Tu zona de confort es el espacio en el que te mueves cada día. La zona de confort se define como el conjunto de creencias y acciones a las que estamos acostumbrados y que nos resultan cómodas. Se trata de un espacio que puede ser tanto físico como mental.
Como su propio nombre indica, es un espacio confortable. En él te sientes cómodo y seguro. Tu zona de confort es un trabajo en el que llevas varios años y apenas hay lugar para las sorpresas o los imprevistos. Tu zona de confort es ver la misma clase de películas y escuchar el mismo estilo de música. Tu zona de confort es comprar en el mismo supermercado y cocinar los mismo platos.
Tu zona de confort es una relación que ya no te llena. Tu zona de confort es coger el mismo camino para volver a casa. Tu zona de confort es hacer siempre lo mismo el día de tu cumpleaños. Tu zona de confort es cenar en el mismo sitio en Nochevieja cada año. Tu zona de confort es salir con los mismos amigos por los mismos bares. Tu zona de confort es practicar siempre el mismo deporte. Tu zona de confort es despertarte siempre a la misma hora.
No existe nada negativo en el hecho de disfrutar de tu zona de confort. Toda tu vida has estado trabajando y luchando para crear ese espacio tan cómodo que te rodea en estos momentos. La zona de confort de cada uno de nosotros se va desarrollando de forma paralela a nuestro desarrollo como personas que ocupamos un puesto dentro de la sociedad.
Durante la infancia y la juventud la vida se convierte en una sucesión de acontecimientos que irán delimitando las bases de lo que en el futuro será tu zona de confort: acabar el colegio, acabar el instituto, tu primera cita, tu primera carrera, tu primera entrevista de trabajo, tu primera novia, tu primera casa, tu primer hijo, etc.
Sin embargo con el paso de los años el número de acontecimientos en nuestra vida va decreciendo en comparación con nuestra infancia y juventud. Quizá por esa razón sea la época de la que más recuerdos conservamos. En mi caso, con la llegada de la estabilidad cada año se ha convertido en una copia del anterior.
Siempre he tenido una gran memoria para identificar cualquier acontecimiento de mi vida con el año (incluso con el mes) en el que ocurrió. Desde que he alcanzado la estabilidad me resulta mucho más difícil lograrlo.
Cuando era pequeño soñaba con poder disfrutar algún día de la estabilidad con la que cuento ahora. Cuando tenía 15 escribí en una hoja una especie de declaración de intenciones en la cual me emplazaba a volver a leer aquellas líneas una vez que acabase la carrera y hubiese encontrado un buen puesto de trabajo. Es decir, volvería a leer aquella hoja una vez que hubiese encontrado lo que para mí en aquellos momentos representaba la plena felicidad
Hoy tengo 28 años 33 años y he conseguido ambas cosas, carrera y trabajo. Sin embargo creo que la felicidad se encontraba más cerca de mi cuando tenía 15 años que ahora. A los 15 años pensaba que la felicidad era una meta. Hoy me he dado cuenta de que la felicidad es un camino. A los 15 años pensaba que alcanzaría la felicidad una vez que finalizase todos los proyectos que llevaba entre manos. Y ese pensamiento es el que me ayudaba a continuar luchando y seguir en el camino.
Hoy he comprendido que tengo que embarcarme en nuevos proyectos para seguir dentro del camino que conduce a la felicidad. Hace poco escuché a Punset decir que la felicidad se encuentra en la sala de espera de la felicidad.
Para no desviarme demasiado del título de este post, he encontrado una manera para mantenerme dentro de mi zona de confort (lo que ansiaba con 15 años) al mismo tiempo que intento incluir nuevos acontecimientos en mi vida (lo que añoro de cuando tenía 15 años).
