Soy un gran fan de hackear el cuerpo humano. Desde que involuntariamente me convertí en un adolescente bastante feo, tuve el ardiente deseo de que se pudiera influir en esos atributos que todo el mundo da a entender que vienen dados y son como son.
Sin granos y con un cuerpo más acorde a mi cabeza, mejoró bastante la cosa. No se puede decir que fuera un gran éxito, no conseguí convencerme de que yo había sido la causa detrás de este cambio pero, sí fue suficiente para convencerme de que podemos influir sobre nuestro cuerpo, de que tenemos cierto poder sobre lo que pasa dentro y fuera de él, un poder que no trabajamos.
Llevo meses experimentando con la exposición al frío y la fuerza de voluntad. ¿Cómo esto me ha permitido en 10 minutos doblar el número máximo de flexiones que puedo hacer? Lo normal sería que ahora diese alguna explicación o al menos, te dirigiera a un recurso con el que aprender más sobre esto. ¿Doblar mi máximo de flexiones? ¡Suena genial! Pero no, no voy a hacer nada de eso. Si lo hiciera, no estaría trabajando para mejorar mi creatividad y este es el objetivo del post.
¿Significa esto que para ganar creatividad debes dejar a la gente a medias? No, si fuera eso, seguro que habría mucha más creatividad a nuestro alrededor.
¿Cómo de creativo/a eres?
No todas las personas parten del mismo nivel. Por ello, es conveniente que antes de seguir hagamos una pequeña prueba. A continuación hay una imagen. Dicha imagen tiene un punto negro en el centro.
Lo que tienes que hacer es mirar fijamente (sin pestañear) al punto durante 5-10 segundos. Si según avanzan los segundos notas que los colores van desapareciendo, tu cerebro es más creativo que la media. Si los colores desaparecen del todo, eso significa que eres una persona muy creativa.
¿Ya? ¿Qué tal ha ido? En realidad, me he inventado eso de que tu creatividad dependa del experimento de la imagen. Se me ha ocurrido que pondrías más interés si me tomaba esa pequeña libertad.
Ahora, si lo de la imagen ha funcionado (lo hace en la mayoría de personas, pero tampoco sufras si a la tercera no lo has logrado), lo que viene a demostrar es que tu cerebro es muy vago y siempre está en búsqueda de patrones. Vago igual no es la palabra, es ahorrador, pues pensar nos hace gastar un montón de energía. El fondo blanco y los colores tenues no se mueven, al fijarnos en el punto del centro, al poco tiempo nuestro cerebro deja de preguntarse qué hay en ese espacio y asume que debe ser blanco. Pese a que percibimos las señales que indican color, tu mente decide obviarlas. Al mover los ojos, los colores vuelven a ser relevantes y reaparecen.
Por si te empiezas a preguntar qué tiene que ver que tu cerebro gaste como un diesel de 60cv con la creatividad, te diré que es esa búsqueda incesante de patrones, como demuestra el ejemplo de la imagen, lo que previene que seas una persona más creativa.
Huir
La creatividad se puede entender como la capacidad de ver las cosas de otra forma, de encontrar soluciones desconocidas a problemas recurrentes, de descubrir algo nuevo en algo conocido.
Si no te alejas de lo normal, de lo que se suele hacer, si no empiezas un post prometiendo algo y entregando otra cosa, si no obligas a tu cerebro a salirse de lo común, no conseguirás que descubra nuevas y originales maneras de ver el mundo en el que te mueves.
Es posible que hayas oído hablar de la regla de las 10.000 horas. Al parecer, esas son las horas que debes practicar algo para convertirte en una experta de la materia. Ahora, tantas horas dedicadas a hacer lo mismo, no conseguirán el truco. La práctica debe ser deliberada, entendiendo este tipo de práctica como una que te dificulte la vida día a día. Debes intentar salirte de la norma, de lo que conoces, de la forma común de hacer las cosas para de verdad convertirte en un maestro.
Pero no solo has de huir del patrón, también necesitas alejarte del problema en sí.
Herbert Benson es un científico que lleva años estudiando cómo las personas llegan a ese momento en el que dicen: «¡Hostia, Lo tengo! Lo que más finamente se denomina aha moment por los anglosajones. Pues bien, ¿qué se necesita para alcanzarlo?
En la mayoría de los casos, es un proceso doble: se comienza uniendo actividad con la tarea que te ocupa de forma que nos sometamos a un prolongado esfuerzo mental enfocado en el problema que tenemos entre manos. Seguido de un período de separación, de relajación. Es en este punto cuando somos más proclives a generar ideas rompedoras.
De forma que, si quieres desarrollar tu creatividad en general, aprende a sentirte a gusto saliéndote de la norma, probando lo que «no debería funcionar», impide que tu cerebro sea capaz de asentarse sobre una rutina de patrones. Y si lo que te gustaría es encontrar una solución creativa a un problema que te acucia, machácalo y luego déjalo estar, permite que tu mente se encargue de encontrar una solución.