Sí, se puede perdonar una infidelidad
Siempre y cuando perdonar signifique entender, respetar y sanar, y no necesariamente creer que olvidarás por arte de magia lo sucedido, pasar página y hacer como si nada hubiese pasado.
Para argumentar mejor esta posibilidad vamos a visualizar siete pilares que psicológicamente hacen posible una transición entre el descubrimiento comprobado y testificado de una infidelidad y el poder llegar a decir con propiedad: “Yo ya te perdoné y tomo la decisión de continuar con mi vida sin cargar el peso del resentimiento”.
Cambio de paradigma
Cambiar de paradigma implica rediseñar en la mente los viejos conceptos que definen lo que “se debe ser“ o “se debe hacer” en una relación de pareja.
Hoy en día, los valores se están transformando, es decir, lo que era importante u obligatorio para los abuelos o padres de las generaciones pasadas, ha cambiado para los adultos y jóvenes de este siglo.
Para perdonar hay que quitarse esta necesidad de evaluar y criticar todo, hasta el punto de dejar de ver el acto infiel como algo bueno o malo, justo o injusto, o si la decisión de seguir con la relación es correcta e incorrecta.
El nuevo enfoque se plantea en las preguntas que te llevan a la reflexión y te ayudan a reconocer tus sentimientos y responsabilidades.
Por ejemplo, ¿Me beneficia continuar con la manera de pensar que tuve cuando la relación iba mal?, ¿Lo que vivíamos en la relación nos hacía felices a ambos? ¿Voy a tomar la decisión de seguir con mi pareja con el resentimiento y la autoestima herida?
Éstas son invitaciones para detectar, valorar y transformar la visión de la relación y acercarte a lo que te ayude a sentirte en plenitud y felicidad.
La infidelidad como resultado de interacción tóxica
Hablamos de una interacción tóxica entre dos personas que pueden pasar meses y hasta años cultivando niveles de insatisfacción tales, que ponen al menos resiliente en la búsqueda de escape y drenaje de sus energías acumuladas, con tentaciones y conatos de nuevas relaciones.
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Así que nunca será la culpa de una sola persona, la infidelidad siempre es resultado de omisiones, falta de comunicación, abandono de la intimidad y pérdida de confianza, que por orgullo, ignorancia o apatía no se corrigen a tiempo y el escape se convierte en la invitación de terceros. Entender esto es un pilar crucial para lograr perdonar.
Asumir las responsabilidades individuales
Cada quien tiene su cuota de responsabilidad de lo ocurrido, es importante no engancharse en la culpa y más bien enfocarse en lo que cada uno hizo para que llegaran al punto de lejanía que permitió que ocurriera una infidelidad.
Podemos decir y asumir que las relaciones de pareja son parte de la vida adulta y como la adultez a veces pasa desapercibida, es preciso que cada quien aprenda a expresarse con claridad y sin condescendencias absurdas.
Cada acción tiene un efecto o una consecuencia, así que si la adultez es parte de la relación, también lo es asumir la responsabilidad de lo que se dice, se hace, se oculta, se calla o todas estas cosas a la vez.
Escuchar y entender a la otra persona antes de juzgar
Suele ser algo difícil de lograr, pero llega un momento donde verse mutuamente y sentir que ambos han sufrido, puede ser clave.
Ya que cuando existe una infidelidad, suele ser la consecuencia de situaciones e inconformidades que no se enfrentaron, entonces ocurre la infidelidad como para recordar que la relación necesita de toda su atención para reparar los puntos débiles de cada uno.
Cuando ves a tu pareja buscando desesperadamente llenar sus vacíos internos con cualquier vicio o rutina, cuando observas su tendencia a ser irritable, cuando las discusiones son frecuentes y explosivas, cuando sientes lejanía, ambos se olvidan de centrarse con calma y empatía a realizar las siguientes preguntas:
¿Desde cuándo te sientes vacío o inconforme? ¿Estás pasando por alguna dificultad?, ¿Estoy haciendo algo que te incomoda?, ¿Cómo podría apoyarte?, o en el caso de ya haber descubierto la infidelidad ¿Qué te llevo a ser infiel?, ¿Desde cuándo te sientes insatisfecho?
Hacer preguntas que los lleven a reconstruir la relación y no a repartir culpas. Se trata de convertirse otra vez en amigos, de restituir la complicidad como pareja y ponerse en los zapatos del otro, buscando entender sus razones, sin juzgar.
Aceptar que la relación ha cambiado
Para las personas que viven relaciones de cinco, diez, quince años o más, es inevitable ver cómo los intereses, metas, rutinas, gustos, sueños, y todo eso de lo que te enamoraste en un principio, cambian.
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Esto no es nada malo, si somos capaces de identificar y comunicar nuestros cambios con respeto y a su vez admirar los cambios del otro, entonces será como ver un árbol crecer desde su pequeño tamaño hasta dar gran sombra, esto ayuda a fomentar la confianza.
Deben actualizar sus intereses y evaluar si de verdad quieren seguir juntos. Después de una infidelidad, las cosas no serán igual que antes, la relación se ha terminado de romper, no hay que aferrarse al pasado y más bien, se puede asumir esta crisis como una oportunidad para reconstruir la relación, atendiendo las fallas y defectos, para que las cosas funcionen mejor.
Definir nuevos límites y acuerdos
Después de suavizar el camino a través del reconocimiento mutuo y la comunicación transparente, poner sobre la mesa nuevos acuerdos y límites, es la garantía de que la relación puede experimentar procesos de perdón, reconstrucción, adaptación y transcendencia.
Los límites son las líneas mentales entre lo que se está dispuesto a ser, hacer y tener. Estos acuerdos también van muy marcados por las libertades que ambos estarían dispuestos a otorgarse, procurando un equilibrio entre la independencia individual y la de la pareja.
Las infidelidades suelen ocurrir porque la pareja no actualiza sus límites y acuerdos, se pretende mantener todo igual que al principio, y con mayores restricciones, pero se olvidan que cada etapa de la vida trae nuevos retos e intereses, no se puede ignorar eso. ¡A las relaciones hay que actualizarlas también!
Buscar ayuda profesional
Para poder sobrellevar la montaña rusa de emociones que se presentan durante estos procesos que no tienen un tiempo predefinido, para lograr gestionar los pensamientos recurrentes que llegan a la mente sobre los encuentros y las mentiras, para superar el dolor, el rencor y conectar con el reencuentro, la confianza y el amor, contar con un árbitro, imparcial y profesional, siempre favorecerá la resolución sincera de una crisis de infidelidad.
Si vas a perdonar es para liberarte, para recuperar tu paz, tu tranquilidad mental y emocional.
Esta experiencia te puede servir como una oportunidad para sanar las heridas que este hecho tan doloroso te causó. Perdonar se trata de liberarte, de reconstruirte y de hacer que tu vida continúe con una sensación de tranquilidad y sin rencor, sea al lado de tu pareja o que decidas terminar la relación.