Una noticia inesperada como el ser diagnosticado de cáncer tiene un impacto emocional enorme en la persona que lo padece. Desde el primer momento en el que se entera de su diagnóstico suelen aparecer una serie de emociones y sentimientos muy intensos como angustia, miedo, rabia, culpa, desesperanza, etc.
A partir de ese momento, la persona tiene que atravesar por una serie de cambios y situaciones difíciles en su vida como por ejemplo, el hecho de comenzar a experimentar cambios en su imagen corporal, una modificación a veces drástica en la rutina diaria (roles familares, trabajo, etc), el decidir si comenzar o no un tratamiento y en caso de hacerlo, experimentar los efectos secundarios que trae consigo, así como los de la propia enfermedad (dolor, cansancio extremo, nauseas, etc.) Entre otro tipo de difcultades que aparezcan o no según el caso individual de la persona y el tipo de cáncer que padezca.
Debido a todo este tipo de dificultades por las que suele atravesar un paciente de cáncer, es normal que con frecuencia puedan presentarse ciertas alteraciones en su estado psicológico y emocional. De hecho, se ha encontrado que el cáncer está asociado con un alto porcentaje de problemas de salud mental como la depresión mayor, la ansiedad, así como otros trastornos emocionales.
Por estas razones se vuelve sumamente recomendable e incluso necesario que las personas enfermas de cáncer, reciban una adecuada ayuda psicológica y adquieran las herramientas necesarias de la mano de la psicooncología para aprender a llevar de una mejor manera el proceso tan difícil por el que están atravesando.
¿Qué es el mindfulness?
El Mindfulness o conciencia plena, es un tipo de meditación cuyo origen tiene sus raíces en el budismo hace más de 2,500 años y que se hizo popular en occidente hasta el siglo XXI por John Kabat Zinn. Este tipo de meditación implica tomar consciencia del momento presente sin juzgarlo, con amabilidad, curiosidad, apertura y aceptación.
Cada vez son más las intervenciones que están basadas en el mindfulness debido a los buenos resultados que han tenido para tratar problemas físicos, psicológicos e incluso han logrado en los últimos años incrementar el bienestar en general de las personas.
Existen muchas maneras de practicar el mindfulness, de hecho podemos hacerlo estando solos ya sea de manera formal (mantener un estado mindfulness en ausencia de otras tareas) e informal (realizando alguna actividad como comer, ducharse, etc.)
Las intervenciones basadas en mindfulness de las que hablamos y de las que se han hecho estudios para comprobar el nivel de eficiencia en el tratamiento de enfermedades como el cáncer son las siguientes:
- Reducción de Estrés Basada en Mindfulness (MBSR)
- Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness (MBCT)
¿Cómo puede ayudar el mindfulness a los pacientes de cáncer?
La práctica de Mindfulness puede aportar muchos beneficios a nivel psicológico y emocional a las personas enfermas de cáncer, así como reducir varios síntomas principales de la depresión, la ansiedad, entre otros. Cuando practicamos mindfulness de manera continua, comenzamos a desarrollar una serie de capacidades que nos ayudan a sentirnos mejor con nosotros mismos y con los demás.
Entre los principales beneficios que aporta la práctica de mindfulness para las personas enfermas de cáncer se encuentran los siguientes:
Reevaluación positiva
Aumento en la capacidad para reeconstruir y mejorar la percepción que se tiene de los sucesos estresantes. Por lo que podría ser de gran ayuda para que puedan hacer frente a las situaciones difíciles por las que atraviesan como mantener una mejor actitud hacia el tratamiento que están recibiendo, disminuir el sentimiento de tristeza y desesperanza, etc.
Regulación emocional
Debido a que ayuda a mantener la atención en el momento presente, disminuye la preocupación por el futuro (miedo a morir, incertidumbre, preocupación por asuntos que tiene pendientes, etc.) que es bastante común en las personas con cáncer o el agobio que pueden estar experimentando por estar recordando el pasado.
Esto provoca que disminuyan considerablemente los pensamientos negativos con los que suelen estar lidiando día con día.
Actitud de aceptación
Favorece a que las personas con cáncer puedan desarrollar una actitud de mayor aceptación de la enfermedad y una mejor convivencia con los sentimientos y emociones que experimentan. Hay que tomar en cuenta que mientras exista rechazo y falta de aceptación, aparece más la tristeza y la frustración.
Existen ejercicios de mindfulness que están enfocados especialmente a prestar atención al cuerpo, los cuales favorecen a que la persona que padece cáncer tenga una actitud más amigable con su propio cuerpo ya que en ocasiones se pueden llegar a experimentar emociones negativas hacia él, sintiendo como si éste los hubiera tracionado.
Sentimientos de afecto hacia uno mismo
Favorece a que se desarrolle una actitud de autocompasión hacia uno mismo. Esto quiere decir que la persona es capaz de mostrarse más abierta hacia su propia sufrimiento, sintiendo amabilidad y amor hacia ella misma, por lo que también es capaz de aceptar sus limitaciones.
Conclusión
Como conclusión podemos decir que sin duda las intervenciones basadas en Mindfulness pueden resultar favorables para reducir los síntomas psicológicos y emocionales de los pacientes de cáncer.
A pesar de que hasta el momento no se ha demostrado que este tipo de intervenciones puedan ayudar a mejorar su salud física, de alguna manera, al aumentar el bienestar emocional favorece a que la persona pueda tener la oportunidad de aumentar su calidad de vida y vivir la enfermedad lo mejor posible.
Referencia bibliografica:
Soler, J. S., Hervás, G. H., & Cebolla, A. C. (2016b, 1 noviembre). Intervenciones psicológicas basadas en mindfulness y sus beneficios. Recuperado 15 abril, 2019, de https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1130527416300391