¿Cuáles son los rituales que aplican las personas altamente productivas? ¿Cómo distribuyen su tiempo y recursos para maximizar el rendimiento en su campo?
En nuestra época actual en la que prolifera la distracción masiva producida por el exceso de información y posibilidades, resulta más que necesario focalizar nuestras energías en aquello que aporte un matiz diferencial en los resultados que obtenemos a través de nuestro desempeño.
Vivimos llenos de requerimientos y obligaciones que nos «impiden» pensar de manera creativa para organizar, concretar, y en algunos casos suprimir tareas que pueden ser delegadas con facilidad. Sin embargo, esta falta de creatividad no viene marcada por la cantidad ingente de tareas que debemos acometer, sino por nuestra incapacidad de tomar la iniciativa sobre esas tareas y distribuirlas, acotarlas y delegarlas de manera óptima para su mejor resolución.
En palabras de Anxo Perez: «si das diez, cuando podrías dar cien, no has ganado diez, has perdido noventa».
Tenemos que evitar a toda costa anclarnos en la mentalidad que yo llamo «la mentalidad de la ocupación». Esto quiere decir, mantenernos ocupados en estar siempre ocupados con algo o alguien en todo momento. Gran parte de la población occidental actual se encuentra en esta situación de sobrexcitación, hiperconexión y una necesidad imperiosa de llegar a todo y realizar múltiples tareas a la vez. Este tipo de mentalidad garantiza el desastre en nuestro desempeño laboral y vital, y resulta muy poco salubre para nuestro estado mental y psíquico.
Una persona productiva es ante todo una persona consciente; alguien capaz de extraer la máxima validez del tiempo que dispone para vivir una vida provechosa en todos los ámbitos posibles. La mentalidad que deriva de esta reflexión es que las personas productivas crean el marco de posibilidades idóneo para que el día les sirva a su favor y no al contrario. Son ellos los que deciden de manera consciente cómo planificar el día, y no esperan resolver los acontecimientos según como se vayan dando o llegando. Conciencia e iniciativa son dos aspectos claves de la mentalidad productiva.
¿Cuáles son los parámetros o rituales que aplican aquellos que maximizan su productividad diaria? A continuación os ofrezco 5 métodos eficaces para conseguirlo:
5 métodos para aumentar tu productividad
1. Aplican los ciclos de productividad comprimida
Este es un término que he acuñado, y el cual hace referencia a una de las claves indispensables para una productividad maestra. Expertos en liderazgo, productividad y management, tales como Tony Schwartz y Peter Drucker abogan por trabajar en ciclos productivos de 90 minutos. Esto es así, ya que el punto álgido de concentración se encuentra entre los 60-80 minutos, empezando a decaer drásticamente a partir de los 90 minutos.
Estos ciclos ayudan a maximizar la productividad, la creatividad y la eficacia de las tareas realizadas, alcanzando grandes cotas de éxito y foco en el desempeño. Después de los 90 minutos es recomendable tomarse entre 5-10 minutos de descanso para energizar y alivianar la carga mental asociada a la tarea, y volver a repetir el ciclo.
2. Realizan anclajes para disponer un estado mental imperturbable
Un anclaje es un estímulo particular externo asociado a un conjunto específico de estados emocionales. Su cometido es poder acceder de manera constante y deliberada a un estado mental potenciador que facilite la consecución de tareas, objetivos y metas. Por ejemplo, un anclaje puede ser una música particular que suscita en nosotros una sensación poderosa de autoconfianza, la repetición de este hecho, sumado a la visualización nítida en nuestra mente del comportamiento en cuestión, produce una sensación de confianza imbatible.
Si queremos obtener una productividad eficiente necesitamos entrar deliberadamente en estados emocionales competentes que saquen a relucir todo nuestro arsenal de capacidades.
3. Planifican y organizan sus tareas de manera eficiente
La planificación y la organización son dos recursos fundamentales que rigen el comportamiento de las personas altamente productivas. Fraccionan su meta principal en pequeños objetivos diarios debidamente organizados en un plan de acción concreto y mensurable. Establecen objetivos a corto, medio y largo plazo, logrando de esta manera un organigrama amplio que abarca el todo y las partes concretas de ese todo. Y por último, establecen mecanismos que ayuden a priorizar las tareas que resultan ineludibles en pos del objetivo final que se desea conseguir.
4. Se alimentan de manera saludable y hacen ejercicio
Una vez escuche una frase de Tony Robbins que se quedó grabada en mi memoria para siempre: «La alimentación y el ejercicio físico son los combustibles necesarios para alcanzar la excelencia y mejorar nuestra productividad». Estoy totalmente de acuerdo. Una correcta dieta acompañada de un ejercicio físico equilibrado son dos componentes básicos para cimentar nuestro progreso en todas las áreas.
Si queremos que nuestra mente funcione al mejor nivel, debemos nutrir nuestro cuerpo con alimentos de alta calidad (frutas, verduras, legumbres, hortalizas y frutos secos), así como un ejercicio cardiovascular de media intensidad (45 min- 1 hora). Esto nos proporcionará ligereza, una alta dosis de energía, concentración y un correcto equilibrio mente-cuerpo-espíritu.
5. Aprenden a delegar, priorizar y a decir NO
Estos tres aspectos son claves para todo aquel que pretende hacer un uso efectivo de su tiempo diario y alcanzar grandes cotas de productividad. Resulta importante delegar tareas o acciones que pueden llegar a sobrecargar nuestra actividad y ocupación diaria. Si tenemos algún amigo o compañero que sepa solucionar con mayor eficacia un problema que tenemos, para así dedicarnos a lo que hemos establecido como prioritario, hagámoslo sin ninguna duda.
Saber decir que NO es vital para tener un éxito sostenible en el tiempo. Si siempre hacemos aquello que nos piden los demás sin cuestionarlo, pospondremos lo importante para nosotros, y actuaremos en base a lo que los demás quieren, y no en base a nuestras pretensiones.
Tienes a tu alcance la capacidad de interiorizar herramientas y rituales que amplíen tu perspectiva para así ganar en productividad y eficacia. Empieza hoy mismo a forjar hábitos poderosos que te lleven a la cumbre de tus posibilidades. Subir el listón de tus acciones depende exclusivamente de ti.
“La productividad nunca es un accidente. Es siempre el resultado de un compromiso con la excelencia, la planificación inteligente y el esfuerzo concentrado”.
Paul J. Meyer