Todos hemos oído hablar en alguna ocasión de los denominados Trastornos o Desórdenes alimenticios. Sin embargo, saber qué son exactamente o cuándo los estamos sufriendo es algo bien distinto. Por ello, vamos a intentar presentaros algunas aclaraciones que os permitan saber con qué estáis tratando.
En primer lugar, ¿qué es, exactamente, un desorden alimenticio?
El Instituto Nacional de Salud Mental define los trastornos de alimentación de la siguiente manera. Se trata de un tipo de trastorno o enfermedad que causa graves repercusiones en la dieta diaria de las personas, ya sea de forma reducida o de manera excesiva. Las personas que los sufren no suelen ser conscientes de ello.
Como consecuencia, se esconden graves problemas de tratamiento. Se caracterizan por grandes impulsos de ansiedad o angustia relacionados directamente con la imagen que tienen de ellos mismos. En otras palabras, son personas enfermas que necesitan tratamiento psicológico. Lo que sufren no es una mera variación en una dieta determinada, sino un problema mental que encierra mayores preocupaciones.
Este tipo de desórdenes son más comunes en la adolescencia, donde los problemas sociales se ven transferidos a la identidad, la autoestima e incluso la personalidad del individuo.
Ello no implica, sin embargo, que no existan casos durante la niñez o la etapa adulta, e incluso en la vejez. Asimismo, aunque existe una clara preponderancia de estos desórdenes alimenticios en las mujeres, también se dan entre los hombres con mayor frecuencia de la que cabría esperar. Recordemos que, ante todo, se trata de una enfermedad y debe tratarse como tal.
Entonces, ¿cuáles son los tipos más comunes de desórdenes alimenticios?
Existen numerosos tipos de desórdenes y trastornos alimenticios y su clasificación podrá variar. Afectarán factores como la cultura, los acuerdos de diferentes instituciones médicas o los avances sociales. Sin embargo, existe cierto consenso sobre los siguientes tipos de desórdenes alimenticios:
Anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y trastorno por atracón. Os van sonando, ¿verdad?
La Anorexia Nerviosa
La Anorexia nerviosa se puede caracterizar por un adelgazamiento drástico y evidente, que es el objetivo de la persona que la sufre y aquello a lo que aspira.
- Características:
Este individuo intentará rechazar la idea del peso o el cuerpo saludable y se verá aterrorizado por la subida de peso. Se trata de una persona cuya imagen de sí misma está influenciada por unas percepciones de carácter distorsionado. Intentará negar las evidencias en contra de su malestar físico y se aferrará de forma vehemente a la idea de mantenerse en este estado.
También querrán tener un consumo reducido o imprescindible, es decir, se alimentan con lo más mínimo posible. Son alimentaciones escasas o restringidas. Entre otros síntomas, puede eliminar la menstruación en las mujeres y las niñas y causar graves problemas físicos, como la anemia o la desnutrición.
- Conductas:
Estas personas tendrán una gran obsesión con su físico y con la alimentación. Debido a ello se pesarán varias veces al día. Consumirán comida de manera muy reducida, y hasta la racionarán de forma meticulosa y programada.
Algunos individuos con este trastorno alimenticio también pueden pasar por períodos de atracones masivos de comida. A su vez, estos atracones estarán seguidos de recaídas en la anorexia y conductas como el ejercicio excesivo, la inducción de vómitos o el consumo de productos diuréticos.
Se trata de un grave desorden alimenticio, pero no todo está perdido. El Instituto Nacional de Salud Mental afirma que algunos individuos con este trastorno tienen una buena recuperación tras el tratamiento adecuado. Otros sufrirán recaídas y, en algunos casos, la enfermedad podrá empeorar y establecerse de forma crónica.
La Bulimia Nerviosa
Al contrario de lo que muchas veces se entiende comúnmente, la Bulimia nerviosa, en realidad, no es igual que la Anorexia.
En esta ocasión la Bulimia se caracteriza porque el individuo ingiere grandes cantidades de comida y se siente inmediatamente culpable por hacerlo, con un descontrol de los impulsos a los que no ha podido frenarse.
- Características:
Para compensar ese atracón y poder tener cierto equilibrio emocional, siente que debe deshacerse de las cantidades ingeridas de comida. Realizará conductas de tipo agresivo para controlar su peso, como los vómitos inducidos, la ingesta de laxantes o diuréticos. Asimismo, también tendrá ayunos continuados o realizara deporte de forma excesiva. El individuo podrá combinar estas técnicas o realizar sólo algunas.
Ahora bien, si con la Anorexia la persona presentaba problemas graves de salud y de físico relacionados con su peso, una persona bulímica puede tener un peso normal e incluso algo de sobrepeso. Lo que tiene en común con el trastorno alimenticio de la anorexia es la imagen distorsionada y obsesiva que tienen de sí mismas, de forma que no alcanzan nunca la satisfacción con respecto a su propio físico, provocando estas actitudes dañinas.
- Conductas:
Suele tratarse de algo vergonzoso y las personas bulímicas pueden pasar desapercibidas. Es un problema grave, bien porque realizan estas conductas en secreto o bien porque, aparentemente, tienen un peso normal. Son estas acciones de atracón y limpieza las que repiten varias veces a la semana o incluso al día.
Trastorno por atracón
El Trastorno por atracón se caracteriza por el consumo masivo de alimentos sin control de los impulsos o de la alimentación.
- Características:
Se diferencia de la Bulimia en que en este trastorno no se producen las conductas de purga. Debido a que no controlan las cantidades de alimentación, es un trastorno alimenticio común entre las personas con problemas de sobrepeso. Por ello, conlleva graves problemas de salud relacionados con la presión arterial o enfermedades de tipo cardiovascular.
- Conductas:
Es habitual que tras cada atracón experimenten ansiedad, culpa o remordimientos. Esto les llevará a cometer de nuevo estas ingestas excesivas de comida.
En definitiva, lo que debemos recordar de los Desórdenes alimenticios es que se consideran enfermedades graves. Deberán tratarse por especialistas junto a la ayuda de las personas próximas al individuo que las sufre.