Las emociones negativas forman parte de nuestras respuestas evolutivas y debemos aprender a entenderlas para que jueguen a nuestro favor.
¿POR QUÉ? Porque cuando tú estás muy contento o muy feliz, quiere decir que tu ambiente lo tienes bajo control. Si tú tienes bajo control tu ambiente, eso se refleja en que aparentemente no tienes que mover nada, y empezamos a definirnos en lo que llamamos nuestras Zonas de Confort. En ellas, el Ser Humano es cuando menos lucha por llegar a generar un cambio.
¨Tengo una vida estable¨, ¨Tengo un trabajo fijo¨, ¨Tengo marido¨, ¨Tengo unos hijos divinos¨ , ¨El colegio que quería para ellos¨ , … etc.
Parece que todo esto está muy bien, pero eso realmente me hace menos ADAPTATIVO en el sentido de que, cuando algo pase, difícilmente reaccionaré, pero, además, puedo estar perdiéndome muchísimas oportunidades de conocer multitud de cosas de la vida.
Las emociones negativas, aunque parezca mentira, tienen su lado bonito. Lo primero es que ellas nos recuerdan que estamos VIVOS.
Cuando nos duele el corazón, cuando no nos encontramos a gusto, nos toca pensar, y hacemos consciencia real de quiénes somos y dónde estamos, recordando qué era lo que queríamos. Y ahí, nuestro instinto de EXPLORADORES realmente aflora y nos MOVEMOS.
Nadie que está mal suele quedarse quieto.
Al percatarnos con mayor profundidad sobre las cosas que habitan en nuestro entorno, vamos a poder relacionarnos mejor, optimizar más nuestras potencialidades; además, desarrollaremos el autoconocimiento.
Las emociones, en realidad, son un proceso, no un estado. Simplemente, hemos reducido las emociones a un nivel que llega incluso a su incomprensión. Las emociones son un proceso complejo, de una afectación que llega a lo individual, y hasta lo grupal.
Lo primero que tenemos nosotros es una REACCIÓN, que es todo lo que se mueve fisiológicamente; posteriormente, tenemos la EXPERIENCIA, la EXPRESIÓN, y el AFECTO. Estos son los cuatro elementos que forman parte de la cadena. Si tú conoces todo el proceso, comenzarás a aprovechar incluso más las emociones negativas que las positivas.
Nuestras Reacciones dependen de muchos aspectos. Obviamente, son subjetivas. Eso quiere decir que nos pertenecen, no son replicables. Porque, finalmente, se fundamentan en lo que personalmente hemos vivido (nuestra historia, nuestros antecedentes, lo que nos ha enseñado nuestra familia, el colegio y los profesores…)
Somos animales REACTIVOS y NO animales analíticos. El ambiente que nos rodea es tan constantemente ¨bombardero¨ (con todo lo que debemos y debemos… y debemos hacer), que simplemente REACCIONAMOS, y al hacer esto, el coste de todo ello es que no reflexionamos y tampoco experimentamos estas emociones para que se produzca un aprendizaje.
Tú viviste una emoción, le diste una fuerza a tus respuestas a nivel emocional y debes aprender si eso fue bueno o malo, aunque en realidad apenas REFLEXIONAMOS si una REACCIÓN emocional nos sirve o no nos resulta ADAPTATIVA para ir hacia delante.
Entonces, ¿qué pasa? Encontramos gente que siempre parece estar de mal genio, siempre parece estar contenta, siempre parece estar neutra, … pero en el fondo no es que sepa que esa es la correspondencia AFECTIVA a lo que está sucediendo, sino que sencillamente ni se fija en cómo aborda y cómo siente cada situación.
Los 3 tipos de reacciones emocionales
Tenemos 3 tipos de REACCIONES (aunque queramos hablar siempre de las positivas)
1. Neutras: Reacciones en las que nos es indiferente el estímulo.
2. Positivas: Tenemos una fuerza de acercamiento, nos atrae el elemento.
3. Negativas: En las cuales no necesariamente nos queremos alejar del estímulo o situación, sino que tendremos en cualquier caso que actuar.
Cuanto tenemos una emoción negativa, el principio es que debemos hacer algo, algo debe pasar. Algo se espera o esperamos que suceda para cambiar la situación.
En sí mismo, ¿Qué son las reacciones? son los cambios que suceden en nuestro cuerpo.
