La incidencia de la pérdida de visión aumenta drásticamente a medida que las personas envejecen, y esto también puede tener efectos cruciales en su salud general y mental. Muchas enfermedades visuales son difíciles de parar si no se cogen a tiempo. Otros problemas de visión, como las cataratas, se pueden solucionar con una eficaz intervención ambulatoria en una clínica oftalmológica.
En cualquier caso, cuidar la salud ocular es importante, no solo para conservar en las mejores condiciones posibles un sentido tan preciado como el de la vista, sino también porque los problemas oculares afectan a la salud mental de las personas.
Efectos psicológicos de los problemas visuales
Según la ONG Unite For Sight, que ofrece servicios de atención oftalmológica en áreas necesitadas de todo el mundo, los principales efectos de las enfermedades oculares en la salud mental son:
Depresión
La pérdida de visión es un importante factor de depresión. Algunas de las principales causas de ceguera son enfermedades crónicas como la degeneración macular asociada a la edad o el glaucoma pero, incluso las personas con poca agudeza visual a la espera de una operación de cataratas, pueden sufrir este tipo de problema.
La cuestión es que la pérdida de visión limita mucho la calidad de vida de las personas y su independencia, especialmente a medida que se hacen mayores. Y esta situación no es fácil de afrontar.
Ansiedad
Perder visión y tener que adaptarse a la nueva situación, con dificultades para realizar tareas cotidianas como leer, conducir o reconocer rostros, también puede aumentar los sentimientos de ansiedad. Esto hace aún más difícil que las personas cuiden de sí mismas y de quienes dependen de ellas.
Aislamiento social
La pérdida de visión también afecta a las rutinas diarias y a la manera de ocupar el tiempo libre. Esto hace que las personas con problemas oculares abandonen sus aficiones e incluso que dejen de frecuentar sus círculos sociales o familiares. Esta desconexión y falta de apoyo social intensifica su aislamiento, aunque, a la vez, son menos autónomas y tienen un mayor riesgo de golpes y caídas si no cuentan con el acompañamiento adecuado.
La importancia de cuidarse
Existe la idea de que cuidar la visión es menos importante en la vejez, puesto que es parte del proceso de envejecimiento. Pero esto no es así. Una correcta atención médica puede mejorar de manera drástica los problemas de visión y la calidad de vida de las personas.
De hecho, acudir a revisiones periódicas con el especialista en oftalmología es básico para reducir la incidencia de este tipo de problemas y buscar soluciones a tiempo. Esto es especialmente importante para las personas con antecedentes familiares de problemas oculares o que tienen factores de riesgo (enfermedades o traumatismos previos en los ojos, diabetes u otras patologías generales…).
Cuidarse los ojos no solo ayuda a ser más independiente y a disfrutar más de la vida, sino que también permite prevenir muchos problemas psicológicos. En caso de que la pérdida visual sea irremediable, conviene contar con el apoyo médico adecuado y se puede optar por ayudas de baja visión que faciliten manejarse en el día a día lo mejor posible.