Orientación Educativa: Orígenes
Los antecedentes de la orientación educativa son Luis Vives y Huarte de San Juan. Vives aconseja que el ritmo de la enseñanza y sus contenidos se deben adaptar a las diferentes cualidades de los individuos. Huarte de San Juan aconseja que se estudie el temperamento de cada individuo, que se determine el tipo de habilidades mentales que le corresponden y que se le oriente hacia el ejercicio profesional que le convenga de acuerdo con sus habilidades naturales.
Más recientemente, el movimiento de la escuela nueva propugna que el maestro, más que un transmisor de conocimientos, sea un orientador educativo y un guía del aprendizaje con objeto de ayudar a éstos a que desarrollen sus habilidades a través de sus experiencias.
Sin embargo, los comienzos de la orientación educativa como actividad tal como la entendemos en la actualidad, se sitúan a comienzos del s. XX. Tiene su origen fuera del mundo escolar y encuentra su fundamento en el desarrollo y complejidad del mundo social en el que vivimos.
Tyler ha insistido en que los orígenes de la orientación educativa radican en la complejidad creciente del mundo laboral o profesional, de lo que se deriva que los individuos tengan cada vez más dificultad para elegir el camino que les conviene para conseguir una profesión que se adapte a sus condiciones y capacidades personales. Y para decidir con acierto se necesita ayuda u orientación. Todo ello da lugar a que las primeras tareas de orientación educativa aparezcan vinculadas al mundo profesional.
Los primeros centros de Vocational Guidance surgen en EEUU con el objetivo de proporcionar información profesional a los jóvenes y orientarles hacia aquellas ocupaciones más acordes con sus necesidades y aptitudes.
El origen de la orientación también se encuentra en las rápidas y continuas transformaciones que se suceden en el mundo actual y que afectan a nuestras condiciones de vida en el plano personal, familiar, social, escolar y ocupacional, lo que provoca inestabilidad, inseguridad y ansiedad.
En este caso, la tarea de la orientación educativa se dirige a promover la salud mental de los individuos. Así, las primeras tareas de orientación aparecen asociadas a la vertiente profesional por un lado y a la vertiente de la salud mental por otro. Pero pronto se extenderán al ámbito escolar, tanto en primaria como en secundaria por 3 principales razones.
La primera es por la transformación y ampliación del mundo del trabajo, son miles las profesiones y es probable que si los jóvenes no cuentan con la ayuda necesaria para orientarles les será difícil acertar en la elección de estudios y profesiones que mejor se adapten a sus habilidades, capacidades e intereses.
La segunda es porque la escolaridad es prácticamente obligatoria hasta los 16 años. La contrapartida es que en un mismo centro escolar hay gran variedad de alumnos lo que da lugar a una gran diversidad entre los alumnos. Esto conlleva la exigencia de diversificar e individualizar las enseñanzas para adaptarlas a las características personales de los alumnos, lo que exige una actividad orientadora.
Y la tercera es por la frecuencia entre los muchachos de la presencia de problemas emocionales relacionados con desajustes personales y con dificultades de adaptación, ya sea a nivel escolar o familiar.
Concepto de orientación educativa
Desde los momentos iniciales en que los centros de orientación educativa comienzan su actividad, se empiezan a delinear dos modos de interpretar la orientación.
Según el primero, la función de la orientación consistía en facilitar elecciones y decisiones prudentes relacionadas con la vertiente profesional y vocacional que tendrá un gran desarrollo posterior.
El segundo, se centraba en los desequilibrios mentales, con lo que se inicia una corriente que busca la causa de los problemas emocionales y que intenta promover la adaptación o la salud mental de los individuos. Este enfoque dará lugar a la práctica de la psicoterapia y de la psicología clínica.
Estos dos modos de interpretar la orientación educativa pronto se hicieron complementarios, pues los problemas de uno y de otro se presentan frecuentemente relacionados. Una definición comprensiva de la orientación que recoge ambas interpretaciones afirma que el objetivo de la orientación educativa es facilitar elecciones prudentes de las que depende el perfeccionamiento ulterior de la persona.
En un principio la orientación escolar se entendía en un sentido clínico o asistencial, es decir, como una ayuda que se prestaba a los alumnos con problemas emocionales y/o de rendimiento escolar. Otra función que asumía consistía en orientar a los alumnos en ciertos momentos críticos hacia aquellos estudios y profesiones más acordes con sus aptitudes y rasgos personales.
Pero este modo de entender la orientación educativa era muy limitado. La orientación sigue teniendo como tarea importante el prestar ayuda a los alumnos que presentan problemas emocionales o que encuentran dificultades en sus aprendizajes, pero la tarea principal consiste en que el orientador centra su preocupación en todos los alumnos con el objetivo de conseguir la mayor eficacia en los objetivos del centro. El objetivo de la orientación, pues, consiste en la prevención de problemas y en el asesoramiento para conseguir la mayor eficacia en las tareas educativas.
