La marihuana, también conocida como cannabis entre otros nombres, es una preparación de la planta de Cannabis Sativa, destinada a usos recreativos y medicinales.
La marihuana puede ser consumida, fumada, inhalada o mezclada con los alimentos. El principal producto químico psicoactivo es el delta-9-tetrahidro-cannabinol o THC. Existen una gran variedad de páginas donde poder ver semillas de cannabis.
El preparado de la planta de cannabis también contiene al menos otros 65 componentes que están químicamente relacionados con el THC, llamados canabinoides.
El THC es químicamente similar a una clase de sustancias que se encuentran de forma natural en nuestro sistema nervioso llamadas endocanabinoides, de las cuales la anandamida es la más conocida hasta el momento.
Los endocanabinoides forman parte de un sistema descubierto recientemente llamado “El Sistema Endocanabinoide” o SEC.
El cerebro humano contiene miles de millones de neuronas que se comunican a través de mensajes químicos, o neurotransmisores. Cuando una neurona es estimulada lo suficiente, un neurotransmisor se libera en la hendidura sináptica que es un espacio entre las neuronas.
El neurotransmisor luego se une a su receptor en una neurona vecina, generando una señal en ella y transmitiendo así la información a esa neurona. La comunicación neuronal es esencial para todas las funciones cerebrales.
El sistema endocanabinoide actúa como un modulador de esta neurotransmisión. Cuando se activa la neurona postsináptica, los endocanabinoides son producidos, liberados y viajan de vuelta hacia la neurona presináptica donde activan los receptores canabinoides.
Al hacerlo, controlan lo que sucede después cuando la célula presináptica es estimulada nuevamente. El efecto general es una disminución en la liberación de los neurotransmisores como el GABA o el glutamato. En otras palabras, el SEC actúa como un freno disminuyendo las actividades neuronales e impidiendo a las neuronas disparar excesivamente.
Funciones del Sistema Endocanabinoide
- Modulación del dolor: los canabinoides suprimen el procesamiento de la señal de dolor, produciendo efectos de alivio.
- Reducción del estrés y la ansiedad: Si bien la respuesta a los estímulos estresantes es necesaria para que el organismo reaccione apropiadamente a un factor de estrés, el estrés crónico puede ser perjudicial. El sistema endocanabinoide juega un rol en la habituación de la respuesta del cuerpo a la exposición repetida y ayuda a nuestro cuerpo a aprender a modular el estrés.
- Regulación del estado de ánimo: El sistema endocanabinoide promueve las buenas sensaciones induciendo la liberación de dopamina en el sistema de recompensa del cerebro. Esto explica la euforia o el subidón experimentado por los usuarios de marihuana.
El modo de acción del THC es, sin embargo, diferente del de otras drogas: induce la liberación de dopamina indirectamente mediante la eliminación de la acción inhibitoria del GABA en las neuronas dopaminérgicas.
El sistema endocanabinoide también está involucrado en muchas otras actividades mentales y corporales, incluyendo la memoria y el aprendizaje, el apetito y patrones de sueño, funciones inmunes y fertilidad.
Los endocanabinoides son sustancias de transmisión de corta acción. Se sintetizan a demanda y su utilización termina rápidamente por enzimas específicas.
La cantidad de mensajeros endocanabinoides está estrechamente regulada de acuerdo a las necesidades del cuerpo. Esta regulación es esencial para un modulador que actúa para afinar las actividades cerebrales.
Los usuarios de marihuana consumen una cantidad mucho más alta de THC. El THC también es más estable que los endocanabinoides y puede permanecer en el cuerpo por un periodo de tiempo más largo. El THC abruma el sistema endocanabinoide, anulando las funciones normales del cerebro.
Debido a que los receptores canabinoides están presentes en muchas partes del cerebro y del cuerpo, los efectos del THC son muy amplios.
Puede ralentizar el tiempo de reacción de una persona, lo que podría alterar la conducción o las habilidades atléticas, perturbar la memoria a corto plazo y los procesos mentales superiores, lo que podría afectarlas capacidades de aprendizaje y la capacidad de juicio.
Altas dosis de THC también pueden dar lugar a efectos inversos. Por ejemplo, mientras que pequeñas dosis de canabinoides parecen reducir el estrés, la ansiedad y el pánico, altas dosis pueden promover una sensación mayor de estrés y miedo.
Consumir marihuana fumada en la juventud también puede dañar los pulmones hasta un grado similar al de fumar cigarrillos.
Evidencia sustancial en estudios en animales indica que la exposición a la marihuana puede causar cambios adversos a largo plazo en el cerebro.
Las ratas expuestas al THC antes del nacimiento, poco después del nacimiento, o durante la edad temprana, muestran dificultades significativas con ciertas tareas de aprendizaje y memoria más adelante en la vida.
Los efectos a largo plazo de la marihuana en humanos todavía son objeto de debate debido principalmente a las limitaciones de llevar a cabo estas investigaciones en seres humanos.