Con estos 7 pensamientos aprenderás a superar rápidamente los malos momentos que se crucen en tu camino.
1. La felicidad no es algo constante y tampoco se supone que tenga que serlo.
Si la felicidad fuera algo constante no sabríamos disfrutarla ni apreciarla ya que estaríamos habituados a ella. Para vivir días y tiempos felices es necesario atravesar momentos de dificultad en nuestras vidas. Sólo así sabremos apreciar y valorar esos momentos de felicidad que constantemente desaparecerán de nuestras vidas para más tarde volver a aparecer.
2. Los fallos y los errores son situaciones transitorias que nos enseñan lecciones necesarias y permanentes.
Con frecuencia las mayores lecciones que hemos aprendido en nuestras vidas han surgido como consecuencia de haber cometido un gran error. Todos nos equivocamos y cuanto antes aceptemos este hecho, antes podremos emplear todo nuestro potencial para conseguir aquello que deseamos. Hacer algo y equivocarte es siempre 10 veces más productivo que no hacer nada.
3. Siempre estás progresando aunque no puedas percibirlo aquí y ahora.
Las personas perfeccionistas, entre las cuales me incluyo, nos enfrentamos a un problema cuando estamos en un proceso de aprendizaje, ya sea una carrera, un deporte o un trabajo.
Somos tan perfeccionistas que hasta que no consideramos que hemos aprendido una lección (o lo que sea) al 100%, pensaremos que no estamos realizando ningún progreso y que por lo tanto no estamos aprendiendo nada.
No importa si comenzamos con un 0% de conocimientos y a día de hoy ya llevamos un 70%. Ese 30% que nos separa de la perfección nos lleva a visualizar nuestro progreso como algo estancado y por lo tanto insuficiente. Este pensamiento nos puede llevar a abandonar aquello que hemos empezado.
Una técnica que utilizo a menudo para contrarrestar este problema es tratar de compararme con mi «yo» del pasado. Pondré un ejemplo: llevo algo más de 2 años estudiando Psicología y a veces siento que no estoy aprendiendo nada. Hoy, sin ir más lejos, he comenzado a leer el tema 1 de Psicología del Pensamiento.
A pesar de que la lectura me ha resultado bastante aburrida y complicada, he podido comprobar que había multitud de conceptos y autores tratados en cursos anteriores que estaban fuertemente anclados en mi memoria y no he tenido que esforzarme en comprender quiénes eran o qué decían.
Todos esos conocimientos se encontraban ya en mi interior. Ahora bien, si este tema lo hubiera leído hace 2 años cuando apenas comenzaba la carrera, habría tenido que realizar un esfuerzo enorme para comprender términos básicos como «condicionamiento clásico» o «condicionamiento operante». Si comparo todo el desconocimiento de mi «yo» del pasado con mi «yo» actual puedo acceder a un nivel mental que me permite ser consciente de cuál ha sido realmente mi progreso.
4. Lo que sientes cuando estás estresado no es una medida exacta de la realidad.
Que tengas miedo no significa que estés en peligro. Que te sientas solo no quiere decir que a nadie le importes. Aunque pienses que vas a equivocarte no quiere decir que lo acabarás haciendo. Por mucho que nos empeñemos la profecía autocumplida no siempre se cumple.
Debes mirar más allá de tus miedos y dudas para tratar de encontrar la verdad. Tienes que ser consciente de esa voz interior que no deja de decirte lo que puedes y no puedes hacer y y hazla callar cuando sea necesario.Todos hablamos con nosotros mismos y nos lanzamos muchos mensajes. Si además nos enfrentamos a un obstáculo, la mayor parte de esos mensajes serán negativos.
No somos conscientes de lo mucho que pueden afectarnos estas palabras. Debemos aprender a ignorarlas y desvincularlas de la auténtica realidad que nos rodea.
5. No puedes cambiar aquello a lo que evitas enfrentarte.
Puedes aprender grandes lecciones de tus fracasos y errores siempre y cuando no pierdas el tiempo tratando de negarlos o justificarlos. Requiere mucho valor admitir que tienes que cambiar algo. Y todavía se necesita más valor asumir que tú tienes la responsabilidad de cambiarlo.
El paso más importante que nos lleva a conseguir algo no es el último paso sino el primero. El simple hecho de ponerte en acción y comenzar algo te situará en un estado mental positivo que te dará la fuerza necesaria para continuar hasta el final.
6. Tu pasado no define tu futuro.
No importa lo caótico que haya sido tu pasado ni las veces que te equivocaste. El futuro se presenta ante ti limpio, fresco y cargado de nuevas posibilidades. Tus malos hábitos y errores del pasado no definen quien tú eres ahora. Tú no eres lo que otras personas esperaban (o no esperaban) de ti en el pasado.
Es cierto que llevamos una serie de años vividos y hemos aprendido una serie de condicionamientos que nos separan de esa tábula rasa que éramos cuando nacimos. Pero tan cierto es que siempre quedará espacio libre en esa tábula para escribir nuevos condicionamientos o incluso reescribir antiguos. Únicamente eres lo que piensas que eres en este momento. Únicamente eres lo que estás haciendo en este momento.
7. No conseguir lo que quieres puede ser el mejor de los regalos.
A veces no conseguir lo que deseamos puede suponer un golpe de buena suerte ya que nos obliga a reevaluar nuestra situación y abrir nuevas puertas en busca de nuevas oportunidades. Personalmente contribuyo activamente en la búsqueda de nuevas oportunidades cada vez que me sucede algo negativo.
Cuando me ocurre algo no deseado o fracaso en mi intento de conseguir algo por lo que he estado luchando, me digo a mi mismo: «ok, ahora voy a hacer algo positivo que núnca se me habría ocurrido hacer si hubiera conseguido aquello por lo que estaba luchando».
Gracias a esta técnica consigo 2 cosas: Por un lado aprendo a salir rápidamente de los resultados o situaciones negativas al focalizar mis energías en un nuevo proyecto.
Por otro lado, si el nuevo proyecto llega a buen fin, podré recordar mi anterior fracaso como algo realmente positivo que me ha permitido llegar a mi situación actual. Esto se explica mejor con un ejemplo: hace algo más de 2 años sufrí un recorte de horario y sueldo en la empresa para la que trabajo. Inmediatamente decidí que tenía que sacar algo provechoso de aquella mala situación y emplear esas nuevas horas libres en algo productivo. Decidí matricularme en Psicología y de forma simultánea crear este blog que estás leyendo.
Hoy, dos años después, llevo más o menos la mitad de la carrera terminada y este blog ha conseguido cierta relevancia en el mundillo estudiantil. Además cuento con una página en Facebook con casi 2000 seguidores 160.000 seguidores 200.000 seguidores y gracias a los ingresos por publicidad puedo recuperar cada mes parte del sueldo perdido. Durante todo este tiempo he conocido a grandes compañeros y mejores personas con las que he podido ir creciendo y aprendiendo.
Con todo este autobombo simplemente pretendo explicar que si ahora echo la vista atrás y pienso en aquel gran obstáculo que fue la reducción de mi salario, me doy cuenta que en realidad fue el mejor de los regalos.