Ahora, las tareas orientadoras se dirigen también a los profesores, a los padres y a la propia institución escolar para asesorarles en sus tareas educativas e instruccionales. Así, de un modelo clínico o asistencial se ha pasado a un modelo preventivo, llamado también educativo o institucional.
El concepto actual de orientación educativa puede ser entendido como un proceso de asesoramiento o ayuda, integrado en el proceso educativo, que se ofrece a los alumnos para alcanzar sus objetivos educativos, para resolver los problemas que se encuentran en su entorno y para conseguir su desarrollo personal y su integración en su vida comunitaria, y en la que tienen lugar 3 áreas:
1. Orientación escolar: tiene como objetivo asesorar a los alumnos para actuar de modo responsable en su proceso educativo, autorregular sus aprendizajes y asesorar y colaborar con los padres y profesores para conseguir mayor eficacia y calidad en el proceso enseñanza–aprendizaje.
2. Orientación vocacional y profesional: su objetivo es ayudar a los alumnos en el desarrollo progresivo de sus capacidades e intereses, en el conocimiento de las demandas laborales y en la toma de decisiones sobre los estudios y profesiones.
3. Orientación personal: tiene como objetivo ayudar a los alumnos en su desarrollo personal y de modo más específico ayudarles a conseguir un conocimiento real de sí mismos con sus posibilidades y limitaciones, que les permita desarrollar estrategias para la prevención de problemas. Y junto a ello. una atención individualizada cuando se presentan alumnos con problemas emocionales o con necesidades educativas especiales.
Principios de la orientación educativa
Miller señala los siguientes:
1. La orientación es para todos los alumnos: todos los alumnos necesitan ayuda y no sólo aquellos que presenten problemas.
2. La orientación es para alumnos de todas las edades: debe empezar cuando el niño entra en la escuela y proseguir hasta la finalización de sus estudios. Aunque se han identificado con más facilidad en secundaria, la orientación en los niveles elementales es muy valiosa porque es en ellos donde el orientador puede hacer uso eficaz de las medidas de prevención.
3. La orientación debe aplicarse a todos los aspectos del desarrollo del alumno: debe abarcar al alumno en su totalidad y dirigirse hacia su desarrollo físico, mental, emocional y social.
4. La orientación alienta al descubrimiento de uno mismo: debe ayudar al alumno a comprenderse a sí mismo y a realizar los cambios necesarios para su desarrollo.
5. La orientación debe de ser una tarea cooperativa en la que se comprometan el alumno, el padre, el profesor, el director y el orientador.
6. La orientación debe ser considerada como una parte principal de un proceso total de la educación.
Sampascual, Navas y Castejón han puntualizado los siguientes principios sobre los que debe estar basada la orientación educativa:
• La orientación debe dirigirse a todos los alumnos y no sólo a los que tienen necesidades educativas especiales.
• La orientación debe ser continua y sistemática a lo largo de todo el proceso educativo.
• La orientación educativa es una tarea interdisciplinar que implica a todos los miembros de la comunidad educativa.
• La orientación debe atender a todas las necesidades del alumno (de personalidad, afectivas, intelectuales…) y abarcar todos los aspectos del desarrollo.
• La orientación ha de ser comprensiva con las diferencias individuales.
Objetivos y Funciones de la Orientación educativa
Objetivos
La actividad del orientador debe ser desempeñada en la escuela. Es una actividad compleja que abarca múltiples tareas: asesoramiento, colaboración con los profesores en las actividades educativas del centro… estas tareas se pueden sistematizar en torno a 6 objetivos principales:
1. La colaboración con todos los estamentos de la institución escolar, fundamentalmente con los profesores, directores y padres para conseguir la mayor eficacia posible en la consecución de los objetivos educativos. Éste es el objetivo primordial de la orientación educativa.
2. Un conocimiento completo de los alumnos, de sus características personales y sociales, de sus intereses, capacidades, actitudes, motivos e intereses, de manera que le permita emitir un diagnóstico de sus cualidades personales y de predecir sus posibilidades educativas y profesionales.
3. Ayudar a los alumnos a que tomen conciencia de sus características y de sus posibilidades intelectuales para que se esfuercen por obtener un rendimiento escolar satisfactorio, un desarrollo constructivo de su personalidad y un ajuste o adaptación escolar, familiar y social.
4. Identificar a los alumnos excepcionales para facilitar sus aprendizajes y cuando sea necesario, estudiar, diseñar y desarrollar programas de intervención adaptados a sus necesidades.
