Depresión Postparto: Definición, Mitos y Prevención

En nuestra sociedad, la maternidad es presentada como un hecho maravilloso sin problemas, donde la madre está siempre radiante.

Esto no es mentira, pero es solo una parte de la realidad. Las madres, sobre todo las primerizas, tienen unas expectativas que quizás no se cumplan.

A raíz de este “buen mito”, las madres no crean unas buenas estrategias de afrontamiento a problemas que surgen cuando el bebé nace, como son: los gases, los llantos, o detectar señales de comunicación del bebé. Ante esto, las madres se saturan y puede ocurrir la denominada “depresión postparto”.

Antes de desencadenarse la depresión postparto, la madre puede tener el llamado “Maternity Blues” que es un conjunto de episodios de llanto, cansancio o insomnio que la madre puede pasar tras sentirse abrumada por esta situación de incertidumbre ante el bebé.

Estas sensaciones son normales mientras duren entre 2 y 7 días, hasta que se normaliza la situación y la madre recupera la calma. El problema aparece cuando este maternity blues se alarga en el tiempo más de lo normal y desencadena finalmente la depresión postparto.

Ante este tipo de sucesos que podemos encontrar entre las madres, hay que actuar y desarrollar un plan de prevención y psicoeducación del estado de ánimo o tratamiento de la depresión si ya está presente.

El problema viene cuando echamos un vistazo a nuestro sistema sanitario y comprobamos que no se lleva a cabo una evaluación psicológica tratando de evaluar el estado mental de las madres durante su embarazo y en el postparto. La depresión perinatal es un importante problema con muy poca intervención en la actualidad.

Demandas recurrentes de las madres que habría que trabajar con ellas, serían:

  1. Mitos de la maternidad. Como por ejemplo las distorsiones del “deber de ser una buena madre en su totalidad”.
  2. Manejo del apoyo social. Aprender a pedir ayuda cuando se necesite y aprender a decir que no cuando sea oportuno para la madre.
  3. Manejo del tiempo cuando nazca el bebé.
  4. Manejo de la activación fisiológica con la relajación.

Para ello, antes de nada, hay que saber y tener en cuenta las posibles consecuencias de la depresión. Valorar a la madre en cuanto a su salud física, ya sea nivel de azúcar o colesterol por ejemplo, debe de ser igual de importante que valorarla respecto a su salud mental, como los episodios depresivos o de ansiedad.

Refiriéndonos a la salud mental de la madre, y más concretamente a la patología depresiva que puede desencadenar, teniendo en cuenta que hasta un 20% de madres pueden padecer depresión, el profesional a cargo deberá de contemplar estas posibilidades:

  1. Consecuencias de la depresión durante el embarazo:

  • Complicaciones en el parto
  • Parto prematuro
  • Bajo peso al nacer
  • Preclampsia: hipertensión inducida durante el embarazo
  1. Consecuencias de la depresión después del parto:

  • Resultados pobres en el comportamiento
  • Pobre nivel cognitivo del bebé
  • Pobre nivel emocional del bebé
  1. Consecuencias adversas:

  • Alteraciones del vínculo materno-filial
  • Problemas en la relación de pareja y familiares
  • Problemas en el cuidado de otros hijos

Como hemos resaltado anteriormente, los aspectos emocionales de la madre son importantes ya que pueden influir al feto. Además, estos pueden estar relacionados con las prácticas parentales y el apego del bebé a la madre.

Jane Barlow, profesora de la Universidad de Oxford, presidenta de la Asociación de Salud Mental Infantil de Reino Unido y editora de la revista Child and Adolescent Mental Health, se dedica en la actualidad a investigar cómo influyen las etapas más tempranas (aspectos maternales, comportamientos de salud, pensamientos sobre el bebé…) en la crianza de los hijos y en el origen de los problemas psicológicos.

En su conferencia “Empezando antes del nacimiento: Funcionamiento materno y posterior desarrollo del niño” destaca la importancia de dos factores que comienzan antes del nacimiento del bebé. Estos son: los comportamientos de salud dedicados a proteger al bebé y el desarrollo de la relación con el bebé mediante los pensamientos que tienen los padres sobre este.

Así, concluimos que los aspectos de la paternidad antes de que el bebé nazca son de gran relevancia tanto para el bebé como para los padres.

Por lo tanto, lo más favorecedor para las madres y por consiguiente para sus bebés, será tener una actitud relajada y positiva y pedir ayuda a los profesionales convenidos, como por ejemplo un psicólogo perinatal, cuando exista alguna preocupación mayor.

Referencias:

http://www.infocop.es/view_article.asp?id=7010&cat=50

http://www.infocop.es/view_article.asp?id=6211&cat=44

http://www.infocop.es/view_article.asp?id=6117

Ruth Suria Cobos
Psicóloga graduada por la Universidad de Murcia.