A raíz de la investigación sobre la ansiedad para mi tesina, he ido ampliando mi relación y mi experiencia con la ansiedad.
Os cuento un poco de historia sobre la ansiedad, es muy curioso que un problema con las traducciones ha hecho que dos palabras como ansiedad y angustia algunas veces se hayan entremezclado.
Del verbo latino ango, que significa estrechar, apretar, se derivaban dos sustantivos angustia y anxietas. En francés y en español, la psiquiatría utiliza dos palabras correlativas: angoisse y angustia que proceden de angustia, anxiété y ansiedad deriva de anxietas.
En cambio, anxiety es la única palabra técnica inglesa –anguish, derivada de angustia, es puramente literaria– y en alemán sólo existe la palabra Angst (de la misma raíz que angustia). En las lenguas en las que la medicina utiliza dos términos, la diferencia de sentido entre ellos ha sido fuente de discusiones. En francés, se aceptaba que existía entre ambos un matiz de intensidad: la angoisse era más intensa que la anxiété.
En alemán, Angst plantea una dificultad específica para dicha lengua. En su sentido habitual, significa miedo y tiene como sinónimo la palabra Furcht.
La ansiedad es una sensación que se suele sentir en el pecho y que una sensación centrípeta, y nos pone en movimiento, nos hace ponernos en marcha y hacer y hacer hasta terminar exhaustos.
La angustia es una sensación en el estómago, como de agujero, más centrífuga, más de meternos hacia dentro y de sentir que nuestra existencia está en peligro, nos deja más inmóviles.
Tanto la ansiedad como al angustia son dos señales que nos alertan de que algo a nivel emocional hay que atender, algo está pasando en esa persona que sufre ansiedad o angustia.
¿Por qué prolifera la ansiedad y la angustia en nuestra sociedad actual?
Sociedad del rendimiento y la competitividad.
Estamos inmersos en una sociedad del rendimiento, desde pequeños, ya se nos compara y se nos separa por rendimiento, los niños mejores y peores. Los padres luchan porque sus hijos estén en el grupo de los buenos y se enfadan si no lo consiguen y presionan al niño para que hable mejor inglés, para que salte o corra más…o lo que sea, saltando por encima de su hijo y del periodo evolutivo en el que esté.
Byunh-Chul Han, profesor de Filosofía y Teoría de los medios, en su libro, “La sociedad del Cansancio” habla de que nuestra sociedad es una sociedad enfocada al rendimiento. La sociedad del rendimiento se caracteriza por el verbo “PODER”, “yes, we can”. Cuando una persona en este modelo social se da cuenta de que no puede, entonces se deprime ya que ha fracasado, y lo duro y difícil es que no sólo lo piensa él, sino que lo piensa su jefe, su familia, y la sociedad en general.
Desde pequeños se nos introduce en una carrera que comienza en la Escuela, continua en la Universidad y luego sigue en el mundo laboral. Se nos hace creer que no hay para todos, sólo para los buenos, que las Empresas “Güays” quieren gente “Güay” (exitosa, de alto rendimiento, y también guapos…).
La sociedad presiona para que seamos seres capaces de hacer muchas cosas al mismo tiempo (multitasking). El multitasking no es un progreso para la civilización…se trata más bien de una regresión. El multitasking está ampliamente extendido entre los animales salvajes. Es una técnica de atención imprescindible para la supervivencia en la selva. (Byunh-Chul Han, La sociedad del Cansancio, página 33).
Con el multitasking, evitamos lo que los Gestalticos sabemos que es esencial para el darse cuenta, el aquí y ahora, la atención plena y consciente, y lo que genera es una atención dispersa, cambiando el foco de una tarea a otra, generando hastío, cansancio, estrés y evitando el aburrimiento, tan necesario para poder ser creativos.
La sociedad del rendimiento genera seres agotados y cansados, que la única manera que tienen para parar es enfermándose. Casi el 90% de las personas que atiendo en consulta vienen con síntomas ansiosos, y depresivos, cuando trabajamos los beneficios secundarios de dichos síntomas, aparece la posibilidad de parar, de no hacer, de no esforzarse, de no tener que ser el mejor…en definitiva, de descansar.
Primacía de la búsqueda de PODER
Teniendo en cuenta a Max Weber, estamos en una sociedad donde prima la acción social con arreglo a fines (o acción teleológica). La acción teleológica es la que lleva a cabo un sujeto pensando en un fin, pensando, por lo tanto, en la realización de sus propias metas. la acción social con arreglo a fines (o acción teleológica).
Piensa Weber que el mayor grado de racionalidad lo posee la acción teleológica. Weber considera que la racionalidad es la que ha triunfado. La imagen del mundo con valores es la que ha ido retrocediendo. Todos esos son valores que se creían supremos, primarios e incondicionados. Detrás de los valores de la cultura occidental no sólo hay intereses (Scheler, Apel, Habermas), sino otras cosas. Detrás de la verdad, la eficiencia, la objetividad, etc. está la voluntad de poder.
Sociedad medicalizada
Medicalización entendida como la conversión en procesos patológicos de situaciones que son y han sido siempre completamente normales y el pretender resolver mediante la medicina situaciones que no son médicas sino sociales, profesionales o de las relaciones interpersonales.
Desde mi punto de vista hay dos fuerzas que convergen, por un lado el miedo al dolor, la búsqueda del alivio momentáneo y rápido como tendencia social y por otro lado, el abuso de las farmacéuticas.