Disponemos de un sistema nervioso compuesto por dos grandes zonas: el Sistema Nervioso Central y el Sistema Nervioso Periférico.
¿Cómo te enteraste de que un estímulo te resulta molesto? Por ejemplo, uno que está en el ambiente. Algún canal sensorial lo captó, seguramente la audición, la visión o ambos. Esa información llega a tu cerebro y éste empieza a generar respuestas. Unas las calcula, las medita, las puede incluso refrenar en un último momento, (son las que llamamos Somáticas).
Pero el cerebro tiene algo que no controla, que es su Sistema Nervioso Autónomo. Es un sistema de respuesta que simplemente se ACTIVA, no hay forma de detenerlo. Hay manera de aprender a regularlo pero no de frenarlo. Algunas personas tienen una activación extrema y necesitan terapia psicológica, aunque el control final no existe y siempre habrá alguna reacción. Yo la puedo aumentar o disminuir pero no puedo impedir que la respuesta se produzca.
Tus reacciones existen por el Sistema Nervioso Autónomo, y son propias de nuestra ESPECIE. Entonces, lo primero que tenemos que entender es que nuestras REACCIONES positivas o negativas, a nivel emocional son propias de nosotros, no tienes que sentirte mal porque algo te disguste, porque algo te moleste, porque algo te asuste o algo te encante y agrade.
Son tan válidas y tan naturales que debes empezar a entenderlas y a hacerlas jugar a tu favor.
Cuando vivimos esa activación, esos cambios en nuestro cuerpo, tenemos un INSTINTO, y es darle nombre, tratar de explicar lo que estamos sintiendo. A eso es a lo que llamamos EXPERIENCIA EMOCIONAL.
Es algo que nadie ve, y es cómo tú te sientes. Llega un estímulo, tu cuerpo reacciona por valoraciones de tu cerebro, tus experiencias, etc… e inmediatamente te activas y tu cerebro vuelve, recibe la señal y dice: “le voy a dar nombre a todo esto”. Y aquí empieza la magia del VALOR de las emociones negativas.
Las emociones no se racionalizan, no son fáciles. No puedo ni siquiera describirlas. Si yo te pongo a hacer un ejercicio en el cual tú debes explicarme qué sientes, o que me definas la alegría, el asco, la tristeza, … no llegaremos a un acuerdo, ¿Por qué? Porque son ámbitos muy personales, en los que a un nivel individual hemos aprendido a rotularlos, a darles un nombre bajo sus propias experiencias, gracias a la ayuda del ambiente y el de otras personas, pero con unas consecuencias que son propias.
¿Cómo o Por qué es afectada la Experiencia?
Primero, porque tú estás tratando de racionalizar algo que es de un territorio emocional. Eso ya tiene un problema léxico pero, además de eso, nuestra AUTOPERCEPCIÓN, la valoración que tenemos de nosotros mismos, se afecta.
* Tanto nos creamos grandes como insignificantes, estaremos en lo cierto”.
Todo esto tiene que ver con una situación o un campo, un término muy psicológico que se llama LOCUS DE CONTROL. Las personas nos dividimos en 3 grupos: las que tienen un locus de control interno, externo y mixto.
¿Qué es el Locus de Control? Es donde localizo la explicación de lo que está pasando.
En ti (externo), en mi (interno), a veces en mi y a veces en ti, o los dos (mixto).
Obviamente esto va a afectar completamente a cómo la persona experimenta la emoción. Si obviamente es una persona con un Locus de Control interno, tendrá una tendencia alta a premiarse cuando sale todo bien pero no a reconocer lo de los demás, y cuando sale todo mal, imagínate cómo será de duro también. Los demás salen inocentes de toda la situación y ni se enterarán de todo el sufrimiento que ha generado.
También nos vemos afectados por lo que los demás dicen o dejan de decir sobre nosotros mismos. Tenemos un AUTOCONCEPTO, y debemos entender que no es de lo más objetivo, porque lo creamos a partir de lo que percibimos que los demás perciben de nosotros. Si te das cuenta, eso es de lo más inexacto que pueda existir, porque una percepción es una interpretación de una sensación. (Entonces yo creo que tú crees que yo soy…)
*Muchas de las percepciones que tenemos de nosotros mismos son: ¨ YO CREO´S¨
Intentamos verbalizar constantemente nuestras reacciones. Nunca están en una categoría de ser buenas o malas, simplemente están ahí, pero no nos quedamos con eso. Ya tenemos la reacción, ahora quiero darle explicación.
