Cada día veo como cientos de mujeres aceptan vivir bajo la sombra del maltrato. Mujeres que lastimosamente creen que no merecen nada mejor, que sienten culpa por tratarse bien o que están acostumbradas a renunciar a sus necesidades más esenciales.
Sí, mujeres que se ponen a sí mismas en último lugar.
Y, aunque no lo parezca, todo aquello es parte del problema del maltrato a la mujer.
El día de hoy no te hablaré de violencia física o sexual. No te contaré una historia, ni mencionaré las estadísticas que muestran los centenares de casos de femicidio en todo el mundo.
Hoy te hablare de otro tipo de maltrato a la mujer.
Te hablaré de aquella violencia silenciosa que lastima diariamente a millones de mujeres y que las lleva a aceptar tratos inadecuados. Formas en las que la mujer se acostumbra a renunciar a su bienestar y desarrollo sin percatarse de que se maltrata a sí misma.
Te hablaré de unas de las tantas formas cómo muchas mujeres se maltratan a sí mismas.
Mujeres que se maltratan a sí mismas
Si, el día de hoy enfatizaré que cada vez que una mujer se dice groserías a sí misma se está maltratando.
De igual forma, cada vez que una mujer decide descuidar su salud o que decide cargar con culpas que no son de ella, se está maltratando.
Y espera, antes de reaccionar y asegurar que aquello no se compara con el daño causado por una violencia física o sexual, quiero que sepas que no las estoy comparando.
Lo que estoy resaltado es que hay varios factores que forman parte de una cultura que acepta el maltrato a la mujer.
Por ejemplo, limitar el acceso a educación y trabajo es una forma de maltrato. Las humillaciones, insultos y críticas constantes también son maltrato.
Y por supuesto, el maltrato no siempre viene por parte de otra persona. Lastimosamente, las mujeres también nos maltratamos a nosotras mismas al creer que merecemos menos, al no respetarnos y amarnos y, al renunciar a nuestros sueños y necesidades.
Lamentablemente millones de mujeres se encuentran este instante en sus casas y se están maltratando a sí mismas sin darse cuenta.
Quizá se están viendo al espejo con desagrado, quizá están alimentándose mal, posiblemente están agotadas por cuidar de sus familias, etc.
Hay mujeres que, quizá una vez más, no tendrán aquella ‘hora libre’ que tanto desean para sí mismas, mujeres que lloran en silencio por la insatisfacción que sienten sobre sus vidas y que aun así no atreven a hacer ningún cambio.
Mujeres que cada día se maltratan a sí mismas y, que muchas veces, lo hacen sin darse cuenta.
El problema está en que, de alguna forma, aquellas mujeres se sumergieron en una rutina que descuida su propia felicidad.
Y la verdad es que, si queremos detener el maltrato a la mujer, debemos también impulsar a que la mujer se ame y respete a sí misma.
Sí, detener el maltrato a la mujer empieza dentro de casa
¿Cómo pueden las mujeres dejar de maltratarse a sí mismas?
Lo principal es que cada mujer se considere merecedora de felicidad y capaz de darse a sí misma el amor y el respeto que desea.
Es necesario que las mujeres mantengan una autoestima saludable, que sepan ponerse a sí mismas en primer lugar y que enseñen con el ejemplo cómo desean ser tratadas.
Te lo explicaré con ejemplos muy sencillos.
Las mujeres que rechazan el maltrato a la mujer, por ejemplo:
- Se definen a sí mismas con características positivas
- Rechazan comentarios machistas dentro de sus hogares
- Fomentan con el ejemplo la igualdad en las actividades del hogar
- Mantienen sus metas claras y cumplen sus objetivos
- Ponen límites y rechazan aquellos actos que las afectan emocional y físicamente
- Se alejan de personas que no las favorecen
- Exigen respeto de la misma forma como ellas se respetan a sí mismas
- Dicen NO cuando no están de acuerdo con algo
- Se educan e informan continuamente
- Mantienen círculos sociales activos
- Denuncian los maltratos y las injusticias
- Se alejan de personas que denigren a otras
Estos son sólo unos de los ejemplos entre miles de otros. Y parecería que es un listado sin ninguna característica especial, pero lastimosamente, muchas mujeres se desarrollan en ambientes negativos y no reconocen claramente qué comportamientos sociales promueven la violencia en contra de la mujer.
Con frecuencia ocurre que las mujeres desarrollan hábitos que perjudican diariamente su autoestima y como resultado, a largo plazo se acostumbran a recibir malos tratos.
Sí, aquella mujer que se acostumbra a no respetarse a sí misma es más vulnerable a aceptar actitudes y palabras irrespetuosas por parte de otros.
Aquellas mujeres que rechazan su aspecto físico tienen más probabilidades de aceptar insultos por parte de otros.
Y de igual forma, aquellas mujeres que no se aman a sí mismas, tienen también más probabilidades de involucrarse en relaciones amorosas negativas.
Entonces,
¿Deseas ayudar a combatir la violencia en contra de la mujer?
Empieza desde casa.
Asegúrate de que las mujeres en tu familia sean capaces de describirse a sí mismas de forma positiva.
Impúlsalas a creer en sí mismas y a luchar por sus sueños. Apóyalas para que tengan tiempo para sí mismas y recuérdales que son merecedoras de felicidad.
¿Piensas que alguna de las mujeres en tu familia tiene una baja autoestima?
Entonces apóyala y permítele expresar sus preocupaciones, sus miedos y acompáñala en la definición de sus objetivos. Hazla sentir segura y promueve que ella sepa defenderse a sí misma.
Enseña a las mujeres que decir ‘NO’ no tiene nada de malo y que no entregar a otros todo el tiempo de sus vidas no las hace egoístas.
Guía a las nuevas generaciones para que comprendan que ellas son valiosas por como son como mujeres y no por lo que hacen por otros.
Orienta para que sepan que lo principal es agradarse a sí mismas y muéstrales cómo reforzar su autoestima diariamente.
Recuerda a todas las mujeres que conoces que, más allá de rechazar cualquier tipo de violencia física y/o sexual, deben también rechazar las humillaciones, los malos tratos, las manipulaciones, y cualquier actitud o palabra de otros que limite su propio desarrollo.
Únete a la lucha en contra del maltrato a la mujer formando hogares con mujeres que sepan reconocer que son merecedoras de felicidad y mostrando a las nuevas generaciones que cada una es capaz y responsable de amarse y respetarse a sí misma.