La educación se estará recomponiendo dentro de algunos años, lejos de la inclusión de las tecnologías. Es por eso que las aulas o el campo escolar ya no estará designado al riguroso sistema de tareas o largas jornadas, en las que el aprendizaje se va a cuenta gotas por el aburrimiento de las nuevas generaciones.
La niñez del siglo XXI busca que se enfaticen los contenidos, que las herramientas sean más visuales y que haya descansos entre clases para poder cimentar relajadamente los conocimientos.
Se habla de Hiperactividad (ADHD) ligada con Deficit de Atención (TDAH) donde los padres preocupados por el aprovechamiento de su hijo, buscan el diagnóstico, muchas de las veces poco acertado, del psicólogo infantil.
Estas conductas que tienen una larga presencia en la historia y que en la actualidad se han tratado como un mal, no son más que procesos de conciencia. Los sistemas y formas de aprendizaje comienzan a caducar, es responsabilidad del profesor, tanto como de la institución educativa poner manos a la obra, lejos de reformas que pudieran interferir con el desarrollo de los niños, quienes serán los herederos del mañana.
Mindfulness para niños
El Mindfulness, (conciencia plena, atención plena) maneja técnicas donde los pequeños pueden fijar su atención en los objetivos para obtener un aprendizaje sin presiones, lejos de la retención obligada.
En este tipo de técnicas los niños pueden reducir sus niveles de estrés, los cuales son preocupantes en plena actualidad, ya que sin duda la carga tecnológica a la que están expuestos resulta contraproducente.
Aún más cuando los profesores, incentivan la búsqueda en Internet, en vez de iniciar su inquietud investigativa en libros, ilustraciones y otros recursos que completen la educación del alumno.
La depresión es una patología que desafortunadamente va en aumento porque muchos de los niños se sienten desplazados al no poder cumplir los parámetros con el ritmo de estudio designado.
El condicionamiento por parte de las instituciones educativas, donde todos y cada uno de los alumnos debe quedar cerca del rango, numéricamente hablando, es una limitante para otros estudiantes que quizá no son buenos en asignaturas que el propio programa educativo ha establecido, por ser otra de las formas industrializadas que ha quedado como herencia para desmotivar y eliminar el sano desarrollo de las capacidades humanas, tanto en maestros como en el alumnado.
Esta internalización de ciertos patrones de conducta – en el aprendizaje – linealmente permanecen entrada la adolescencia, por lo que muchos de los educadores no se cuestionan si el trabajo pedagógico que realizan es de calidad y mucho menos que éste pueda colaborar al crecimiento y educación del menor.
Las consecuencias psicosociales y psicoeducativas de su labor como docentes es importante, sobre todo por lo que puede acarrear emocionalmente en un futuro cercano.
Los alumnos portan consigo mismos las mismas preguntas, el modelo simple que no salga de los parámetros de la disciplina; las consecuencias quedan expuestas en el bajo rendimiento académico, ya que estas capacidades correlacionadas en la infancia, son acalladas por el cumplimiento estricto de los estatutos de la escuela, más que darle una formación humanística al infante.
Enseñanza vinculativa
La aplicación del Mindfulness en los centros educativos, ayudará al alumno a tomar conciencia de su identidad y autonomía personal, a mejorar su comunicación en relación con la expresión corporal desde ejercicios, técnicas de relajación, hasta Arteterapia.
Esta última ayuda a mejorar l autoestima, por lo que los factores estresores del día podrán enfrentarse con vías más acertadas a la solución de problemas y ser más resiliente (resiliencia: aprendiendo de las dificultades) para observar estas problemáticas como oportunidades de crecimiento y fortalecimiento personal de las habilidades.
Tras este conocimiento adquirido por el Mindfulness el niño puede vincular varias experiencias, ayudándole a mantener una estabilidad socio–emocional asertiva, para continuar con su proceso de aprendizaje de forma óptima.
Las sesiones (Mindfulness ) de meditación, concatenada con ejercicios de respiración entre clases, ayudan a que los niños, tengan una mayor capacidad asociativa de los conocimientos obtenidos.
Otra de las técnicas empleadas es la relajación por medio de la música clásica (Mozart por ser el exponente más recomendado ya que su música incita a la relajación, la concentración, y al mismo tiempo a la estimulación cerebral)
Los docentes pueden probar con algún otro tipo de música rítmica para el fortalecimiento y desarrollo psicomotor, así como explorar en la esfera social (a través de los sentidos) el ambiente y como se perciben a si mismos cognitivamente.
Beneficios del Mindfulness en el aula
- Mejoramiento de su atención plena.
- Aprendizaje efectivo.
- Mejora en la concentración y rendimiento escolar.
- Identificación de sus emociones y regulación de las mismas.
- Solución de problemas.
- Expresión libre de las emociones.
- Ayuda a mejorar la creatividad.
- Comprensión de su entorno y relación social con alumnos y maestros.
- Mejora en las habilidades sociales: respeto, empatía, pertenencia.
La adquisición de las técnicas del Mindfulness dentro del aula, es un aliciente constante ya que la forma de trabajar reafirma que los alumnos estarán dentro de un ambiente de calma y relajación.
Este primer punto positivo es el comienzo, ya que muchos de los estudiantes perciben el salón de clases como una amenaza constante (sin mencionar las situaciones por bullying) el alumno tiene que saber que la forma de aprendizaje no será un problema, sino un apoyo para resolver cuestiones personales, sociales y psicóemocionales.
La integración de los ejercicios ayuda a disminuir inconvenientes con la conducta infantil, los niños comienzan a aceptarse a sí mismos, lo que genera una autoconciencia y la identificación por parte del niño de sus propias cualidades.
Para finalizar una de las mejores técnicas del Mindfulness es la Arteterapia, ya que dicho alumno podrá encontrar por medio de las artes plásticas, la respuesta a alguna problemática, sentimiento, o alguna conducta no identifica o disfrazada, de la cual el docente o padre no da por sentado.
Esta herramienta permite la libre expresión para reforzar la confianza del niño para evidenciar toda esa emocionalidad que quizá en cierto momento, le cuesta externalizar o ponerla en un discurso entendible.
La palabra escrita de igual forma genera esta vinculación de ideas, sentimientos, recuerdos para fomentar en el alumno un auto diálogo que podría funcionar como terapia inicial, sin la presencia invasiva de un adulto.