Se trata de mi experiencia personal y no tiene porqué serle útil a todo el mundo. Sin embargo si llevas tiempo leyendo lo que aquí escribo y aún así sigues regresando, es posible que compartas alguna de mis inquietudes. Básicamente yo divido salir de la zona de confort a corto plazo y a largo plazo. Intentaré explicar ambos conceptos:
Salir de la zona de confort a largo plazo
Salir de la zona de confort a largo plazo es embarcarte en nuevos proyectos que vas a tardar tiempo en finalizar. En mi caso puedo poner como ejemplos el hecho de estudiar una nueva carrera o crear un website que necesita actualizaciones. Cuando decidí comenzar a correr mi objetivo era terminar una media marathon (21 km.) estuve 4 meses corriendo hasta que conseguí lograrlo.
Una vez que lo logré, la media marathon pasó a formar parte de mi zona de confort. Para salir nuevamente de esta zona de confort puedo establecer nuevos objetivos a largo plazo como reducir el tiempo en finalizarla o incluso plantearme hacer una marathon entera (42 km.)
Salir de la zona de confort a corto plazo
En el corto plazo es donde realmente encontramos lo interesante. Sin el corto plazo no puede haber largo plazo. Si un día en concreto no hubiera decidido que esa tarde correría 20 minutos, núnca podría haber terminado una media marathon a largo plazo. Ese día decidí salir de mi zona de confort (ir al gimnasio de manera habitual) y comencé a correr, cosa que no había hecho antes.
Mi consejo es que intentes salir de tu zona de confort al menos una vez al día. Plantéate qué te gustaría cambiar en tu vida. ¿te gustaría ser más sociable? Intenta empezar una conversación al día con un desconocido. Hazlo durante 3 días seguidos. Seguro que al cuarto día te cuesta menos. Levántate una hora antes y prepara algo de comer que no hayas hecho antes. Sorprende a tu pareja con una visita inesperada a su puesto de trabajo. Haz esa llamada de teléfono que llevas varios días postergando.
Sin ser demasiado técnico intentaré poner un ejemplo relacionado con mi trabajo, el diseño gráfico. Básicamente existen 2 programas de maquetación, uno de ellos se llama Quark Xpress y lo conozco muy bien ya que siempre he trabajado con ese programa. El otro programa se llama Indesign y aunque tiene mejores funcionalidades en comparación con Quark Xpress, yo nunca lo había utilizado. Un día decidí que el próximo trabajo que recibiese lo haría con Indesign, tardase lo que tardase.
Me encargaron hacer un trabajo y lo hice con Indesign tardando casi el triple de tiempo de lo que habría tardado si hubiera utilizado el programa que ya conocía. Gracias a que ese día decidí salir de mi zona de confort y utilicé un programa que no conocía, hoy en día he aprendido a manejarlo con soltura y sus mejores funcionalidades me ahorran muchísimo tiempo en comparación con el programa antiguo.
8 formas sencillas de salir de tu zona de confort
Todos los días nos movemos en una zona de confort, es decir todas aquellas acciones, pensamientos, emociones, rutinas que hacemos diariamente.
Muchas personas me cuentan que a pesar de que esa zona de confort no sea para nada confortable les cuesta muchísimo salir de ella. Muchas veces por los pensamientos irracionales que aparecen una y otra vez provocando emociones como el miedo, la ansiedad, apatía y desmotivación.
“Todos los días me levanto y veo lo mismo. Mi vida no tiene sentido, no hago más que ir a trabajar, llegar a casa, mantenerla al día y arreglar los problemas de los demás” “Salir de trabajar y no tener ni un rato libre para hacer lo que me de la gana es lo peor que llevo, es más, no sé ya ni lo que me gustaría hacer”
Suelo comparar la zona de confort con la alimentación. ¿Qué pasaría si todos los días comiéramos el mismo alimento? Está claro que nos enfermaríamos, imagina que sólo comiéramos naranjas todos los días, las naranjas están muy ricas pero no nos proporcionan todo lo que nuestro cuerpo necesita.
