Hipofagia: La obsesión por comer carne de caballo

Se denomina hipofagia a la costumbre de comer carne de caballo. Esta práctica viene desde la prehistoria, y ha tenido mayor o menor aceptación en diferentes épocas. No obstante, en la actualidad están en aumento los casos de personas obsesionadas por la carne de caballo, aunque no sea una costumbre totalmente aceptada.

Pensando en esto, hoy queremos compartir contigo todo lo que sabemos sobre la hipofagia y su papel dentro de la historia.

Todo lo que debes saber sobre la hipofagia

La hipofagia alude al consumo de carne de caballo. Esto puede sonar bastante descabellado en la cultura occidental en donde estos animales son considerados como compañía o animales de trabajo.

Nuestra cultura tiene ciertas tradiciones en las que se enmarca cuáles son los animales aptos para el consumo humano y cuáles no. Si miramos desde un punto de vista lógico, en realidad no hay mucha diferencia entre una vaca y un caballo, pero de acuerdo a nuestras costumbres, aunque a diario podamos disfrutar de un filete de res, animarse a comer carne de caballo puede ser un acto escandaloso.

Con esto no quiero invitarte a comer carne de caballo, sino que simplemente es importante resaltar que el hecho de comer o no comer carne de equino es algo puramente cultural.

Historia de la hipofagia

Si hacemos una mirada histórica y nos acercamos a la época contemporánea, descubriremos que la mayoría de los casos de hipofagia se dan por escasez de alimentos o épocas de hambruna, en lugares azotados por la guerra u otras problemáticas. Pero no siempre fue así, y de hecho te sorprenderá que en muchos lugares la carne de caballo era un festín bastante deseado.

Los antiguos pueblos escandinavos y germánicos que creían en Odín, criaban una raza de caballos blancos destinados especialmente para sacrificarlos como homenaje a su dios. Después de ser sacrificados, cocinaban su carne de diversas formas y hacían festines en los que este era el plato principal. Esta costumbre desapareció con la llegada de los cristianos que veían el consumo de caballo como una aberración, debido a que esto se asociaba con los rituales paganos.

Si vamos mucho más atrás en la historia, diversos historiadores comprobaron que antes de la domesticación de los equinos, la carne de caballo era considerada como un alimento más dentro de la dieta humana. De hecho en muchas de las pinturas rupestres se pueden ver alusiones a este tipo de consumo.

La domesticación de los caballos se dio aproximadamente hace 5500 años. Es en este punto en donde pasan de ser vistos como alimentos para ser valorados por los múltiples beneficios que aportaban a los pueblos. Los caballos iban a la guerra, servían como transporte, herramientas de carga y eran vitales para los arados. Es por esto que se pueden considerar como una ficha clave para la evolución de las civilizaciones.

Hay varios testimonios textuales de la antigua roma en la que se habla de la hipofagia, no usan estrictamente el término, pero se cita literalmente del consumo de carne de caballo y de asno. De hecho, aunque el asno se considere un animal «inferior» al caballo, en muchos tratados gastronómicos se habla de la superioridad de su carne en cuanto al sabor y propiedades nutricionales.

Datos curiosos sobre la hipofagia

En varios rastreos históricos se determinó que la hipofagia era el paso anterior a la antropofagia. Esto quiere decir que en tiempos de guerras, sitios o expediciones los caballos eran consumidos como última alternativa para no morir de hambre. Si se acababan los caballos, el paso a seguir era comer carne humana.

El Barón François de Tott (1733-1793) narra en sus memorias, que siendo cónsul en Crimea, el rey de Francia lo invitó a comer, y el plato principal era costillas de caballo ahumadas. Según sus descripciones era un plato sumamente delicioso.

De acuerdo a documentos históricos, en los tiempos de la Revolución Francesa, la carne de caballo era la más consumida.

Durante las guerras napoleónicas la carne de caballo era usada para alimentar a los soldados que estaban enfermos. Se dice que el consumo de esta carne contribuía a una pronta recuperación gracias a su alta cantidad de nutrientes.

El consumo de carne era bastante extendido en Asiria, Grecia, Egipto, Roma, Medio Oriente y muchos países africanos. El hecho que frenó la hipofagia fue la aparición del cristianismo, debido a que en la Biblia está prohibido el consumo de estos animales.

El Papa Gregorio III se recuerda por una lucha feroz contra la hipofagia. Uno de sus contemporáneos, el obispo alemán Bonifacio, mandó a sacrificar cientos de caballos por estar estrechamente ligados con rituales paganos, como los que mencionamos anteriormente, en los que los nórdicos sacrificaban caballos para ofrecer a sus dioses.

En el siglo XX la carne de caballo empezó a consumirse con menos prejuicios. De hecho en la actualidad es considerado un producto de exportación. Según datos oficiales, en la actualidad, el consumo de carne de caballo ha aumentado en países como Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Bélgica y Alemania.

Beneficios de la carne de caballo

Teniendo en cuenta que la hipofagia es una costumbre que se extiende por el mundo, los estudiosos se han dado a la tarea de averiguar las bondades de este tipo de carne para el ser humano.

Dentro de los beneficios principales encontramos que la carne de caballo tiene menor contenido de grasa, y mayores índices de glucógeno y valor proteínico.  Además, la carne de equino tiene un efecto antianémico y propiedades inmunizantes respecto a la tuberculosis.  También se dice que este tipo de carne no transmite tantas enfermedades, como es el caso de la carne de cerdo o el pollo.

Como ves, en algún tiempo la hipofagia fue considerada un trastorno debido a su relación con el paganismo. En la actualidad el consumo de esta carne va cobrando relevancia y es considerada una fuente alimenticia de primera, además de ser todo un placer gastronómico.

Lo cierto del caso es que aunque ya sea más aceptado su consumo, aún sigue generando algunas molestias dentro de la sociedad debido a que son considerados netamente como animales de compañía. ¿Qué opinas tú sobre la hipofagia?

Karla Arango
Editora, correctora de estilo, investigadora literaria y poeta.