El Modelo Perma en Psicología Positiva y su relación con la Felicidad

Cuando en alguna de mis formaciones hablo de felicidad laboral, todavía hay personas que me miran raro y piensan que no es posible.

Y es que nos han educado para creer que trabajo y felicidad son incompatibles. Cuánto daño han hecho los refraneros y la religión (sin ánimo de ofender a nadie).  Pero eso de “trabajarás con el sudor de tu frente” parece querer dejar claro que pensar que el trabajo puede ser fuente de bienestar está bastante lejos de ser cierto.

Pero sí. Trabajo y felicidad son totalmente compatibles. Y si no, que se lo pregunten a los investigadores que llevan a cabo estudios sobre los retos que las empresas se deben poner, a los autores de libros o a los organizadores de los últimos congresos sobre la felicidad en el trabajo.

Lo que es evidente, tal como además lo demuestra la última encuesta de Adecco sobre la felicidad laboral, es que cada vez nos interesa menos el sueldo y, por el contrario, buscamos tener un ambiente laboral sano y de calidad y un buen horario que nos permita conciliar la vida laboral con la familiar o personal.

El modelo PERMA de la Psicología Positiva

Uno de los modelos de la felicidad que surgió desde la Psicología Positiva, es el PERMA.

Según este modelo, basado en las investigaciones de Martin Seligman, las personas son felices a medida que alcanzan todos o algunos de sus pilares en mayor o menor medida.

Según el modelo PERMA, la felicidad se alcanza a medida que nuestros niveles de satisfacción aumentan en 5 pilares básicos:

  1. la generación de emociones positivas
  2. cultivar relaciones positivas
  3. la motivación o engagement, en el sentido del «fluir»
  4. dar sentido y significado a la vida
  5. tener sensación de logro

Es evidente que una empresa responsable, que cuida de sus colaboradores es generadora de bienestar. Y para ello realiza una serie de actividades que tienen como objetivo trabajadores felices. Algo no banal ni gratuito, no nos vayamos a creer. Porque un trabajador feliz, es un trabajador motivado y, por tanto, resolutivo. Es decir, que genera mayores beneficios a la empresa.

Sea como sea, trabajo y felicidad son plenamente compatibles. Porque la felicidad laboral es un asunto de todos: empresa y colaboradores.

Sin embargo, hay algo que no puedes obviar. Y es que dedicarte a aquello que, realmente, te apasiona y te hace vibrar tiene una gran importancia a la hora de conseguir alcanzar niveles satisfactorios en esos pilares que te comentaba anteriormente.

Trabajar en lo que te gusta es una fuente generadora de emociones positivas. Y cuando tú te sientes bien, transmites ese bienestar a las personas con las que te relacionas.

Enfrascarte en una tarea que te llena el alma, te hace entrar en ese estado de flow del que te hablaba también como uno de los pilares de la felicidad. El tiempo se detiene. El mundo se pierde de vista. Únicamente estás tú y aquello que estás haciendo. Se me ocurre que podria ser asimilable a tener un hobby.

Y cómo no, si tu profesión te llena, obviamente eso da significado a lo que haces y a los logros que consigues.

Da igual como lo hagas o si necesitas un gran esfuerzo para llevarlo a cabo. Las recompensas que te genera a nivel de bienestar, energía y motivación te compensan. Y con creces. Es muy probable que te genere, además, lo que llaman “subidon del corredor”. No sientes dolor, no sientes cansancio. Todo es energía y motivación. Y de eso es responsable una hormona de las denominadas «hormonas de la felicidad».

El cuarteto mágico de la felicidad

En tu felicidad interviene un cuarteto mágico. Y no me refiero a un grupo de músicos sino a 4 hormonas implicadas en que seas más o menos feliz.

Esas hormonas son las endorfinas, la serotonina, la dopamina y la oxitocina.

Las endorfinas son tu analgésico natural y te generan un alto nivel de motivación. Puedes conseguirlo con un poco de chocolate o comiendo frutos rojos, con un masaje, haciendo algo de ejercicio, un poco de meditación o escuchando música.

La siguiente en la lista, la serotonina actúa como un antidepresivo y puedes aumentar.a cuando evocas recuerdos felices o con algo tan simple como saliendo a la calle y tomando el sol.

La dopamina te da un chute de placer cuando consigues esos objetivos que te has marcado a corto plazo. Y, por supuesto, celebrar todos los logros que tengas, te va a generar una gran dosis de motivación.

Y, por último, la oxitocina. A esta hormona la llaman «la hormona de los vínculos emocionales». Y, desde luego, no tiene nada de extraño. Porque cuando das o recibes regalos o un abrazo sostenido, de esos que duran más de 20 segundos, te inunda una sensación de placer inmenso. También si eres amante de los animales, jugar y acariciar a tu mascota también te genera un alto nivel de felicidad.

Ya ves que, para ser feliz, no es necesario nada material. En realidad, las cosas más simples te pueden generar placer y felicidad.

¿O es que todavía tienes dudas?

Salva Contreras
Licenciada en Psicología y Coach estratégica certificada.