Con la zona de confort sucede exactamente lo mismo. Si todos los días realizas las mismas rutinas sin salirte del plato, vas a enfermar de estrés, ansiedad, depresión…Y es que es muy importante que nuestro cerebro reciba estimulación diaria y diferente.
Aprender cosas nuevas, viajar, recuperar viejos hobbies, hacer deporte, alimentarse, cambiar rutinas diarias como tu lugar en la mesa a la hora de comer, colocar las cosas de manera diferente…
¡Recuerda! Aumentar tu zona de confort no significa que cambies como persona, simplemente creces y te desarrollas, maduras. Y eso es formidable.
Te ofrezco 8 formas sencillas para ir saliendo de tu zona de confort:
1. Cierra los ojos. Venga cierra los ojos.
Ahora imagina todos esos sueños y objetivos que siempre has tenido, imaginado pero que por alguna razón siempre vas dejando por el camino. ¿Los tienes?
Muy bien ahora coge papel y boli y anota todos esos objetivos, da igual que pienses que son inalcanzables, esos objetivos a largo plazo piensa como transformarlos en objetivos a corto y medio plazo. Vale cualquier objetivo: comprarme una cometa, hacer paracaidismo, ir a una playa paradisiaca, viajar, comprarme esa blusa, hacer una comida familiar…
Intenta que tus objetivos incluyan a tu familia, amigos, desarrollo personal, naturaleza, dinero y trabajo, estudios o aprendizaje, viajes.
Ahora vamos a poner fecha de caducidad, pues si solamente plasmas tus objetivos en un papel es muy complicado que se cumplan. Elige un solo objetivo para empezar a hacer de aquí a 1 mes, otro a 3 meses y otro a 6 meses.
¡Bravo! Ya tienes 3 objetivos en los que centrarte, comprométete contigo mismo y organizate para que cada semana les puedas dedicar un rato.
2. Otra forma de aumentar tu zona de confort es anotar esas actividades que tanto te gustan y has dejado de hacer.
Escríbelas en un papel cada una de ellas y guárdalos en una cajita. Cada día o cada semana debes sacar un papel e intentar cumplir la actividad que te ha tocado.
Observa qué emociones te genera realizar esas actividades que tanto te gustan ¿Aumentan tu motivación? Genial, la motivación es el motor para la acción, aumentará tu autoestima y la confianza en ti mismo.
3. No te olvides de hacer deporte
Para poner a punto tus hormonas y reducir el estrés y la ansiedad
4. Duerme adecuadamente
Olvídate de ordenadores y móviles por la noche, y también intenta usarlo lo menos posible durante el día, realmente son una auténtica pérdida de tiempo y te alejan de tu realidad.
5. Aliméntate adecuadamente
Esto significa menos productos que vengan en empaquetados y más cocinar alimentos que te ofrece la naturaleza: carnes, pescado, verduras y muchas frutas, sin olvidar los frutos secos, los huevos y los cereales (que no son los cereales que le echas a la leche)
6. Socializa
No vas a salir de tu zona de confort si siempre te mueves en el mismo círculo. Recupera viejas amistades, conoce gente nueva, apúntate a una actividad y queda con tus amigos de siempre al menos una vez por semana semana.
7. Relájate y diviértete
Busca un tiempo todos los días para ti, suéltate la melena, reserva esa media hora. ¿Ya la anotaste en tu agenda?
Espero que estos recursos te sirvan para iniciarte en tu salida de la zona de confort. Pero para despedirme, un último consejo. ¿Adivinas cuál es?
8. Olvídate de tus pensamientos negativos e irracionales
No tienes pruebas de que vayan a suceder, así que no les hagas caso y demuéstrate a ti mismo que no son ciertos.
¡Bienvenido al otro lado de tu zona de confort!
Sal de tu zona de confort y entra en la zona de magia
Desde mi propia experiencia el salir de la zona de confort es una de las claves para lograr una reinvención de una persona.
