Beneficios psicológicos de los juegos en niños y adultos

En ocasiones las actividades más divertidas son las que más beneficios nos pueden aportar, como es el caso del juego, por el cual los niños exploran, buscan, descubren y ensayan hasta conseguir su objetivo.

Este entretenimiento enseña a perseverar para conseguir una meta, y a la vez, en otras muchas ocasiones nos enfrenta a la sensación de frustración que se da al perder, sin que por ello nos desanimemos en seguir intentándolo para la próxima. Es una forma de vivir el proceso como algo divertido independientemente del resultado, puesto que el juego es, en sí mismo, una forma de recompensa.

Beneficios psicológicos de los juegos en niños

El juego es una de las mejores formas de desarrollar las capacidades en los niños, siempre y cuando sea variado (físico, exploratorio, reglado, imaginativo…) y se dé en diferentes contextos (en casa, en el parque, en el colegio…). De esta forma podremos ayudar a desarrollar:

Capacidades físicas

Los juegos que obligan a la actividad son una excelente forma de ayudar a la coordinación psicomotriz, al equilibrio, y al bienestar general.

Es necesario que los niños corran, salten y descarguen toda esa energía propia de la infancia. Últimamente estamos viviendo un ascenso de los videojuegos frente a los juegos de siempre, y no es de extrañar que cada vez haya más obesidad en nuestros pequeños, así como más trastornos de sueño y complicaciones derivadas de esta falta de movimiento.

Intentemos retomar esos juegos de siempre que nos hacían dormir toda la noche del tirón y experimentar el aire libre.

Capacidades afectivas

Mediante el juego se puede hacer una simulación de situaciones que posteriormente el niño vivirá en la realidad, ya que habrá ocasiones en que sentirá frustración por no conseguir sus metas y aprenderá a gestionarla en un contexto seguro y divertido.

También aprenderá a competir por lo que quiere, y lo que es más importante, a cooperar con los demás, introduciéndose en el mundo de la socialización y aprendiendo diferentes valores. Experimentará diversas emociones y sabrá no solo identificarlas sino también a tramitarlas haciéndose cargo de ellas.

Capacidades corporales

El juego nos permite explorar el propio cuerpo, conociendo sus límites y los de los demás.

Capacidades imaginativas

Para conseguir una misma meta existen infinidad de caminos diferentes, y es eso precisamente lo que el niño aprende con el juego. Una estrategia válida en una situación previa puede no funcionar al cabo de varias veces de utilizarla, lo que nos obliga a buscar nuevas maneras de actuar y pensar cada vez más creativas.

Capacidades cognitivas

Es una situación perfecta donde se desea una meta y hay que poner en marcha todos nuestros recursos y habilidades para conseguirla, por lo que es una manera de “darle al coco” sin que ni siquiera nos demos cuenta. El niño aprende de cada intento, haciéndose cada vez mas rápido en el pensamiento para resolver el problema que se le plantea.

Beneficios psicológicos de los juegos en adultos

Parece que el juego es solo apropiado cuando somos pequeños, y que una vez que maduramos debemos relegarlo al pasado recordando esos tiempos con nostalgia.

Pues bien, el juego es igualmente beneficioso en el adulto y asimismo le ayuda no solo a mantener sus capacidades cognitivas, emocionales y creativas, sino a fomentarlas cada vez más.

Algunos juegos típicos que nos pueden ayudar a ejercitar nuestra mente en cualquier edad son los siguientes:

Parejas de cartas

Se trata de desplegar en una mesa una serie de cartas duplicadas boca abajo. El objetivo es memorizar la ubicación de cada carta levantada para ir emparejándola con su igual. Este juego es ideal para fomentar la memoria visuoespacial.

Construir una historia

Cuando nos encontremos en grupo o en familia podemos aprovechar a pasar un buen rato mientras inventamos entre todos una historia disparatada. Cada uno agregará un pequeño párrafo al cuento que le ha llegado de la persona anterior, hasta terminar construyendo una historia completa. Cuanto más disparatado, excéntrico y original, mejor para el desarrollo de la imaginación.

Listado de palabras

Solo necesitaremos papel y bolígrafo, con los que haremos una serie de columnas con las familias de palabras que queramos (frutas, animales, lugares, transportes, vestimenta, etc.). Seleccionada al azar una letra del abecedario los participantes tendrán un minuto para escribir palabras que empiecen por dicha letra en las diferentes columnas. Este juego es un gran aliado de nuestra capacidad cognitiva, dándonos agilidad en la velocidad de procesamiento y en el lenguaje.

Encadenamiento de frases

Se trata de mantener una conversación en la que cada participante, por turnos, tendrá que contribuir con una frase que empiece por la última silaba pronunciada por el anterior jugador. Trabajaremos la memoria de trabajo, la creatividad, y la agilidad mental.

Puzzles y rompecabezas

Los puzzles nos pueden ayudar con las habilidades manipulativas y visuoespaciales, con la paciencia y con la concentración, a la par que los rompecabezas nos ayudaran también al desarrollo del razonamiento y el pensamiento lateral.

Juegos de estrategia

Un ejemplo de ellos sería el risk, consistente en la conquista de territorios dispuestos en un tablero. Este tipo de juegos nos ayuda con la agilidad mental, la resolución de problemas, la adaptación a diferentes situaciones, el pensamiento a largo plazo para conseguir el objetivo perseguido, y la previsión de los movimientos del oponente.

Juegos de preguntas

Uno de los grandes clásicos es el trivial, que nos ayuda con nuestra inteligencia y conocimientos, con la memoria, y con la concentración.

Juego de las películas

Se trata de escenificar sin la utilización del lenguaje alguna película para que el resto de participantes de nuestro equipo la adivine en el menor tiempo posible. Esta actividad es perfecta para desarrollar la creatividad, la inteligencia corporal, el pensamiento alternativo y la adaptabilidad a la mente del otro, que será quien tenga que adivinar nuestra interpretación.

Vistos todos estos beneficios, el juego es una de las mejores maneras para cuidarnos y desarrollarnos de una forma divertida. Y es que no por crecer perdemos el derecho a divertirnos y disfrutar como niños, a ilusionarnos como antes, y a frustrarnos cuando perdemos.

Son emociones presentes en todos nosotros, que si bien muchas veces intentamos ocultar, siguen ahí para que las escuchemos. Démosles cabida y gestionémoslas de una manera divertida…. ¿Jugamos?

Elisabeth Flórez
Licenciada en Psicología y Máster en Psicoanálisis Clínico en la Universidad de Salamanca.