Sabemos que cualquier tipo de duelo hacia un ser querido es un proceso doloroso. Pero ¿qué sucede cuando hablamos de la pérdida durante el desarrollo de un embarazo? ¿Qué ocurre cuando perdemos a un hijo?
¿En qué consiste el duelo perinatal?
En este caso, se trata de lo que denominamos un duelo perinatal. Un fenómeno mucho más frecuente y asiduo de lo que creemos, al que, cada vez, se le va dando toda la importancia que, realmente, tiene. Ya que, durante mucho tiempo, ha sido uno de los duelos más naturalizados, por decirlo de alguna manera, al que no se le daba la índole que merece.
El duelo perinatal es la pérdida del bebé que se produce durante el embarazo, previamente al parto o posterior a este.
El duelo perinatal es uno de los duelos más complicados ya que, nos encontramos ante un espacio-tiempo, excesivamente breve, en el que nos chocamos con la vida y la muerte de manera simultánea. Dos de los momentos vitales más antagónicos e importantes, en los que, ambos extremos se hacen patentes.
Cuando nos encontramos ante este tipo de pérdidas hemos de tener en cuenta que nos encontramos con varios factores a nivel sincrónico.
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Por un lado, existen las mismas emociones de tristeza y sentimientos de dolor y pérdida como en cualquier otro tipo de proceso de duelo. Pero, por otro lado, nos encontramos ante otras grandes pérdidas de manera inherente.
Se trata de distintos procesos de duelo, ya que, también debemos afrontar la pérdida del momento de ser padre o madre junto con los roles que estos mismos generan, sobre todo en caso de ser el primer hijo. Por otro lado, estamos ante la pérdida de confianza en relación al momento del embarazado y el parto y, además, al ser un tema que, incluso en la actualidad, es considerado como tabú, se puede sentir la pérdida del derecho a mencionar, valga la redundancia, esa misma pérdida.
En estos casos, es muy importante respetar y dar(se) permiso en sentir estos distintas pérdidas dentro del duelo perinatal. Es decir, es vital poder atender y reconocer la necesidad de dolor y permitírselo.
Como hemos comentado, el duelo perinatal consiste en un momento en el que la vida y la muerte están conectadas en un breve espacio siendo muy próximas ambos procesos vitales. Y, cabe a destacar, que otra de sus características es el vacío que deja sobre alguien tan importante para los padres, principalmente, y familiares.
Fases del duelo perinatal
Ante cualquier tipo de pérdida nos encontramos con distintas fases del duelo, pero, en este caso es aún más fundamental respetar estas fases, escucharse e intentar afrontar cada periodo de la mejor manera que sea posible.
Las fases por las que suelen pasar los progenitores en estos casos, según López (2011) son:
Primera fase: shock e insensibilidad
En primer lugar, se experimenta shock e insensibilidad, aturdimiento y dificultad funcional; todo ello acompañado de sentimientos de añoranza.
En esta fase, el dolor es profundo y muy intenso. Primeramente, se entra en una fase de negación acompañada del shock emocional y sentimental, siendo una máscara protectora en forma de incredulidad ya que, nuestra mente crea un mecanismo de defensa para poder digerir una realidad tremendamente dura e inesperada, puesto que, a nivel biológico nuestra mente no está preparada para una noticia de tal índole.
Esta fase va, posteriormente acompañada de una gran ira y rabia en la que la situación es totalmente injusta para los progenitores y se necesita buscar a un culpable.
Segunda fase: desorientación
En segundo lugar, la desorientación y desorganización de la vida cotidiana. Esto va de la mano de la sensación de vacío y desamparo.
En esta fase, la tristeza y sensación de vacío tiene un papel protagonista. Un periodo en el que ambos padres necesitarán un tiempo de soledad, introspección y poder afrontar todas esas emociones que brotan intensamente.
