El desarrollo o crecimiento personal es un concepto que ha adquirido cierta popularidad en los últimos años y hace referencia a mejorar de forma continuada en distintas áreas vitales con el fin último de conseguir tus objetivos.
En Sferamind definen el desarrollo personal como “un proceso inherente a cualquier persona ya que es la receta para identificar los objetivos vitales de cada individuo y de elegir en qué facetas se quiere desarrollar”.
De esta manera y a través de un continuo aprendizaje vas plantando las semillas de la persona en la que te quieres convertir.
Todos de alguna manera estamos implicados en un proceso de desarrollo personal ya que nuestras vidas, nuestras ilusiones y nuestros objetivos se proyectan hacia el futuro e inevitablemente hagamos lo que hagamos, ese futuro siempre acabará llegando.
La diferencia estriba entre quienes se implican en ese proceso de manera activa y aprenden las herramientas necesarias para poder influir sobre todo ese proceso y quienes simplemente se dejan llevar y adoptan una actitud más reactiva.
Como podrás imaginarte, los primeros (aquellos que tienen una actitud más activa) tendrán más probabilidades de alcanzar sus objetivos en un espacio de tiempo más corto que si simplemente se dedicasen a reaccionar ante las circunstancias de la vida.
Implicarte en un proceso de desarrollo personal requiere de un compromiso consciente que nos lleve a buscar áreas de mejora de forma constante.
Objetivos vs Valores
Conocer y definir tus objetivos es la pieza clave para embarcarte en un proceso de desarrollo personal, y poco a poco llegar hasta ellos.
Esto puede parecer una tarea sencilla pero no lo es. En el desarrollo personal no hablamos de objetivos materiales como llegar a comprarte el último modelo de un coche de alta gama o conseguir un buen puesto de trabajo.
Quizá en lugar de objetivos deberíamos hablar de valores, y son precisamente estos valores los que actúan como una brújula que nos marca el camino.
Es posible que toda la vida hayas soñado con un buen puesto de trabajo y un sueldazo. Sin embargo una vez que lo has conseguido te das cuenta de que esa gran carga de trabajo y responsabilidad te genera un grado de estrés y ansiedad que no estás dispuesto a asumir, por no hablar del poco tiempo que te queda libre para disfrutar de tu familia.
Una persona que no haya realizado un trabajo de desarrollo personal, es posible que se enfrente a esa situación durante años y se meta en un círculo vicioso en el que cada vez trabaja más con el objetivo de intentar salir de ese malestar.
Por el contrario, alguien que se conozca a sí mismo y que lleve tiempo en el camino del crecimiento personal, sabrá que esa situación colisiona con dos valores importantes para él como son disfrutar de una buena salud y pasar tiempo de calidad con su familia. Esta persona ha conseguido aprender la diferencia entre objetivos y valores.
Cómo mejorar tu desarrollo personal
El primer paso es conocerte, pero conocerte de verdad, saber qué es aquello que te produce felicidad, tranquilidad y bienestar. Muchas personas creen saberlo pero sin embargo están perdidas tratando de alcanzar objetivos que en realidad no les aportan felicidad.
Una vez que te conoces puedes definir cuáles son tus valores, qué es aquello que va a ser inamovible en tu vida.
Por último debes establecer objetivos a corto, medio y largo plazo que estén en sintonía con tus valores. Cuando tienes claros tus objetivos puedes encontrar más fácilmente las herramientas que te ayuden a conseguirlos.