El apego y la necesidad de posesión

¿Te has preguntado en alguna ocasión qué o cuantas cosas en tu vida te resultan indispensables? ¿Has tenido alguna vez la sensación de que si pierdes algo o a alguien no sabrás como recuperarte de la pérdida?

El temor a la pérdida es una característica del apego, y en este post voy a contarte desde mi particular punto de vista qué es y que función cumple el apego en nuestra vida, así como algunas de sus consecuencias.

El apego, desde la psicología es un vínculo dependiente hacia personas, objetos, ideas o situaciones en nuestra vida, hasta el punto que creemos en la necesidad de poseerlo para ser felices. Es un sentimiento de posesión y de pertenencia. Estar apegado a algo es creer que necesitas eso, y que si no lo tienes puedes pasarlo mal. Algunos ejemplos de apegos son:

  • Personas muy vinculadas a sus padres
  • Ideales políticos o sociales muy arraigados
  • Apegos a nuevas tecnologías como teléfonos móviles y otros dispositivos
  • Obstinarse en la propia imagen
  • Necesidad de posesiones como un coche, ropa, o incluso una vivienda

Pueden existir distintos tipos de apego emocional. Todo lo que tenemos a nuestro alrededor lo consideramos propiedad nuestra, ya sea porque lo hemos comprado o lo hemos adquirido por otros medios. Las personas que nos rodean y forman parte activa de nuestra vida pertenecen a nuestro ámbito de relaciones y para el ser humano es vital disponer de un círculo de relaciones, porque somos seres sociables y gregarios.

Tenemos ideas o creencias sobre los distintos ámbitos de la vida, sobre el trabajo, el dinero, la amistad, la felicidad, etc. Creencias que son nuestras y defendemos como tales. Nos mantenemos apegados a todo esto de forma natural, pero inconsciente.

El apego es un área de tratamiento terapéutico debido a su gran influencia en nuestro bienestar. Las personas que inconscientemente tienen un grado de apego elevado pueden sufrir demasiado en los momentos en que pierden aquello a lo que están fuertemente vinculados, y cuando tienes un vínculo de este tipo, no estás preparado para la pérdida y no aceptas el desprendimiento.

Cuando dependes excesivamente de algo o alguien, lo que realmente está ocurriendo es que estás sometido a un “amo”, a una figura superior que en muchas ocasiones decide y ejecuta por ti. En esencia se trata de una dependencia emocional.

Es el caso de numerosas personas que se someten a su pareja, a sus padres, a entorno profesional o a otras muchas personas, y acaban siendo víctimas. Cuando esto sucede, pierdes tu respeto, tus valores más esenciales. También pierdes tu libertad, ya que no puedes decidir cómo vas a moverte por tu vida. Pierdes tranquilidad y pierdes también la alegría, porque en el fondo tu mente inconsciente sabe que no estás actuando con integridad.

Detrás de todo apego está el miedo, el miedo a perder algo para siempre y que la pérdida sea irreparable. Sientes necesidad absoluta de poseer para no perder los beneficios que te aporta.

“Cuando eres incapaz de renunciar al deseo, estás en el apego” Walter Riso, psicólogo

En Oriente tienen un concepto del apego muy desarrollado y más integrado que en nuestra sociedad occidental. En el paradigma oriental entienden que las cosas se van y no son para siempre, que nada es permanente de forma indefinida y por ende, están preparados para la pérdida.

No se aferran ni a personas, ni a ideales, ni siquiera a pertenencias. Están preparados para perder lo que sea en el momento que sea, porque por encima de todo está la libertad intrínseca de cada ser humano para elegir en cada momento cómo quiere vivir.

Necesidad, ansiedad, malestar, obsesión, dependencia, miedos, y otras muchas son las consecuencias de desarrollar un elevado nivel de apego hacia nuestras relaciones, nuestras posesiones y nuestros ideales.

En cierta manera, debemos aprender a no sentir demasiado apego por todo lo que nos rodea, ya que todo en la vida es efímero y tarde o temprano todo termina. Desarrollar la capacidad de disfrutar en el presente de todo lo que nos rodea y la capacidad de adaptarse a una pérdida a corto plazo.

Aprender a prescindir de algo o de alguien es muy importante ya que cuando lo haces, estás mucho más cerca de ser libre y autosuficiente.

Todos tenemos apegos en mayor o menor medida, es cuestión de identificar qué tipos de apegos pueden provocarme malestar en un futuro, y si merece la pena apegarse a ciertas cosas en la vida.

“Un hombre puede estar en un trono y no tener apego alguno, otro puede estar en harapos y tener mucho apego” Vivekananda, pensador y líder religioso indio.

Juan Castillo
Coach personal