Tercera fase: reorganización
Finalmente, se consigue una reorganización en la que se rehace la vida y se recupera la capacidad de disfrute, pero sin olvidar.
Cuarta fase: aceptación
Por último, entramos en la fase de aceptación. En este caso, daría lugar al cierre del duelo.
Consiste en asumir la pérdida permitiéndose la oportunidad de sobrevivir al duelo a pesar de la ausencia del bebé. Se trata de un periodo también complicado en el que la asimilación y la aceptación deben ir de la mano.
Aquí la comprensión y la comunicación tanto en pareja como para la familia más cercana es vital. Se deben tener espacios en los que poder expresar todas las emociones y todo el dolor vivido.
Problemas que pueden aparecer en el duelo perinatal
El apoyo social, en este caso es esencial. Ya que, las personas que sufren o han sufrido este duelo pueden presentar distintos factores invalidantes tanto a nivel emocional como a tener un entorno que tiende a minimiza el dolor.
Por ello, debemos tener muy en cuenta tanto el apoyo familiar como el social. Muchas de las personas que están viviendo o han vivido un duelo de este tipo, suelen encontrarse con distintas frases y comentarios de su entorno que, nada más lejos de la intención, aumentan el sufrimiento, invalidan las emociones y todo el dolor de los padres.
Suelen ser frases como:
“Ya tendréis otro bebé”
“Sois jóvenes, tenéis toda la vida por delante para intentarlo de nuevo”
“Esto ocurre más de lo que piensas, te volverás a quedar embaraza”
Y así, un sinfín de comentarios en los que, inconscientemente se busca apaciguar y calmar el dolor, pero, tras este tipo de frases lo que se hace es minimizar completamente todo su proceso de dolor y duelo quitándole importancia a un hecho que provoca muchísimo sufrimiento y tristeza.
En este caso, el equipo médico que haya estado presente en el momento de la muerte, también debe ser un apoyo importante. Sobre todo, la manera en la que se haya tratado toda la experiencia.
Principalmente, es importante encontrarse con un ámbito sanitario con empatía, escucha activa, apoyo, sostén y, sobre todo, sensibilidad ante este tipo de noticias. Esencialmente, en la primera etapa del duelo mencionada anteriormente.
Por otro lado, también nos encontramos ante el hándicap en duelo perinatal cuando las parejas llevan distintos ritmos de duelo. Por ello, también es importante entender que, cada persona tiene su ritmo y lleva el proceso de la mejor manera que puede.
Aunque se trate del mismo tipo de pérdida entre un padre y una madre, no dejan de ser personas distintas que vivirán el proceso a ritmos, probablemente, distintos. La comunicación y el poder permitir expresar el dolor, en este caso, es fundamental, tal y como hemos comentado.
Cómo transitar este tipo de duelo
En este caso es muy importante que cada persona elija qué hacer y qué no. Hay distintas maneras y formas de poder validar los recuerdos y permitir un duelo adecuado para estos casos.
Una de estas formas es poder crear una caja en la que se puedan ir recogiendo todos los recuerdos que han formado parte del bebé. Pueden ser desde ecografías, objetos especiales que recuerdan al hijo, mantas, peluches o cualquier objeto simbólico que represente al bebé para los padres.
De esta manera, se crea un lugar, un recuerdo y un espacio al que poder acudir para transitar y reconfortar el dolor y la pérdida.
Otra manera en la que poder afrontar este duelo es realizar un ritual de despedida, sea cual sea la circunstancia de la pérdida. Se puede llevar a cabo una especie de ritual o de acto simbólico para despedirse.
Cada pareja o persona puede elegir el que crea más conveniente y sea más significativo para él o ella. Una de las maneras, puede ser plantando un pequeño árbol en un lugar especial.
Lo importante es que, las personas que estén sufriendo este tipo de duelo puedan escucharse a sí mismas y ver qué es lo mejor para cada persona y ver qué necesita para poder afrontar su dolor de la mejor manera posible.