Voy a intentar dar unos consejos, o al menos unas ideas para estructurar tu tiempo de una manera óptima para acometer cada uno de los tres ámbitos que el título de este artículo señala. Empezaré dándote dos secretos. El primero de ellos es que vas a necesitar motivación y sacrificio.
Quiero pensar que si estás leyendo esto es porque ya tienes cierta motivación. Respecto al sacrificio, eso sólo depende de ti. Quizá el post donde toco el tema de la autodisciplina pueda ayudarte en este aspecto. El segundo secreto es que vas a tener que madrugar un poco más de lo normal. Si no eres un experto en el noble arte de despegar la cabeza de la almohada, puedes comenzar leyendo este otro artículo
Después de esta breve introducción vamos a entrar en materia. Quiero puntualizar que este artículo está orientado a una persona con trabajo a jornada completa y que además estudia a distancia. Resultaría imposible ejemplificar las múltiples variedades de estilos de vida de nuestra sociedad.
Salvo raras excepciones consideraremos el trabajo como el eje sobre el cual girarán el deporte y el estudio. Esto es debido a que normalmente el horario laboral no lo elegimos nosotros sino que nos lo imponen. Por lo tanto sólo nos quedan dos momentos para repartir el estudio y el deporte: antes de trabajar y después de trabajar.
La pregunta es qué hacer cuándo. ¿deporte por la mañana y estudio por la noche o viceversa?
El ritmo biológico
Existe algo llamado ritmo biológico y funciona de forma diferente de unas personas a otras. Dependiendo de cómo sea nuestro ritmo biológico, realizaremos una de las dos tareas de forma más eficiente por la mañana y la otra mejor por la tarde/noche. En mi caso aprovecho mejor las horas de estudio nada más despertarme y me siento con más fuerzas para hacer deporte al salir de trabajar.
La explicación es lógica: tener un trabajo que exige cierto esfuerzo mental hace que no me apetezca seguir utilizando la cabeza una vez que acabo la jornada laboral. Esto lo he descubierto hace poco. Concretamente el año pasado cuando empecé la carrera de Psicología a distancia. En mis años de juventud, cuando no trabajaba, no tenía este problema ya que sólo me dedicaba a estudiar y hacer deporte. Es ahora cuando estoy tan ocupado que me veo obligado a establecer estrategias para poder completar cada uno de mis objetivos.
Si aún no sabes cuál es tu ritmo biológico, te propongo algo: dedica una semana entera a estudiar por la mañana y hacer deporte por la tarde. Analiza los resultados, tanto en términos de productividad como en sensaciones internas.
A la semana siguiente haz exactamente lo contrario, es decir, intenta hacer deporte por la mañana y estudiar por la tarde. Vuelve a analizar los resultados. Estoy seguro que llegarás a conclusiones que no te habías parado a pensar con anterioridad. Además este pequeño experimento te ayudará a conocerte un poco más a ti mismo.
A pesar de tratar de llevar una estructuración rígida no conviene obsesionarse con los horarios. La obsesión lleva al perfeccionismo y, aquí va otro secreto: la perfección no existe.
Todo esto te lo digo para que seas consciente de que hay un momento para cada cosa. Cuando salgas del trabajo, los problemas del trabajo o las tareas que aún tienes que completar al día siguiente se quedan allí. Si te los llevas al gimnasio estarás aprovechando al 50% esa hora de deporte que tanto te ha costado encontrar. Debes hacer exactamente lo mismo cuando estudies.
Personalmente me ayuda tener un cronómetro, así soy mucho más consciente del paso del tiempo y no lo desperdicio. Si dispones tan sólo de una hora para estudiar y conectas el cronómetro, te garantizo que vas a aprovechar esa hora al 100%. Tan sólo es una hora. Todo lo demás puede esperar. Incluso tu incontrolada mente captará esta idea tan sencilla y te beneficiará con una concentración absoluta en el momento presente.
Espero que estos pequeños consejos te hayan resultado útiles. Si decides realizar el experimento estaré encantado de escuchar tus resultados.