Cómo envejecer satisfactoriamente

La Tercera Edad, o también conocida con las terminologías de vejez, adultez mayor o tardía ha sido una de las áreas temáticas abordadas a profundidad por las ciencias psicológicas, sin embargo, al referirse a esta etapa del desarrollo se percibe con particularidades de involución, deterioro, defunción y prejuiciadamente como etapa de inactividad.

El envejecimiento es un proceso natural del ser humano caracterizado por su irreversibilidad y continuidad a lo largo del ciclo vital. En la actualidad la esperanza de vida se prolonga y es situada por encima de los setenta y siete años.

Las sociedades contemporáneas se preocupan cada vez más por los Adultos Mayores, no obstante, queda mucho trabajo por hacer. En muchas se sigue devaluando a los sujetos en razón de su edad avanzada lo que conlleva al aislamiento de los ancianos por lo que se presenta un aumento de los índices de trastornos afectivos, del estado de ánimo y las tasas de suicidio.

Continuar enfocándose en la prevención resulta indispensable para evitar estas consecuencias y así como en la evaluación directa de los cambios sobre la percepción que se tiene sobre el envejecimiento y de los papeles asignados a los adultos mayores en dicho proceso.

¿En qué consiste envejecer satisfactoriamente?

Envejecer satisfactoriamente consiste en el reforzamiento de la salud, del funcionamiento cognitivo-emocional, existencia de condiciones satisfactorias por parte de la familia de la que se forma parte que permitan desarrollar sentimientos, valores, experiencias enriquecedoras.

La importancia de la familia para el adulto mayor estará dada por ser la instancia donde se encuentran quienes le pueden brindar la ayuda que pudieran necesitar y ser fuente de apoyo afectivo tan necesario para asumir las pérdidas que conlleva el envejecer (Placeres, Rosales, & Delgado, 2011).

Pero no es menos cierto que la familia también puede constituir para el anciano fuente de insatisfacción, malestar, estrés y enfermedad. Las alteraciones de la vida familiar son capaces de provocar alteración emocional, desequilibrio y descompensación del estado de salud.

La vivencia de problemas familiares precipita respuestas de estrés, entre las cuales se encuentra el descontrol de la enfermedad crónica o su inicio. (Bernal, L, I. 2000).

Las redes de apoyo social le brindan también un mejor afrontamiento a situaciones o vivencias negativas que pueden llegar a ser experimentadas. Las redes informales conformadas por vecinos, amigos, coetáneos, pareja y antiguos compañeros de trabajo asimismo constituyen fuentes de sostén primordiales.

Por otro lado, se aprecia el matrimonio como vinculo básico de compañía y deben enfrentarse a la viudez la cual trae para el anciano sentimientos de soledad que puede llegarlos a limitar el desarrollo de actividades ya que experimentan la sensación de ser incapaces de emprender nuevos proyectos.

La jubilación es otro de los sucesos que marcan esta etapa del desarrollo donde ya no se trata solo del cobro de la pensión, sino de un cambio en nuestro día a día que demanda de posibilidades de adaptación delimitados por loa factores psicológicos, bilógicos, culturales y sociales que coinciden en cada individuo. Por ello se convierte en una oportunidad de dedicarse a actividades que antes les resultaban difíciles de realizar y son capaces de invertir su tiempo satisfactoriamente.

Lo evidente es que sigue existiendo una apreciación estereotipada en relación a que todo cambio que acontece en la vejez tiene un carácter negativo donde la creencia indica perdidas de capacidades y/o habilidades que inciden directamente en su calidad de vida.

La calidad de vida en la Adultez Mayor es consecuencia de las particularidades del medio en que se ha desarrollado en el individuo durante su existencia y esta etapa guardara estrecha relación con la autonomía e independencia que posee el Adulto Mayor, así como la formación de la autotrascendencia, como necesidad reguladora nueva y típica en la vejez.

Actualmente los Adultos Mayores que cuentan con una buena salud siguen siendo productivos aun siendo jubilados a través de actividades de formación continuada, voluntariado y de participación social. Estos son capaces de ofrecer valiosos recursos e importantes contribuciones a la estructura de las sociedades. La mayoría cuenta con muchas potencialidades por desarrollar.

Las personas independientes, creadoras, que se plantean una continuidad en sus proyectos de vida posteriores a la jubilación y con un sano equilibrio emocional suelen vivir más años que las personas aisladas. Los ancianos conservan suficientemente bien su intelecto si se mantienen activos y se emplean en toda su capacidad.

Con mayor frecuencia investigadores y profesionales desarrollan programas de enseñanza cognitiva y estrategias que están destinados a evitar o cambiar el sentido del déficit en el aprendizaje, la memoria o la resolución de problemas.

Los Adultos Mayores siguen constituyendo nuestra mayor fuente experiencia emergida de las vivencias ilustradas por los años recorridos. Indiscutiblemente acercarnos a la comprensión de las huellas que se dejan en el cursar de la subsistencia nos hace un poco más sabios.

Placeres Hernández, José Fernando, de León Rosales, Lázaro, & Delgado Hernández, Inés. (2011). La familia y el adulto mayor. Revista Médica Electrónica, 33(4), 472-483.

Dayana Martínez González
Estudiante de la Facultad de Psicología de la Universidad de la Habana.