El trabajo físico duro puede influir en el desarrollo de la demencia

La actividad física se ha relacionado de manera positiva con un menor riesgo de desarrollar demencia en la vejez. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala al ejercicio como un aspecto importante en la prevención de la enfermedad.

Sin embargo, un estudio de la Universidad de Copenhague ha descubierto que no toda actividad física es “buena”, señalando a los trabajos que requieren un importante esfuerzo físico como un factor de riesgo.

La rama de la Psicología del Trabajo se ha centrado en investigar la influencia del trabajo en el desarrollo de enfermedades mentales. En concreto, la demencia ha sido objeto de estudio por parte de diferentes entidades científicas.

Varios estudios han sugerido que los trabajos que requieren un esfuerzo físico superior podía ser un factor determinante en el desarrollo de esta enfermedad. No obstante, no se había podido probar esta vinculación hasta la fecha.

La Universidad de Copenhague ha logrado demostrar la relación entre las profesiones que requieren un mayor esfuerzo físico y el desarrollo de la demencia, incrementando el riesgo en un 55% en comparación con las personas que realizan trabajos sedentarios.

El trabajo físico de alta intensidad puede tener un efecto negativo en la circulación sanguínea del corazón y, por tanto, también en el suministro de sangre hacia el cerebro.

Por ello, el estudio se basó en los datos del Copenhagen Male Study (CMS), investigando a 4.721 hombres daneses que desempeñaron tanto trabajos de alto esfuerzo como profesiones sedentarias en la década de 1970.

A lo largo de los años, la investigación ha recopilado datos sobre la salud de estos hombres, descubriendo que existe una mayor probabilidad de desarrollar demencia en los trabajos de alto rendimiento físico.

Por lo tanto, es importante diferenciar la actividad física que se realiza en el tiempo libre de la que desempeñamos en el trabajo, ya que se ha podido demostrar que estas dos formas de esfuerzo tienen efectos opuestos.

De igual manera, otras investigaciones sugieren que los turnos y las jornadas irregulares, así como el desempeño de trabajos pesados, también pueden llegar a afectar a la salud física. En concreto, la Universidad de Waterloo ha descubierto una vinculación entre este tipo de actividades y la respuesta del sistema inmunológico en la lucha contra las enfermedades.

El Centro nacional de Investigaciones para el Ambiente Laboral continúa trabajando en base a los resultados que ha obtenido la investigación, con el objetivo de identificar las formas más saludables para desarrollar aquellas profesiones que requieren un esfuerzo físico superior. En ese sentido, han señalado que organizar el trabajo físico duro de manera que tenga un “efecto de ejercicio” es la clave para poder disminuir esta tasa de incidencia.

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