Bert Hellinger, el creador de las Constelaciones Familiares

Bert Hellinger como el padre fundador de esta teoría

En la actualidad Bert Hellinger figura como una de las figuras más destacadas en el ámbito de la psicoterapia. Para poder comprender su teoría de terapia sistémica y familiar, es importante que tengamos presente algunos aspectos relevantes de su vida y formación.

Además de su formación universitaria, enfocó su formación en Terapia Primal, Hipnosis ericksoniana, Dinámica de Grupos, Terapia Gestalt, Psicoanálisis, Programación Neurolingüística, Psicodrama, Terapia Familiar Sistémica y Análisis Transaccional.

Cada una de estas experiencias creó el ambiente perfecto para que se pusiera en marcha, una de las teorías claves del mundo psicoterapéutico, la constelación familiar.

Este insigne psicoterapeuta nació en Alemania en 1925. Estudio en la universidad alemana de Würzburg, entre los años (1947-1951). Su formación fue en las áreas de la Filosofía, Teología y Pedagogía. Además, consiguió el grado en artes de la Universidad Natal de Sudáfrica. Posterior a esto, cursó estudios en dicha universidad alcanzando el grado de Educación Universitaria.

Lo interesante de Bert Hellinger es que hizo una integración de todos estos estudios y comenzó a desarrollar nuevas teorías. Con esta fusión nacieron las constelaciones familiares y los órdenes del amor. Su más profunda y reciente evolución se agrupa en los Movimientos del Alma y del Espíritu. En este, se condensa toda la experiencia y maduración de su trabajo terapéutico y filosófico.

¿Qué nos lleva a pensar en las constelaciones familiares?

Después de muchos estudios científicos, fue posible comprender que tenemos un código genético. En la actualidad todos somos conscientes de que poseemos un ADN que nos vincula genéticamente a nuestros antepasados. Si por ejemplo, tienes los ojos azules, seguramente en tu historia familiar, habrá alguien que también los tenga. Eso es mucho más simple de asumir y comprender dado que son rasgos físicos capaces de ser palpados a simple vista.

Ahora bien, la teoría que ha ganado grandes seguidores y ha colocado a Bert Hellinger entre los terapeutas claves del mundo, es que también poseemos un ADN emocional. Seguramente, en este instante, debes estar pensando que ¿cómo va a ser eso posible?, Si no existe una relación física que pueda vincular nuestras emociones a nuestros antepasados. La verdad, es que esta solución le valió el reconocimiento mundial a este gran profesional de la psicoterapia.

A simple vista y visto por el ojo racional de la ciencia, pareciera que es algo casi imposible. Pero, si nos ponemos a analizar seguramente vamos a identificar características nuestras que son herencia de nuestros padres o abuelos. O de pronto, podemos ver semejanzas en las conductas de muchas personas a la de su genealogía ascendente.

Al ver las cosas desde ese punto de vista, seguramente ya podemos comenzar a comprender que es algo totalmente sustentado en la experimentación. En mi caso, siempre he identificado que la personalidad testaruda y vertical de mi hermano menor, es un reflejo de una personalidad muy similar de mi papá. Conocí una chica que, de forma similar, tenía reflejos de su conducta en base a las características propias de la relación con la madre.

¿Por qué denominarlo constelación familiar?

La energía en muchos casos es invisible a la vista, si nos vamos a la ley de la conservación de la energía vamos a recordar el siguiente postulado.  La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Al integrar esta afirmación al hecho de que somos seres de energía, entonces podemos comenzar a pensar de todo lo que hacemos repercute directamente sobre nosotros o sobre alguien más.

constelaciones familiares

Definirlo como constelación familiar, nos lleva a pensar que nuestro papel dentro de una familia debe ser visto como un sistema. La forma más clara de verlo es pensando en el universo, a modo más simple, vamos a pensar solo en el sistema solar. El sol, como el astro rey hace que todo se mueva a su alrededor, nos da luz y calor. La tierra influye en la órbita de su satélite natural; pero a su vez, por más pequeña que sea la luna, tiene influencia sobre las mareas terrestres.

Nuestra vida está atada al ADN emocional y podemos cambiarlo por medio de las constelaciones familiares

Conscientes de ello, podemos pensar que muchas veces las cosas no dependen únicamente de nuestro esfuerzo y deseo. Probablemente asociamos muchas de las situaciones que vivimos a procesos de atribución.

Sin embargo, puede que vaya más allá, y para esas personas que no logran encontrar el curso de sus vidas, es necesaria una terapia sistémica y familiar. Esto, para que la influencia que tenemos por las energías que pudieron haber creado nuestros antepasados, no sigan afectando nuestras vidas.

Por ejemplificar, vamos a imaginar que una chica sola, se enamora de un hombre comprometido, él corresponde a este amor y decide dejar a su pareja primaria. Obviamente se comienza una relación sobre la base del dolor de otra persona.

Esa energía que allí se transforma, puede repercutir en los hijos de la nueva pareja. Si la nueva esposa no hace una terapia de perdón con la esposa anterior, es muy probable que su hija o hijo lleven parte de esa energía sobre sus vidas.

Reconocer, asumir y pedir perdón para cambiar la energía dentro de la constelación

Esta teoría viene de todas las influencias que tuvo Bert Hellinger. Entre ellas, podemos resaltar el análisis transaccional y diversos métodos de hipnoterapia. Muchas de estas observaciones dieron un método de configurar constelaciones familiares.

La idea de comprender esta terapia sistémica y familiar, es para encausar la vida de las personas que psicológicamente no están en un estado de felicidad, y quieren hacer algo para cambiar su vida. Dentro de la constelación se genera una energía en forma de vibraciones.

Si logramos entender que podemos influenciar dicho campo energético con el reconocimiento, asumiendo nuestros actos y pidiendo perdón; seguramente vamos a hacer que la vertiente energética cambie para darnos un nuevo escenario libre de las herencias transgeneracionales. Éstas las llevamos inconscientemente y nos hacen repetir conductas de generación en generación.

La relación con la madre es en gran medida la principal influencia en cada constelación. Bert Hellinger señala, que las personas que mantienen nutrida esta relación madre hijo, brillan con luz propia, y el universo les depara de felicidad. El camino a la felicidad inicia en la relación con la madre, y claro; también influye la relación con el padre, pero ésta no es la relación primordial.

Hay que aceptar que nuestra forma de responder emocionalmente hablando depende en gran medida de nuestra constelación familiar. Al estar conscientes de ello, podemos hacer los cambios necesarios para mejorar nuestra inteligencia emocional y llegar a un verdadero nivel de felicidad.

Redacción
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