He estado cerca de un mes sin escribir ningún artículo. Últimamente he tenido mucho trabajo y con la llegada de la Semana Santa no he podido escribir nuevos posts con la frecuencia habitual. Por si fuera poco, las musas deben tenerme abandonado porque he notado cierta falta de inspiración.
Sin embargo la inspiración llega cuando menos te lo esperas, incluso un Sábado a las 3 de la mañana después de haber estado todo el día en una comunión. Y esos momentos hay que aprovecharlos, porque tan pronto vienen como se van. Así que aquí estoy de nuevo, sentado frente al ordenador y tratando de escribir un nuevo artículo que se me ha ocurrido gracias a haber recibido una crítica.
La crítica ha sido la siguiente: «Vaya descubrimiento….hay que joderse. Vaya BASURA de artículo y de blog». Por si alguien tiene curiosidad, la persona que ha escrito este comentario se refiere al siguiente artículo «Cómo convertirte en un madrugador habitual» Más adelante pasaré a valorar el comentario, pero antes prefiero entrar en materia.
El ser humano es muy inteligente para unas cosas, sin embargo deja mucho que desear para otras. Una persona puede recibir una cantidad enorme de comentarios positivos acerca de su trabajo pero si recibe 1 único comentario negativo, ese comentario será el que más tiempo retenga en su memoria.
Tengo un amigo que trabaja como cocinero en un buen restaurante. Hace poco me dijo que si un día atiende a 200 comensales y de ellos 199 le felicitan por la comida y tan sólo una persona se queja, mi amigo se irá a la cama pensando en la persona que se ha quejado.
Me gusta encontrar el sentido evolutivo y adaptativo a nuestra conducta. Esa ha sido una de las razones que me ha llevado a estudiar psicología. Sin embargo me cuesta mucho entender porqué el ser humano se focaliza tanto en la adversidad y presta menos atención a lo positivo.
Mi amigo cocinero busca la perfección y así debe ser cuando tienes a un cliente detrás que paga por tus servicios. Sin embargo la perfección no existe y si tratas de agradar a todo el mundo corres el riesgo de que aquello que ofreces pierda su auténtica esencia y se diluya.
Si tienes un negocio, restaurante, blog o lo que sea, debes mantenerte fiel a tu idea original cuando obtienes buenos resultados. Las personas son diferentes y si cambias la esencia de aquello que has creado simplemente por haber recibido críticas (negativas) de una minoría, te condenarás al fracaso.
Siguiendo con el ejemplo del restaurante. Me encanta ir a buenos restaurantes, aunque la economía no siempre me lo permita. Soy de los que le gusta probar nuevas cosas y cuanto más elaboradas y exóticas mejor. Sin embargo mi novia es todo lo contrario a mi. Le gusta lo que yo llamo «comida básica». Si le sirves un filete debe estar muy hecho y como mucho que lleve patatas fritas. Nada de solomillos al punto con patés de oca o reducciones de Pedro Ximenez.
Si le doy a elegir entre un restaurante con cocina de autor de 50 euros el cubierto o una pizzeria normal y corriente, elegirá la pizzeria sin ninguna duda. Por muy bueno que sea el restaurante de autor, nunca podrá satisfacer a mi novia ya que es un tipo de cocina que no le gusta. ¿Debe entonces dicho restaurante cambiar su modelo de negocio?
Quizá el ejemplo sea algo forzado ya que siempre se pueden añadir cosas más normales en la carta, pero creo que el ejemplo se entiende. Si con el tiempo comienzan a añadir otro tipo de comida para atraer a otro tipo de clientes, es posible la etiqueta de «cocina de autor» vaya desapareciendo paulatinamente de dicho restaurante. Es decir, su servicio original se va diluyendo poco a poco.
En el caso de un restaurante esto podría funcionar ya que cuantas más personas coman mejor irá el negocio. Aunque habría que plantearse si lo que se busca es que coman pocos y caro o muchos y barato.
Dejando de lado el tema de la restauración, voy a pasar a comentar la crítica que han hecho sobre mi artículo. La verdad es que me ha pillado por sorpresa. Después un año y medio con el blog, creo que es el primer comentario negativo que recibo. Creo que la sorpresa se debe más bien a una falta de costumbre. Así que por favor, de ahora en adelante, cualquier cosa que veáis que no os guste decírmelo sin rodeos.
Necesito acostumbrarme a los comentarios negativos. Cuando he recibido el comentario, lo primero que he hecho ha sido buscar el artículo al cual se refería. Curiosamente se trata del único artículo que hay en el blog que no ha sido escrito directamente por mi, de hecho se trata de una traducción de Steve Pavlina.
Eso me ha decepcionado un poco, ya que esperaba encontrar algo mío y tratar de descubrir qué ha sido lo que tanto ha disgustado a esa persona. Las críticas negativas son muy constructivas y debes valorarlas. Sin embargo debes huir de aquellas críticas que carecen de respeto. Esas críticas no sirven para nada porque la persona que las está haciendo tiene una actitud destructiva en lugar de constructiva.
No puede crearse nada desde aquello que nace de la destrucción. Las críticas destructivas no te ayudan a mejorar. Al contrario, si no aprendes a construir una barrera que te proteja de ellas, pueden llevarte a la desmotivación. Aunque ahora que lo estoy pensando, la crítica que me han hecho me ha llevado a crear este artículo. Realmente todo se trata de una actitud mental ante cómo tomarte las cosas. Las críticas constructivas te ayudan a mejorar.
Otra cosa que me sorprende es el hecho de que la gente pierda el tiempo comentando algo que no les ha gustado. Si vas a un restaurante y la comida está mala, veo normal que te quejes porque al fin y al cabo estás pagando por ella. Sin embargo ¿quejarte por un blog? Escapa a mi comprensión.
Internet está repleto de auténtica basura. Muchas veces he perdido tiempo leyendo cosas malísimas, sin embargo nada consigo comentando todas y cada una de las cosas que leo y no me gustan salvo seguir perdiendo más tiempo. Un blog es como tu propia casa y tú la decoras como te da la gana. Si vas por la calle y ves una casa que no te gusta, seguro que no tocas el timbre para decir «joder que casa más fea tienes».
Bueno, para terminar me dirijo a ti, persona desconocida que se ha quejado. No creo que estés leyendo esto, aún así te agradezco mucho tu comentario ya que me ha servido de inspiración para escribir este artículo. Igual eres una de mis musas disfrazada 🙂