Existe una demanda en la sociedad que no quiere sufrir, ni responsabilizarse, es más sencillo tomarse una pastillita y no cuestionarse, ni reflexionar, ni plantearse un cambio de paradigma, ni por supuesto hacer terapia. Por otro lado, la voracidad de las farmacéuticas que con tal de vender, favorecen el aumento de enfermedades mentales y síntomas y conductas que antes no eran “enfermedades” y por tanto, no eran susceptibles de ser tratados con fármacos, ahora lo sean.
En las “Biblias médicas” donde se recogen las enfermedades (DSM) ha habido un gran aumento de enfermedades en los últimos años. La industria farmacéutica presta escaso interés en encontrar nuevos fármacos para enfermedades existentes y centra parte de sus esfuerzos en dar salida a fármacos existentes a través de la creación de nuevas enfermedades (antes la timidez era timidez ahora se llama “trastorno de ansiedad social”)
La Sociedad actual ha experimentado una reducción del nivel de tolerancia al dolor y al sufrimiento y requiere de la atención sanitaria para situaciones que antes eran aceptadas y resueltas sin necesidad de recurrir a los profesionales sanitarios. Es lo que algunos autores denominan «tolerancia cero». Al solicitar atención, se produce una medicalización de dichas situaciones y esto genera mayores expectativas y menor tolerancia, cerrando un círculo de perpetuación de la situación. Un estudio de la OCU señala que el 29% de los españoles ha tomado medicamentos en el último año para tratar la ansiedad.
Sociedad orientada a la tecnología, “al toque de un clic”
Cada vez más personas están “conectadas” 24 horas con el exterior con ausencia de contacto interno. Prima lo de fuera frente a lo de dentro. Los contactos cada vez son más virtuales y menos reales, menos presencia. El aquí y ahora queda relegado a lo que ocurre en una pantalla de un dispositivo. Las relaciones entre las personas se enfrían, cada vez hay más sensación de soledad debido a nuestra manera de tratarnos unos a otros como instrumentos.
Cuando hemos perdido el contacto con nuestras necesidades, impulsos y deseos naturales, andamos por el mundo desorientados, sin posibilidad de satisfacernos y desarrollarnos.
Para llegar a ser uno mismo y “despertar”, es necesario acostumbrarnos a pasar por la angustia.
Según Luis Gonzalez, la ansiedad se puede dar en función de la incapacidad del paciente de entrar en contacto con su ritmo biológico, conexión que le permitiría entregarse a su organismo y experimentar profundamente su cuerpo; puede tener que ver con la condición moderna de vivir permanentemente excitados, corriendo, sin poder terminar una acción que implique un contacto significativo con el propio cuerpo y con el ritmo interno.
Sociedad del miedo
Si la histeria fue la psicopatología más destacada a comienzos del siglo pasado, si la depresión fue la enfermedad predominante en la segunda mitad del siglo pasado, si en los ochenta y los noventa se despliega el auge de los trastornos narcisistas, este nuevo siglo parece despuntar con nuevos escenarios atravesados por patologías, biopatías y trastornos derivadas de una emoción predominante: el miedo”.
Hobbes y Maquiavelo coincidían que el miedo es la emoción política más potente y necesaria. Kurt Goldstein, escribió: “no existe mejor medio de esclavizar a la gente y de destruir la democracia que crear en las personas un estado de miedo. Uno de los pilares básicos del fascismo es el miedo”
El miedo es una emoción individual pero contagiosa, o sea, social. El contagio del temor nos permite hablar de “miedos familiares”, y de “miedos sociales”. El miedo produce un triple estrechamiento de la conciencia: corporal, psicológica y conductual.
Platón decía que el valor es el puente que une el deseo y la razón. Para Spinoza la valentía era el deseo del hombre para perseverar en su ser, de acuerdo con los dictados de su propio ser. La valentía es la libertad en acto. ¿Se puede actuar con valerosamente tan sólo por la fuerza de la voluntad?. Los que trabajamos como terapeutas sabemos que no, que se necesita un trabajo profundo autoconocimiento.
La posibilidad de control, y de prevenir son los grandes antídotos del miedo y amigos de la ansiedad y el estrés.
Sociedad que favorece la búsqueda de novedades, evitación del aburrimiento
La sociedad actual orienta a las personas a la evitación del aburrimiento y a la búsqueda de novedades de manera constante. Siguiendo el modelo de personalidad de Cloninger, la alta Búsqueda de Novedades (BN) se asocia con una baja actividad en las vías dopaminérgicas. Es una conducta que se caracteriza por una actividad exploratoria en respuesta a la novedad, la impulsividad y las señales de refuerzo y evitación activa de la frustración.
Los individuos con alta BN son personas irascibles, curiosas, susceptibles al aburrimiento, impulsivas, extravagantes y desordenadas.
Sociedad que rechaza la tristeza
Si buscas “felicidad” en Google, aparecen más de 60.000 referencias (el secreto de la felicidad, el instituto de la felicidad, el viaje a la felicidad, los padres quieren hijos felices, la receta de la felicidad, en cambio si buscas “tristeza” aparecen un 20% menos de referencias en comparación con “felicidad”, relacionadas con depresión y tristeza, disminuir la tristeza, cómo curar la tristeza, la tristeza es una emoción negativa, aliviar la tristeza…). El movimiento parece ir hacia la felicidad y evitar y/o salir de la tristeza..
Al no poder entregarnos a la tristeza, tampoco podemos entregarnos a la alegría. Es así que nos volvemos ansiosos en situaciones de placer, generándose la ansiedad en el conflicto entre entregarnos afectivamente y el temor a hacerlo, surgiendo, de esta manera, cada vez que el placer es suficientemente fuerte y “peligroso” de amenazar nuestro control más o menos consciente.