5. Planificar, organizar y desarrollar programas de información y de orientación vocacional y profesional que ayuden a los alumnos a decidir sobre los estudios, itinerarios formativos y profesiones en función de sus características y cualidades personales.
6. Establecer y mantener relaciones e intercambios con otros centros educativos y de orientación para conseguir un apoyo mutuo.
Funciones
Relación con los alumnos
a) Diagnóstico
La primera función del orientador es el diagnóstico, lo que implica una exploración completa de los escolares y de su contexto con la finalidad de conocerlos para ayudarles a comprenderse a sí mismos y a resolver sus problemas y para poder predecir sus posibilidades educativas. El contenido de ese diagnóstico puede ser más o menos amplio y más o menos detallado, pudiendo abarcar cuatro áreas.
Del área biológica, aunque su función no es competencia del orientador, interesa conocer las disfunciones o enfermedades que pueden afectar a su conducta y a su rendimiento.
Del área psicológica interesa conocer las características cognitivas y de personalidad del alumno.
Del área psicopedagógica interesa conocer la trayectoria escolar del alumno, su nivel de competencia curricular y los contenidos o materias en los que encuentra dificultades de aprendizaje. También su dominio de las técnicas instrumentales de aprendizaje (lectura, escritura y cálculo), sobre todo en los primeros años escolares, y el conocimiento y uso que hace de las estrategias y de las técnicas de aprendizaje.
Y del área ambiental o contextual interesa también un conocimiento de su contexto escolar, familiar y social.
b) Asesoramiento
Tiene como objetivo ayudar al alumno a conocerse a sí mismo para facilitar su toma de decisiones. Esta función debe abarcar tres dimensiones. La dimensión escolar debe ofrecer ayuda para aclarar o ampliar el conocimiento que el alumno tiene de sí mismo, de sus características, posibilidades. para que de un modo consciente y responsable desarrolle actitudes positivas hacia el estudio.
La dimensión vocacional y profesional debe asesorar sobre programas de orientación vocacional y profesional para que puedan tomar decisiones sobre sus estudios y profesiones de acuerdo con sus características personales. Y la dimensión personal debe ayudar a que los alumnos consigan un desarrollo constructivo, de su personalidad y un ajuste o adaptación escolar, familiar y social.
En relación con la tercera dimensión, dos funciones del orientador que superan el marco del asesoramiento son importantes. La primera es la atención individualizada cuando se presentan alumnos con problemas emocionales o con necesidades educativas especiales. La segunda se refiere a la conveniencia de idear actividades o programas orientados al desarrollo de actitudes y de habilidades comunicativas y de relación interpersonal y social para favorecer su integración en sus ambientes habituales.
La función de asesoramiento del orientador consiste en ser un consejero, él ofrece ayuda, pero es el alumno quien decide. Un factor clave está en la calidad de la interrelación personal entre el orientado y el orientador.
El orientador educativo
Cualidades y competencias
El orientador educativo ha de ser un especialista que necesita preparación y experiencia psicológica y educativa. No está claro cuáles son los estudios previos que debe poseer, si especialista en psicología, pedagogía o psicopedagogía.
Tal vez la solución idónea pueda estar en que son los estudios de psicopedagogía los que teóricamente pudieran constituir el punto de partida para el desempeño de las funciones de orientador. Además de los conocimientos psicológicos y pedagógicos necesita conocer qué es el asesoramiento, y junto a ello se requiere alguna experiencia previa.
Con respecto a los conocimientos y competencias para asumir las tareas con eficacia, Coll las agrupa en cuatro grupos:
1) un profundo conocimiento de todos los factores implicados en la planificación y desarrollo del proceso enseñanza– aprendizaje,
2) ser un experto en la actividad de asesorar
3) conocer las características de la institución escolar y del sistema educativo
4) ser un experto en la detección de los alumnos con necesidades educativas y en el tratamiento especializado de las misma
En cuanto a las cualidades, según Rogers el orientador debe reunir las siguientes:
1) debe ser una persona sensible a la relación humana
2) debe ser una persona objetiva
3) debe tener una actitud auténticamente receptiva y respetuosa
4) debe tener una sólida preparación psicológica y una práctica supervisada en la que haya habido oportunidad de hacer una crítica detallada y una evaluación por parte de personas cualificadas.
La relación orientadora
La eficacia de la orientación depende de muchos factores. Tyler y Repetto destacan como punto clave de esa eficacia la relación entre orientador y alumno. Ty- ler afirma que para asegurar la calidad de este encuentro, el orientador debe actuar de acuerdo con tres principios. En primer lugar, debe sentir un interés sincero y au- téntico por cada alumno, tal como éste es, que el alumno tenga la sensación de que se le atiende. Segundo, el alumno debe poder confiar en el orientador y sentirse segu- ro de su colaboración siendo el elemento principal la confianza. Y tercero, ddebe tener presente que la relación entre el orientador y el orientado es limitada en muchos as- pectos.
