen todo un proceso que hay que superar.
Este duelo romántico tiene múltiples aristas, que implica afectaciones a nivel social, moral, espiritual, económico, dependiendo del estilo y forma que haya tenido la relación.
Lo cierto es que hay una etapa de dolor progresivo, que implica una desorganización emocional importante, a veces necesaria, pero que dependiendo de cómo se maneje puede llegar a ser muy compleja, y tener consecuencias emocionales significativas que pueden afectar a las personas a múltiples niveles tales como:
- Tendencia al aislamiento social, en el tanto han perdido la motivación para entrar en interrelación con otras personas.
- Desarrollo de un factor nostálgico depresivo, que podría llegar a implicar tratamiento médico psicológico.
- Irritabilidad, tensión, estrés, apatía. La aceptación e integración del duelo podría implicar un proceso de resistencia emocional y cognitiva, que evite hacer una adecuada reelaboración de los hechos.
- Una ruptura puede implicar exacerbar un conjunto de conductas y estructuras emocionales de resistencia al cambio, matizados por procesos de dependencia afectiva, alteraciones en el ciclo de sueño, la alimentación y la actividad social.
Esto sólo por mencionar algunas áreas que de una u otra forma, se ven alteradas ante el duelo psicoafectivo por pérdida de una relación de pareja, ahora ¿cómo enfrentar y elaborar dicho proceso?
1. Haz una valoración objetiva de la situación
Con bastante frecuencia, las personas que atraviesan un duelo complicado, por el hecho de haber perdido su pareja, suelen desarrollar una estructura de pensamiento poco ajustada a la realidad, que les impide comprender las causas objetivas por las que dicho duelo está presente.
Todo esto les lleva a ser ilusos y a entrar en negación. Desde esta perspectiva el duelo se agravará, ya que no se puede comprender el porqué de la ruptura debido a la sobreidealización de la pareja sin considerar el grado de funcionalidad de la relación.
Un análisis, objetivo permite ubicar la ruptura en un conjunto importante de hechos, situaciones y actitudes, que podrían explicar el porqué de la ruptura.
Un análisis objetivo permite valorar la conveniencia o inconveniencia de seguir o no en esta relación, lo que podría permitir una reelaboración más pronta y por supuesto más sana a nivel emocional.
2. Determinar el grado de afectación de dicho proceso
Si una persona a partir de la ruptura empieza a experimentar alteraciones significativas:
- En su conducta social.
- Alteraciones tales como, insomnio o alteraciones en el ciclo de sueño, problemas de la ingesta.
- Pérdida del interés en las actividades cotidianas.
- Desmotivación progresiva.
- Tendencia al aislamiento.
- Variaciones emocionales que lo hacen disfuncional en diferentes ambientes sociales.
Todo esto, podría ser indicador de un factor depresivo de consideración que debe ser analizado y valorado para implementar una terapia de intervención a dos niveles el médico y el psicológico. De esta manera será posible realizar un buen diagnóstico, con el objetivo de abordar correctamente la estructura de dolor emocional que está presente.
3. Asimilar la ruptura como un proceso de cierre
Uno de los elementos que suele complicar la resolución de un proceso de duelo a partir del desamor, es evitar y evadir el cierre como un proceso radical.
Hay personas que se permiten una comunicación continua y constante con su expareja.
El duelo se agrava, cuando en lugar de hacer un cierre la persona que esta en duelo:
- Mantiene una interrelación en redes sociales.
- Propicia comunicarse con frecuencia.
- Ocasionalmente suelen verse.
Incluso algunos llegan a tener actividad sexual con su expareja, lo que impide que se dé una estructura de cierre y perpetúa factores emocionales que permiten sostener una creencia irracional, “algo nos conecta”, de ahí se cree en la posibilidad de regresar.
Esto crea severas complicaciones emocionales, en el tanto entramos en un juego de expectativas y desamor, con una intimidad frustrada, que afecta de forma importante la estabilidad emocional.
Te recomiendo este otro artículo: https://rafaelramoscr.com/pareja/actitudes-agotan-paciencia-danan-el-amor/.
