¿Qué es la psiconutrición y porqué es tan importante?

La psiconutrición también se conoce como “psicología de la alimentación”. Como podrás imaginarte, la psiconutrición combina dos disciplinas: la nutrición y dietética por un lado y la psicología por otro.

La psiconutrición no habla únicamente de la forma que tenemos de alimentarnos sino que hace hincapié en cómo nuestras emociones y conductas pueden afectar a nuestros hábitos alimenticios.

Al fin y al cabo el hecho de comer es una conducta o comportamiento, y nadie mejor que un psicólogo especialista en conducta para contribuir al establecimiento de unos patrones más saludables.

Una persona puede contactar con un nutricionista que le dé las pautas necesarias para seguir una dieta más equilibrada y sana para conseguir sus objetivos. Quizá esta persona pueda alcanzar su peso ideal mientras esté en contacto con este profesional. Sin embargo, en ocasiones puede existir un componente emocional que dificulte la adopción de unos hábitos alimenticios sanos.

En estos casos, una vez que la persona termina su relación con el nutricionista, lo más habitual será que vuelva a caer en los viejos hábitos y se produzca un retroceso ante todos los avances ganados. Esto ocurre porque existe un componente emocional poco adaptativo que ha permanecido intacto durante el tratamiento.

Seguro que conoces a más de una persona que ha perdido un peso considerable en poco tiempo tras seguir una dieta determinada. Sin embargo, pasado un tiempo esta persona vuelve a ganar peso con la misma facilidad con la que lo ha perdido.

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La importancia del psiconutricionista

Es por ello que la figura del psiconutricionista es esencial para manejar por un lado los hábitos alimenticios y por otro las emociones y conductas que subyacen a la alimentación.

La forma que tenemos de alimentarnos influye en nuestros pensamientos y emociones, y al mismo tiempo nuestros pensamientos y emociones influyen en nuestra forma de alimentarnos. Al tratarse de una cadena que se retroalimenta a sí misma, es difícil discernir dónde se esconde el eslabón más débil sobre el que hay que incidir para romper viejos hábitos y patrones.

El tratamiento tradicional siempre ha pretendido incidir en la alimentación ya que es lo más visible y quizá a priori lo más sencillo de modificar. Sin embargo cuando además de unos malos hábitos alimenticios también existen unas emociones que dificultan mantener una relación equilibrada con la comida, se complica el establecimiento a largo plazo de esos hábitos.

¿Qué trastornos alimenticios se pueden tratar desde la psiconutrición?

Prácticamente cualquier alteración alimentaria puede verse beneficiada de un tratamiento que vincule la psicología con la nutrición.

Probablamente los trastornos de la conducta alimentaria más conocidos sean la anorexia y la bulimia. Aunque también podemos encontrar en esta clasificación otros trastornos no tan populares como son el trastorno por atracón, la vigorexia (no verse lo suficientemente musculado) o la ortorexia (la adicción a comer exclusivamente alimentos sanos).

Además de los trastornos de la conducta alimentaria, existen otras alteraciones que también pueden verse beneficiadas al seguir un tratamiento basado en la psiconutrición. Hablamos de la ansiedad por la comida o los comedores compulsivos.

Todos estos trastornos tienen un origen multifactorial, lo cual quiere decir que están originados por diversas causas, ya sean psicológicas, familiares o biológicas. Por todo ello, es fácil comprender que si existen distintas causas en su origen, también será necesario utilizar distintas disciplinas para atajar estos factores. La psiconutrición incide precisamente en todos estos factores, cosa que ni la psicología ni la nutrición por sí solas consiguen.

Puedes consultar el siguiente artículo para saber más sobre psiconutrición

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