Entonces, les damos unas valoraciones que suelen estar en un péndulo (bueno o malo). Casi nunca lo paramos en la mitad. Hay que desarrollar y entrenar la capacidad de lograr detenerlas en la mitad. Somos muy extremos en este punto.
El problema que se le suma son los términos que solemos usar. Son demasiado abstractos: estoy deprimido, tengo mal genio, me da ansiedad, soy nervioso, me aburro, …
Muchas de estas frases de AUTODEFINICIÓN, de hecho, no salen de ti, sino que proceden de lo que otros te han dicho (padres, profesores, amigos, …): ¨el chaval es así..¨ , ¨es una chica bien nerviosa..¨ , ¨es muy inquieto…¨ y se terminan convirtiendo en YO SOYs .
Las EXPRESIONES EMOCIONALES consisten en todas las manifestaciones que tú tienes hacia el ambiente (de tu cara, tu entonación al hablar, tu posición corporal, y en definitiva todo lo no verbal, etc.)
El AFECTO es un componente bien interesante. Es la manera en que nos influimos mutuamente a nivel emocional. Es una forma de lenguaje. Si te has dado cuenta, hay gente que te cae mal porque sí, y no te ha hecho nada, pero ya te cae mal. Y hay gente que ves y ya es tu mejor amigo, y tampoco ha hecho nada.
Cuando desarrollamos amistades, no depende simplemente de compartir un espacio, unos estudios, una carrera universitaria, unos hobbies, unos intereses económicos etc. , sino también de la conexión emocional que hay. No es que te guste lo mismo que a mi o que te disguste lo mismo que a mi. Nosotros realmente el AFECTO lo usamos como forma de comunicación y acercamiento, es el gran botín, lo más apreciado que hay.
Que tú me muestres AFECTO, no tiene precio. ¿Y qué es el Afecto? El AFECTO es afectar a otra persona, yo saber que te afecto, que mi presencia te llena, te cambia algo, pues es algo magnífico.
La comunicación emocional, la comunicación fundamentada en el AFECTO, se supone que es propia de especies muy evolucionadas, pero de pronto no somos tan inteligentes, genios y evolucionados en materia de AFECTO, porque a veces no sabemos leerlo y menos transmitirlo.
Como es tan apreciado, vamos a encontrar muy frecuente que la gente luche tanto por el afecto de alguien que se aguante por cosas que no son justas. Uno, por ejemplo, podría tener un jefe para el que trabaja, en el que más allá del sueldo, quiere su aprobación. Le llamamos así, pero ¿sabes qué es? Es AFECTO. Quiero afectarte, quiero que mi yo, yo aquí, te afecte a ti, te resulte importante.
El CHANTAJE EMOCIONAL arranca ahí exactamente, en el amor, en las relaciones de trabajo, jerárquicas, horizontales, …, no importa, arranca realmente. La gente, a veces, por no perder el AFECTO de alguien, hace cosas que no quisiera hacer, y en otras ocasiones, encontramos que algunos ( de manera incluso inconsciente), pueden hacer mucho daño, restringiendo y castigando a través del AFECTO.
Castigamos como decían los abuelos: ¨con el látigo del desprecio¨.
Tenemos dos valencias respecto al Afecto: Positiva y negativa. Como no nos gusta la negativa, sino que nos encanta influir positivamente en las personas, es por ello que le damos menos valor a las emociones negativas, es decir, las callamos, porque eso querría decir que yo estoy en peligro de que tú no me trates bien. Además , descalificamos a las personas que dicen las cosas. Incentivamos de alguna manera a que la gente no nos diga la verdad, no cuente lo que realmente piensa.
¿Por qué? Por nuestra permanente espiral de pedir afectivo positivo. Siempre queremos que nos den ese tipo de cariño, y por tanto incluso nos reunimos a criticar a alguien que es sincero, que dice lo que le molesta. Para ello tenemos ya grandes discursos desarrollados.
Recuerda que, SIEMPRE EMOCIÓN LE GANA A LA RAZÓN (Neurológicamente demostrado) e INSTINTO LE GANA A LAS DOS.