4. Análisis objetivo de la perdida
Hay personas que pasan por el desamor, hacen un proceso de análisis desde la perdida, sin medir lo qué realmente ha implicado esta pérdida.
De pronto una persona se siente sin pareja, y a partir de ahí siente que el mundo se paraliza, perdió a su compañero de vida, y de pronto se siente atado a la soledad:
- Incapaz de poder tomar decisiones.
- Incapaz de modificar su agenda o su rutina.
- Incapaz de socializar, porque giraba en torno a su pareja.
- Siente que su vida está fuera de control.
- Algunos llegan a creer que su punto de equilibrio es estar con la otra persona.
Este análisis postruptura es una distorsión de la realidad, si somos objetivos y analizamos la relación como tal, podríamos darnos cuenta que, quizá en esta relación de pareja, ya estaban disminuidas;
- Las expresiones de afecto.
- La comunicación era compleja.
- La relación era problemática de manera constante y frecuente.
- La disfuncionalidad estaba presente a muchos niveles.
Todo esto generaba múltiples procesos de frustración, pero desde la mala comprensión de la ruptura se puede añorar una relación que era mala, una relación profundamente disfuncional, pero que, ante el dolor sentimos como una gran pérdida.
5. Ubicación situacional
Es de vital importancia ante un proceso de ruptura, caer en la cuenta de qué está pasando en realidad.
La persona nuevamente está sola, sin pareja, no se acabó la vida, este es un momento para analizar qué se quiere de la vida, qué se va a hacer con la vida y desde ahí determinar qué acciones individuales pueden contribuir a su sano desarrollo emocional.
Por tanto, una persona está en la obligación de retomar sus actividades sociales, abrir espacios que le permitan permanecer activo y generar estructuras de socialización que progresivamente vayan desplazando el dolor por una sensación de autocontrol.
La persona en un duelo por desamor, debe darle importancia a retomar estudios, cursos, lecturas, trabajar en recuperar viejas amistades, retomar actividades que eran de su gusto y preferencia personal antes de que estuviera en esta relación de pareja.
Toda persona debe ubicarse en el hecho de que está sin pareja, que esta soledad es una oportunidad de crecimiento, en el tanto se permite una mente abierta para hacer una elaboración sana, positiva y constructiva de la ruptura, esto por supuesto, no va a evitar que el dolor se sienta o que la soledad a veces no sea angustiante, pero poco a poco convierte a esta persona en protagonista de los eventos de su vida.
6. Evitar los vínculos afectivos impulsivos
Ante un proceso de duelo por ruptura, con alguna frecuencia, y ante el mal manejo de la soledad y la recuperación de la individualidad, algunas personas podrían permitirse un acercamiento a alguien, que les resulte agradable, comprensivo, simpático, lo que podría en alguna medida crear expectativas afectivas.
Esto los podría llevar a considerar la posibilidad de entrar nuevamente en una relación, a este proceso hay que tenerle mucho cuidado, porque entonces, efectivamente no hay una sana elaboración del duelo, sino que hay una fuerte necesidad de apegarse a alguien para evitar el duelo.
Esto podría implicar una mala vinculación, en el tanto es una decisión impulsiva, realizada, quizá, desde la aprehensión y la frustración, que podría crear un vínculo frágil, fluctuante, cambiante, que a la base tiene una fuerte carta de inseguridad interna.
Es sencillo, esta nueva relación, se creó desde la necesidad, es importantísimo que las personas se permitan un periodo de soledad, en el que primero se aboquen a la reorganización de su individualidad, antes de permitirse el establecimiento de una relación, que podría estar matizada por la dependencia emocional, en caso de no sanar primero su duelo.
7. Valorar los beneficios de la nueva soltería
Un elemento vital en la elaboración de un proceso de duelo por desamor, es visualizar esta etapa como un proceso de cambio y de transformación a muchos niveles, siendo de vital importancia que la persona:
- En primer orden se permita revisar su concepto de amor.
- Que analice a fondo la forma de ser y estar en una relación.
- Definir hábitos y actitudes que pueden contribuir a una modificación de conductas incompatibles con procesos afectivos sanos.
- Elaborar un proyecto de vida que permita riqueza individual de forma tal de que no se necesite estar con alguien para poder asumir la vida.