Estamos por naturaleza en estados de comodidad (confort), nuestra naturaleza humana, nos acondiciona para intentar en todo momento, evitar las amenazas que puedan atentar contra nuestra existencia, por ello buscamos siempre acercarnos al placer, y alejarnos del displacer.
Por lo que de manera inconsciente, estamos buscando en todo momento, permanecer dentro de algo llamado “zona de confort“.
El miedo es el principal factor que nos afecta a la hora de querer expandir, o salir de nuestra zona de confort, por genética, le tenemos miedo a lo desconocido.
Esto no significa que permanecer dentro de nuestra zona de confort esté mal. Si alguna vez quieres superar tus expectativas y llegar a mejorar de manera asombrosa, tendrás que expandir tu zona de confort, para lo que tendrás que salir de ella y adaptarte a nuevas vivencias, hasta llegar a la zona de posibilidades que yo llamo Zona de magia.
La zona de confort, es el conjunto de límites que nos impiden avanzar. Cuando superamos estos límites, ampliamos nuestra perspectiva, y logramos alcanzar nuevos horizontes.
Para ello hay que entender lo siguiente:
La zona de confort es un estado mental
Permanecer dentro de un estado mental cómodo, puede convertirse en algo rutinario, aburrido que nos evita significativamente obtener progreso alguno. Perder el miedo a salir de nuestra zona de confort, empieza desde dentro. Desde nuestros pensamientos, ideas y sentimientos.
Comprender que todo lo que percibimos no es más que una interpretación que nos entrega nuestro cerebro del universo, nos permite ver de manera diferente las cosas. Y quizás, después de todo, ese miedo que tenemos de emprender y tomar acción en nuestras vidas, no sea más que un producto de nuestra imaginación.
Los límites los pones Tú
Confiar plenamente en ti mismo, y saber, que todo aquello que te limita física y emocionalmente, lo hace porque tú has decidido (inconscientemente) que así sea. Eres tú mismo quien define tus límites. Eres tú mismo quien construye las barreras para evitar el progreso y alejarse de peligros (mayoritariamente imaginarios).
Lo ideal al querer salir de tu zona de confort, es cuestionarte.
Fácilmente descubrirás si tus miedos son reales, o son sencillamente imaginarios, y en caso de ser reales, tu refugio podrá estar, en aquellas personas que hayan superados los obstáculos a los que ahora te enfrentas como modelos a seguir.
Experimentar
Salir de tu zona de confort significa hacer algo nuevo, tener curiosidad ayudará a expandir tus límites, expandirlos será cuestión de tiempo.
Todo lo que hacemos en nuestra vida, es un hábito, que nos permite salir de nuestra zona de confort, es sencillo mediante la constancia.
Intenta cada día, hacer algo nuevo. Prueba tomar diferentes caminos, visitar diferentes lugares, hablar con personas distintas o realizar tareas de formas alternativas. Esto poco a poco te llevará a aceptar el cambio y lo nuevo.
Constancia
Si haces algo nuevo y adaptas ciertas actividades a tu vida, que se encuentren fuera de tu zona de confort, estas, quedarán incluidas en dicha zona de confort, salir de nuestra zona de confort parece un ciclo infinito.
Solo la persistencia nos permitirá expandir nuestra zona de confort. Y que el éxito es un camino, no un punto de llegada.
Una vez que superamos la zona de confort llegamos a la zona de magia donde hay múltiples posibilidades, el límite está en ti.
Si nos enfocamos en nuestros objetivos esta zona de magia se expande y la respuesta puede llegar de múltiples caminos pues hay más de un camino para alcanzar nuestros objetivos.
En mis sesiones de coaching siempre digo a mis coachees que cuando los sueños tienen alas se convierten en objetivos y que todo comienza por un sueño, así que ¿qué esperas para salir de tu zona de confort y alcanzar tus sueños?
¿Porqué es necesario abandonar tu zona de confort? Para seguir creciendo e innovar. Abandonar tu zona de confort es uno de los pilares básicos para seguir creciendo y desarrollándote.