Hygge: ¿En qué consiste esta filosofía de la felicidad?

El secreto de la felicidad danesa: Hygge

Llevan años disputándose el primer puesto de país más feliz del mundo, quedando entre las primeras posiciones. Esto ha despertado el interés internacional. ¿Qué tienen los daneses para ser los ciudadanos más felices del mundo?

Parece que han descubierto al antídoto a esas temporadas del año en las que tan solo tienen unas cuantas horas de sol, a los días grises, a las temperaturas alrededor de los 0º y pagar el 60% en impuestos. Y parece que son unas costumbres que dan calidez y calidad de vida.

El secreto de esa tan ansiada felicidad se engloba bajo el nombre de “hygge”.  Se trata de una filosofía consistente en disfrutar de las pequeñas cosas. 

Para comprender mejor en qué consiste esta bonita manera de ver y disfrutar la vida, vamos a pasar a explicar cada uno de sus componentes.

Componentes del Hygge

El ambiente

Sobre todo, el del hogar. Pasan muchas horas en sus hogares, y mucho de su ocio también ocurre en el hogar, por lo que todo apunta a que deben encontrarse confortables en estos, y deben ser acogedores.

Para ello vamos a tener en cuenta, algunos de sus componentes de forma más detallada.

La luz, la clave del hygge

Encender velas es un acto cotidiano para algo más de mayoría de daneses. Se señala como uno de los componentes más importante del “hygge”.  Y un alto porcentaje enciende más de 5, cada día.

Por otro lado, las lámparas juegan un papel importante en las casas. Se buscan que sean cálidas, que iluminen pero que no sean cargantes.

El Hyggekrog

En general, se busca que el hogar sea confortable pero, hay un lugar en casa, especialmente, convertido en templo del bienestar (lo que ellos llaman “hyggekrog”). Todos tenemos la imagen de la típica escena en el alféizar de la ventana decorado con cojines donde poder reposar los días de lluvia, con té y buena lectura.

Será ese espacio especialmente “hygge”, un lugar de tu hogar que sea para disfrutar especialmente. A reseñar, que los cojines y las mantas, como puedes estar imaginando también son otro elemento “hygge”. Eso sí, las texturas tienen una especial importancia

Chimeneas

Las chimeneas es otro de los elementos destacados. Consideran que es la opción más económica pero la principal razón es por tener ese punto extra de calidez en el hogar. ¿Quién no se embelesa mirando las llamas sin pensar en nada?

La ropa

Por otro lado, cuidar la comodidad: por ejemplo, en la ropa. Tanto durante el día (no hay que olvidar, que el medio de transporte favorito de los daneses es la bicicleta), como al llegar a casa.

Durante el día se opta por ropa amplia con multitud de capas dado que es la única forma de combinar las gélidas temperaturas en el exterior con la calefacción de los edificios. Y la comodidad al llegar al hogar, puede estar en ese suéter de lana calentito o esa sudadera desgastada que no tirarías por nada del mundo.

Relaciones sociales: punto de encuentro de paz, seguridad y experiencias

Uno de los factores que parecen que más influyen en ser los más felices es que son los europeos que más se reúnen con familiares y amigos. Sin lugar a dudas, las relaciones sociales marcan nuestro indicador de felicidad.

Pero no solo se reúnen. ¿Recuerdas eso de que se puede estar rodeado y sentirse muy sólo? Además de reunirse, comparten tiempo de calidad. Son cosas distintas. Buscan el encuentro con los 5 sentidos.

Esperan los viernes por la noche para reunirse en casa de un familiar o amigo, jugar a juegos de mesa y momentos para conectar con sus seres queridos, de forma que van llenando su mochila de recuerdos que alimentan el alma.

Entre esos detalles a tener en cuenta: cocinan y comparten recetas. Este es otro punto añadido. Disfrutan del “slow food”. Disfrutar del proceso de cocinar, y si es mientras pasan tiempo de calidad juntos, mejor que mejor.

Son muy aficionados a compartir tartas, de disfrutar de lo dulce. Elaborar mermeladas caseras es algo especialmente “hygge”. Hay una ganancia compartida en el tiempo disfrutado y parece que los daneses priorizan ese tiempo al de soledad.

Como bien dice el autor de “hygge: la felicidad en las pequeñas cosas”, “hay un “nosotros por encima de “yo””.  Invierten tiempo en construir sus relaciones y en crear historias compartidas. Además de un clima de aceptación incondicional, que crea esa armonía en la que puedes ser tú, sin tener que llegar a ser nada más.

¿El Hygge es sólo para el invierno?

No, no es algo que solo se pueda practicar en casa o en invierno. Es un estilo de vida. En el trabajo, también se encienden velas y en las mayoría de las reuniones parece que no faltan tartas para disfrutarlas.

Son entornos igualmente confortables. Y en verano, brinda la oportunidad de tomar tés al sol, salir al campo con los niños, realizar picnics…Disfrutar no pasa de moda, no va en los grados.

Tú también puedes

¿Te suena todo esto muy lejano? Como habrás podido intuir en estos momentos los móviles paran lejos de la mesa dónde se reúnen. Para conectar, de verdad, hay que desconectar de los aparatos electrónicos.

Vamos llegando al punto de inicio, y es que el “hygge” no es más que volver a nuestros orígenes.

Conectar con nosotros y disfrutar del aquí y ahora. Puedes estar con el mejor entorno posible, y no conectar con la esencia. Y puedes estar a -8 grados, en tu casa, en tu sofá, no poder salir a la calle y sentirte afortunado/a por esto. Es una cuestión de actitud ante la vida, de disfrutar y agradecer de lo que tenemos, de las pequeñas cosas de cada día.

De resaltar cada día lo positivo, de pararte a pensar y a agradecer todas las cosas que te rodean. Y que, a veces, damos por hecho y solo valoramos cuando se van. Y se trata, también, de construir, de ser proactivo con la vida, de buscar esos momentos, del autocuidado.

¿Te has parado a pensar que eres responsable de tu bienestar? ¿De qué si buscas bienestar en tu vida, no tienes que esperar a que nadie te lo brinde y por lo tanto, puede que bajes expectativas del mundo y encuentres más motivos para unirte que para separarte?

¿Te has parado a contemplar hoy por tu ventana? ¿Has mirado hoy la sonrisa de tu compañero/a de trabajo y qué se la provoca? ¿O la de tu hijo/a? ¿Has probado a decirle a tu pareja eso que te gusta hoy de ella? Debes haberte parado a observarla primero…¡Cuánto margen de maniobra tenemos, ¿verdad?, y qué poco conscientes somos a veces!.

La vida consciente, la vida mejor.

Qué bonita es la vida, si te paras a vivirla.

Bibliografía: Wikin, M. (2017) “Hygge. La felicidad en las pequeñas cosas: descubre por qué los daneses son los más felices y cómo tú también puedes serlo”. Barcelona, España: Libros Cúpula.

Monica Blanco
Psicóloga. Máster en gestión y dirección de RRHH.