Una sana elaboración del duelo, implica trabajar fuertemente por reconceptualizar gustos, intereses, actividades, de manera tal que, desde lo individual, una persona se sienta empoderada y segura de sí misma, para luego abrirse al amor, desde una perspectiva de realización personal y no de necesidad de compañía.
8. Rituales de cierre
Una persona en proceso de duelo tiene que permitirse en las primeras etapas, una vez entendida la ruptura, integrado el proceso, se terminó la relación, y una vez que haya retomado su individualidad y elaborado un plan personal de desarrollo, hacer un buen análisis de aquellos elementos que no pueden mantenerle atrapado o atrapada en una nostalgia que alberga algún nivel de añoranza y expectativas.
Hacer rituales de cierre, tales como tomar distancia de personas que le mantengan estancada en un círculo social, que todo le recuerda a su ex, eliminar o bloquear de sus redes sociales todas aquellas personas, recuerdos que la conecten con su expareja.
Sacar de su vida aquellos objetos que de pronto puedan conectarnos con el dolor, modificar patrones de conducta asociados a la expareja e incluso cambiar o modificar ambientes sociales.
Todo esto orientado a desarrollar un estilo de vida independiente, con nuevos gustos y preferencias individuales ,adquiridos a partir de la comprensión de la ruptura, es fundamental para una sana reposición.
9. Evitar hablar de la expareja
Es comprensible que, en las primeras etapas, a nivel personal, en el entorno social, el tema de la expareja forme parte de la agenda de conversaciones.
Hay una etapa en la que se habla de forma constante del cómo fue la relación y todo lo que pasó en torno a la ruptura, este es un tema central, importante que en alguna medida ayuda a hacer catarsis, comprender y elaborar el duelo.
No obstante, tiene que llegar un momento en el que hay que sacar de nuestra agenda verbal el tema, porque esto simplemente nos perpetúa en una serie de hechos que, al estar hoy, sin esa persona, dejan de tener sentido.
Se debe tomar la lección, sacar el aprendizaje, pero no podemos estarle brindando un tributo constante a nuestra expareja de forma permanente.
Tiene que llegar una etapa en la que simplemente se deja de hablar y los contenidos verbales tienen que estar asociados a todas las oportunidades de desarrollo que una persona se está dando a partir de la ruptura.
La constante verbalización puede implicar un estancamiento emocional, que retrasa, estanca o eventualmente, puede crear un duelo muy complejo de difícil elaboración, si la persona no se permite dejar todo atrás de una buena vez.
10. El desamor es real, hay que comprenderlo
En alguna medida hay personas que, frente al dolor, se preguntan ¿por qué me pasó esto a mí? ¿qué fue lo que sucedió? ¿en qué momento mi vida cambió?
Creo que frente a estas preguntas, hay que entender los grados de responsabilidad objetiva que cada uno ha tenido en este proceso, de pronto esto llegó a tu vida, por tu forma de ser o por la forma de ser de tu expareja, o porque juntos desarrollaron una muy mala estructura en la relación.
Lo cierto es que hay que tomar el aprendizaje, darse cuenta de las cosas que se pueden modificar para evitar que esto vuelva a pasar, pero también el desamor es parte de la vida.
Las personas cambian, las circunstancias cambian, las decisiones se modifican, las motivaciones para tener una relación también cambian.
Hay que comprender que, ante esta realidad, tenemos la obligación de modificar nuestra historia, sin pensar que hay un karma oscuro, o que el mundo está en nuestra contra, o que el universo nos construyó un destino fatal.
En el amor suma lo que hacemos y lo que dejamos de hacer, si el desamor toca a nuestra puerta, toca aprender para resolver.
Espero que este artículo de reflexión, entorno a la elaboración del duelo, pueda ayudarte a comprender una serie de pasos ordenados, para salir de una etapa complicada.
Todo ser humano tiene la capacidad de organizar y de modificar sus estructuras afectivas, toda vez que se lo permita, es cierto a veces duele, es muy complicado, pero como diría Joaquín Sabina “lo malo de morirse de amor es que uno no se muere”.