Repetto señala que el factor central de la orientación es la relación que se establece entre orientador y orientado, y concreta 3 cualidades actitudinales necesarias en el orientador. La congruencia significa la capacidad del orientador para entrar en contacto directo con la persona, esto equivale a una actitud abierta y receptiva. La comprensión empática consiste en ser capaz de sentir y comprender las experiencias internas del orientado. Y la aceptación incondicional significa considerar y valorar al orientado como una persona, independientemente de su conducta particular, con ausencia de juicios o de valoraciones.
Instrumentos de orientación educativa
Para el diagnóstico de las capacidades mentales pueden utilizarse desde las tradicionales pruebas psicométricas, individuales y colectivas hasta las centradas en los procesos, en el potencial y en las estrategias de aprendizaje que en las aptitudes.
Para el diagnóstico de los rasgos de personalidad, puede hacerse uso de las pruebas de personalidad, que nos permiten obtener datos sobre distintas variables como la motivación, introversión, extroversión.
Para el diagnóstico de su desarrollo vocacional y de su perfil profesional, cuestionarios e inventarios de actitudes e intereses profesionales. Y junto a ello, escalas de observación y de evaluación y técnicas sociométricas que permiten obtener un perfil completo del alumno. Un lugar destacado lo ocupa la entrevista individual, elemento clave del proceso orientador tanto en la fase de recogida de información como en el momento de la ayuda o consejo al estudiante.
Toda la información obtenida debe ser organizada en fichas u hojas de registro acumulativo. Una observación sumamente importante es que en determinados momentos nos encontraremos con un gran número de datos numéricos. Pero estos datos no nos deben llevar a clasificaciones de los alumnos. García Yagüe dice que no se deben utilizar los tests y las estadísticas cuando hay que tomar decisiones graves ni se debe definir a los alumnos de manera que pueda tener repercusiones sociales para ellos. Las aptitudes no son los únicos factores determinantes del rendimiento y no deben ser la única base para la predicción del éxito o fracaso escolar ni para la elección de un tipo de estudios.
Los servicios de orientación educativa
Desde una función asistencial se ha pasado a una actividad de asesora- miento y de colaboración con todas las personas implicadas en el proceso educativo. Esta tarea de asesoramiento y de colaboración es esencial, sobre todo en estos momentos en los que debido a los cambios que han tenido lugar en los últimos años en los sistemas educativos, es mayor la atención que hay que prestar a la diver- sidad entre los alumnos dentro del aula, con motivaciones, intereses y competencias muy dispares.
No es fácil decir cómo se deben configurar los servicios de orientación, quiénes los deben integrar y dónde se deben ubicar. Los modelos que adoptan los distintos pa- íses son muy variados. En Dinamarca, Irlanda, Grecia y Portugal los servicios de orien- tación tiende a estar dentro de los centros escolares. En Bélgica, Grecia e Italia están situados fuera de la escuela. En los Países Bajos e Inglaterra tanto dentro como fuera de las instituciones escolares. En España actualmente los servicios de orientación que atienden a los alumnos de enseñanza primaria están fuera de la escuela, y los centros de secundaria tienen cada uno su departamento en el propio centro.
En nuestro país, los Servicios de Orientación Educativa no llegan a implantarse de una manera definitiva hasta 1977:
- Servicios de orientación Escolar y Vocacional (SOEV): para los alumnos de primaria, constituidos como servicios de carácter provincial.
- Equipos multiprofesionales de Educación Especial: para atender sólo a los alumnos con necesidades educativas especiales.
- Servicios Pedagógicos Municipales.
En los años noventa, con la promulgación de la LOGSE, se crean los Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica para la educación infantil y primaria que actúan desde fuera del centro educativo y los Departamentos de Orientación para la educación secundaria, que actúan desde su interior.
El equipo de orientación además de atender a los alumnos debe extender su acción a todo el proceso educativo de un Centro, esto implica la colaboración en la redacción del Proyecto Educativo y de los Proyectos Curriculares y en el asesoramiento a los profesores para facilitar el proceso de enseñanza–aprendizaje, la atención a la diversidad y la prevención de problemas de aprendizajes la coordinación de la evaluación Psicopedagógica de los alumnos. Aún no se ha llegado a una configuración estable de los Servicios de Orientación.
Un problema es el de quiénes deben integrar los servicios de orientación. Las soluciones serán distintas si el servicio actúa desde dentro o desde fuera del centro escolar. Nuestro punto de vista es que deben estar ubicados e integrados en los centros, lo que no excluye relaciones, intercambios y colaboraciones con otros servicios de orientación partiendo pues de la perspectiva de que el servicio de orientación debe ser un departamento integrado en el centro escolar.