En este artículo se habla de cuáles son las barreras que nos impiden luchar por nuestros sueños y qué podemos hacer para empezar a lograrlos. ¡Es hora de despertar!
Son muchas las personas que a menudo se pasan los días soñando con las cosas que harán en el futuro, tienen cantidad de proyectos y metas que quieren alcanzar y, a pesar de esto, nunca llegan a “ponerse manos a la obra” con eso que tanto desean. ¿Te suena familiar? ¿Qué crees que es lo que puede estar haciendo que tus objetivos se te resistan? Si crees que este post te puede servir para darte ese pequeño empujón en la lucha por tus sueños, sigue leyendo:
En primer lugar, ¿Te has parado a pensar en qué se diferencian una persona que logra sus metas y otra que no lo hace?
Ambos tipos de personas sueñan, tienen deseos y proyectos, sin embargo, la diferencia está en que aquellas personas que consiguen sus propósitos son las que se han puesto a trabajar en ello. Este es un paso clave. Evidentemente, que te pongas a trabajar en ello no quiere decir que tengas el éxito asegurado, pero lo que sí es seguro es que si no haces nada, tus sueños ya realizados no caerán del cielo.
Pero, ¿Cómo se puede explicar que nos cueste tanto ponernos en marcha?
Hay un concepto surgido recientemente en psicología llamado “zona de confort” que explica por qué permanecemos dejándonos llevar por las circunstancias en vez de tomar las riendas de nuestra vida.
La zona de confort se define según Regent (2011), como “ese espacio, no necesariamente físico, en el cual nos sentimos cómodos, seguros y confortables”. Es decir, la zona de confort es todo aquello que forma parte de nuestra vida cotidiana. En esta zona nos movemos con confianza y comodidad a pesar de las cosas malas que tengamos en ella, porque es a lo que estamos acostumbrados y resulta más sencillo quedarnos donde estamos que cambiar nuestro estilo de vida. Lo desconocido asusta. Mucho. De modo que preferimos conformarnos con lo que tenemos antes que salir a buscar lo que queremos.
¿Es mala la zona de confort?
No es así. La zona de confort es algo que permite que nos adaptemos a nuestro entorno sin sentirnos en todo momento en una tensión continua, que sí tendríamos si pasásemos todo el día haciendo frente a nuevos retos. No se trata de que pasemos el día fuera de nuestra zona de confort, sino que lo ideal sería ampliarla.
¿Qué sucede si no ampliamos nuestra zona de confort?
La zona de confort sí que puede ser un arma de doble filo. ¿Por qué? Porque nuestra zona de confort puede limitar enormemente nuestra existencia. Es posible que estemos años soportando un trabajo que no nos gusta, mantengamos lazos personas que no nos permiten desarrollarnos plenamente, y en última instancia, que esto nos lleve en cierto modo a desperdiciar nuestro talento por el miedo que supone “el cambio”. ¿Quieres pasar el resto de tu vida con esas limitaciones? Si tu respuesta es “no”, aquí te ofrezco algunas claves para empezar a trabajar en esos sueños:
¿Qué puedo hacer para ampliar mi zona de confort?
1º.- El primer paso es observar qué es lo que has hecho para lograr tus sueños
Si tu respuesta es “nada”, piensa en aquello que te gustaría alcanzar y reflexiona acerca de las siguientes cuestiones:
¿Qué es lo que quieres conseguir?
¿Por dónde tienes que empezar?
¿Cuáles son tus principales limitaciones?
Una vez tengas la respuesta a estas preguntas, sé consciente de que es normal que puedas sentir algo de miedo o ansiedad cuando pienses en la posibilidad de introducir esos cambios en tu vida. Cuando salimos de nuestra zona de confort, podemos sentirnos indefensos y buscar excusas para regresar de nuevo a ella, para sentirnos cómodos y confortables. No lo hagas. Es posible que esa sea tu principal limitación.
2º.- Elabora un plan
Una vez que hayas analizado cómo estás actuando, dirige tu comportamiento a ampliar tu zona de confort. Antes hablábamos de qué diferencia a una persona que sí ha conseguido sus sueños de otra que no lo ha hecho.
Las personas que han logrado sus sueños, en un momento determinado trazaron un plan de actuación, se marcaron unas pautas y una fecha límite para conseguir sus propósitos. Este último punto es muy importante, ¿por qué una fecha límite? Porque los cambios nos dan miedo. Lanzarnos a la aventura puede suponernos cierta ansiedad. Pensamos que no estamos del “todo” preparados.
Esperamos un mejor momento que nunca llegará porque siempre tendremos algo que perfeccionar o algo más importante en ese momento. Ahí radica la importancia de ponernos una fecha. Esa fecha hace que mantengamos nuestro “plan” en nuestra mente y hagamos pequeñas cosas día a día. Si no, caemos en la trampa de ir postergando nuestros proyectos y ver cómo acaban pasando los días y los años sin haber hecho nada para lograr esos sueños.
3º.-Empieza por metas pequeñas y a corto plazo
Es más fácil y más satisfactorio empezar por pequeños objetivos que podemos obtener en un corto período de tiempo. Nuestra motivación aumenta a medida que vamos superando los obstáculos y eso nos ayuda a no abandonar.
Empezar por cambiar pequeñas cosas en tu vida e ir aumentando progresivamente la importancia de tus cambios. Por ejemplo, puedes plantearte estudiar un nuevo idioma, una oposición, emprender con un negocio o ampliar tu círculo de amigos… e ir trazando pequeños cambios en tus rutinas diarias que te encaminen a lograrlo.
Para ello, lo ideal es que planifiques cómo será aquello a lo que te vas a enfrentar y cuáles serán tus respuestas, tanto aquellas que te frenarán como aquellas con las que te empujarás hacia delante. Hablar con gente diferente a ti puede ayudarte a que veas otras perspectivas de la vida, o simplemente, a que veas que hay más vida fuera de la que tú estás acostumbrado a vivir. Trata de aprender todo lo que puedas.
4º.-No temas al fracaso
El fracaso es necesario para aprender de nuestros errores y mejorarlos. No nacemos sabiendo todo y de todo, sino que en muchas ocasiones es necesario un aprendizaje antes de conseguir los objetivos anhelados. Caer y volver a levantarse es parte del juego de lograr tus sueños. Piensa en el fracaso como parte del éxito y ese éxito que será tuyo. Mucha suerte en tu viaje.
Referencias bibliográficas:
Cajina Heinzkill, G. (2013). Rompe con tu zona de confort: 52 propuestas para tomar las riendas de tu vida. Ediciones Oniro.
Hemmi, M. (2013). ¿Te atreves a soñar?: Ponle fecha de caducidad a tu sueño y sal de tu zona de confort. Ediciones Paidós.
Regent, P. (2011). Zona de confort. Revista de Antiguos Alumnos del IEEM, 14(1), 14-15.