Cuando mis tutores me propusieron realizar una investigación basada en el concepto de representación social, jamás imaginé que fuera a marcar mis pasos en cuanto a la forma de ver la realidad.
En aquel momento el trabajo no era otra cosa que mi tesis de maestría y se proponía estudiar la representación social que sobre la epilepsia poseían un grupo de maestros de educación primaria. De manera gradual me fui adentrando en el interesante mundo del por qué los individuos actúan de una manera u otra frente a cada situación que se les presenta en su cotidianidad.
Establecer los antecedentes del origen de las representaciones sociales constituye ardua tarea teniendo en cuenta que no existen referencias explícitas por parte de su creador, Serge Moscovici y solo reflexiones posteriores de estudiosos del tema.
Teoría de la Representación Social
El surgimiento de esta teoría data de 1961 en París. Luego de varios años de estudios, Moscovici presentó por primera vez en su tesis doctoral titulada El psicoanálisis, su imagen y su público, la noción de representación social. El estudio versó sobre la manera en que la sociedad francesa veía el Psicoanálisis, mediante el análisis de la prensa y entrevistas en diferentes grupos sociales.
A lo largo de los años el concepto ha evolucionado, sin perder su esencia. De esta manera se pueden definir como: sistemas cognitivos en los que es posible reconocer la presencia de estereotipos, opiniones, creencias, valores y normas que suelen tener una orientación actitudinal positiva o negativa.
Se constituyen, a su vez, como sistemas de códigos, lógicas clasificatorias, principios interpretativos y orientadores de las prácticas, que definen la llamada conciencia colectiva, la cual se rige con fuerza normativa en tanto instituye los límites y las posibilidades de la forma en que las mujeres y los hombres actúan en el mundo. En otras palabras pudiera considerarse como la teoría de la que las personas y grupos obtienen una lectura de la realidad y además, toman una determinada posición en relación a ella.
Esta categoría proveniente de la sociología pero de la cual se ha empadronado la psicología social se erige como alternativa viable para la investigación de cualquier fenómeno que se de en la sociedad. Los métodos para identificar la representación social de un objeto determinado varían según la consideración del investigador. Por mencionar algunos nos podemos encontrar con la asociación libre de palabras, entrevista, cuestionarios para determinar conocimientos y actitudes sobre el objeto, dibujo, grupos focales, etc.
De alguna manera el concepto está relacionado con la obra de Freud cuando en su Psicología de las masas y análisis del Yo, nos adentra en el tema del alma o conciencia colectiva al exponer la palabra de Gustavo Le Bon:
«El más singular de los fenómeno presentados por una masa psicológica, es el siguiente: cualesquiera que sean los individuos que la componen y por diversos o semejantes que puedan ser su género de vida, sus ocupaciones, su carácter o su inteligencia, el simple hecho de hallarse transformados en una multitud le dota de una especie de alma colectiva. Este alma les hace sentir, pensar y obrar de una manera por completo distinta de como sentiría, pensaría y obraría cada uno de ellos aisladamente.»
La representación social existe como un fenómeno subjetivo y surge para dar respuesta a eventos como el anteriormente descrito.
Nuestra vida se encuentra permeada por la incidencia directa e indirecta de la sociedad y cultura en la que nos encontramos inmersos. Es la sociedad quien dicta normas y regula las creencias y opiniones que se deben tener de un objeto. Es la sociedad quien orienta la mayoría de las veces nuestras prácticas y quien las limita también.
Al decir de Freud la masa psicológica que compone esa sociedad se transforma en un ser provisional y las ideas o actitudes que tienen los individuos dentro de esa masa afloran con mayor facilidad que fuera de ella. Una representación social se constituye y se hace operativa cuando resulta de la necesidad de una colectividad para hacer familiar lo extraño e integrarlo, trasladando los contenidos de una ciencia o de un conjunto de ideas a la realidad.
Moscovici lo ha dicho, vivimos en la era de la representación. Las personas y los grupos en los que se encuentran insertados continuamente crean representaciones que reconstruyen el sentido común, en otras palabras, las formas de conocimiento que dan lugar a los significados e imágenes con los cuales actuamos y nos comunicamos en la sociedad.
La investigación en representaciones sociales ha probado ser efectiva para indagar en fenómenos que ocurren entre la persona y la sociedad. Además brinda una amplia gama de posibilidades al investigador. Prueba latente de ello se da en la interdisciplinariedad que tiene el concepto, capaz de aplicarse en cualquier ámbito de estudio, brindando resultados eficaces.
La noción de representación social tiene una naturaleza abierta que permite la integración de las experiencias subjetivas individuales y de los sistemas de interacción social. Estudiarlas depende tanto a los procesos de producción y transformación del conocimiento común respecto a diferentes objetos sociales, como a los sistemas cognitivos que contienen los campos de representación.