Además de ser seres sociales, también somos seres emocionales. Unas personas más que otras, pero de las emociones, nadie de escapa.
Y es que, las emociones, lo creamos o no tienen un papel fundamental en nuestro día a día.
Párate un momento a preguntarte la cantidad de sentimientos y sensaciones que llegas a sentir en un mismo día. Y, la mayoría de veces, nos cuesta identificar el por qué de esa emoción o aparecen, aparentemente sin motivo alguno.
¿Qué es la labilidad emocional?
¿Alguna vez, has tenido uno de esos días en los que no sabes el motivo pero, de repente has empezado a sentirte triste? Todas las personas llegamos a sentir muchísimas emociones en un solo día.
Es aquí cuando, podemos llegar a sentir labilidad emocional si hablamos de este fenómeno al extremo. Este concepto, básicamente implica la tendencia a cambiar de manera bastante abrupta y rápida de un estado emocional a otro.
Nos encontramos entonces ante una inestabilidad a nivel emocional ya que, podemos llegar a sentir emociones que solemos catalogar o sentir como contrarias de un momento a otro o, en un periodo de tiempo relativamente corto.
Cuando hablamos de labilidad emocional estamos refiriéndonos a un síntoma y no a un trastorno. Es decir, en según qué tipo de patologías, nos encontramos ante este síntoma que se manifiesta con esta variedad de emociones en periodos de tiempo cortos y de manera bastante abrupta.
Estos cambios principalmente de humor y de ánimo se expresan en un periodo de tiempo muy relativo ya que puede oscilar en horas hasta días.
Es decir, una persona que manifiesta labilidad emocional puede sentir una emoción fuerte, por ejemplo de tristeza y en cuestión de horas o de unos días, pasar a un estado de ánimo eufórico, por tanto aparece un cambio después de varios días o una cantidad excesiva de horas de manifestar una emoción concreta o varias muy parecidas, como por ejemplo en este caso, pena, melancolía y tristeza pasando a una alegría que podríamos catalogar como excesiva.
El motivo de estos cambios, pueden ser producidos por estímulos externos pero tampoco tiene por qué ser provocado por algo que le haya sucedido a la persona. Además, cuando hablamos de labilidad emocional, vemos que se puede pasar de manera muy rápida de una emoción a otra totalmente contraria.
Este fenómeno puede llegar a ser una tendencia adaptativa cuando nos referimos a la solución de problemas y su posible abordaje ya que, la mayoría de personas, presentamos labilidad emocional a lo largo del día ya que, solemos tener un rango de emociones habituales de manera bastante constante.
Las emociones tienen una función cada una de ellas y es importante poder aprender a detectarlas para así, a corto plazo, realizar una buena gestión y aceptación emocional.
Como comentaba anteriormente, las emociones tienen un papel fundamental en nuestra vida y vienen y van en función de aquello que pensamos, aquello que nos sucede y en relación a los estímulos externos que nos envuelve nuestro entorno.
Cuando estos cambios son de manera brusca e intensa, más allá de las emociones que sentimos en nuestro día a día y en función de la personalidad, podemos estar hablando de un síntoma de posibles trastornos mentales.
Puede encontrarse en trastornos de personalidad, histriónicos, episodios maníacos, trastornos delirantes, demencia, delirium y otros trastornos neurológicos.
Aunque también los encontramos más concretamente en la depresión mayor, ya que existen distintas fases en los que la persona que sufre esta patología puede pasar de una profunda tristeza muy intensa a anhedonia.
Otro trastorno en los que la labilidad emocional está muy presente de manera frecuente es en el trastorno bipolar ya que, en estos casos nos encontramos con episodios y fases de manía en los que la euforia y la alegría excesiva están presentes y otras fases de depresión.
Así como también es un síntoma frecuentemente presente en la ciclotimia. Aunque, en este caso, es cierto que los cambios no son tan bruscos ni se viven de manera tan intensa como en otros posibles trastornos en los que aparece la labilidad emocional.
¿Qué puede causar labilidad emocional además de estos trastornos?
Es importante determinar y analizar cada caso en función de la persona. Es cierto que, en la mayoría de casos, cuando hablamos de un síntoma como es la labilidad emocional nos referimos a problemas psicológicos o algún tipo de patología concreta. Por ello, es importante delimitar y cada caso dependerá del individuo en cuestión.
Pero, estudios también muestran una correlación entre labilidad emocional con problemas en el cerebro, concretamente en la parte del sistema límbico presentando anomalías en el encéfalo.
Labilidad emocional vs Incontinencia afectiva
Es importante tener en cuenta que, en estos casos debemos diferenciar labilidad emocional de incontinencia afectiva ya que, cuando estamos hablando de incontinencia afectiva nos referimos a no poder controlar dichas emociones, independientemente de la variación entre ellas.
Por tanto, hablamos de una falta de control de la expresión afectiva siendo esta muy desmesurada y la persona siente que no puede gestionar sus emociones al aparecer de manera muy intensa y rápida. Pero, en este caso, cuando hablamos de incontinencia afectiva estamos hablando más allá del tiempo entre una emoción y otra, de su buena gestión y control de esta.
Labilidad emocional vs Ambivalencia afectiva
De la misma manera, debemos diferenciar el síntoma de labilidad emocional con otro tipo de síntomas y conceptos que pueden ser parecidos pero no tienen por qué estar asociados ni implican lo mismo. Como es el caso también de la ambivalencia afectiva.
En este caso, nos referimos a la coexistencia entre emociones que catalogamos como positivas y negativas en una misma vivencia. En este caso, vemos que la labilidad emocional las emociones se alternan de manera constante en un tiempo determinado pero, cuando hablamos de ambivalencia afectiva estamos ante una situación en que las emociones coexisten al mismo tiempo.
Por último, otro concepto con el que es importante diferenciar la labilidad emocional es la rigidez afectiva. En este caso, cuando hablamos de rigidez afectiva estamos ante una alteración que afecta la capacidad de modulación afectiva. Es decir, hay una permanencia de emociones que persisten independientemente de la situación que la persona está viviendo.
Para poder llevar a cabo un buen tratamiento, debemos principalmente saber el tipo de diagnóstico que presenta la persona ya que, como anteriormente hemos comentado, la labilidad emocional no es un trastorno en sí sino un síntoma que está presente en distintos posibles trastornos patológicos.
Por tanto, se debe de realizar un tratamiento acorde con el diagnóstico previamente establecido por un profesional clínico y sanitario.