El coaching no es solo una moda, es todo un arte para ayudar a las personas, a través del aprendizaje creativo, a alcanzar objetivos y metas. Ser un buen coach requiere una formación bien programada, estructurada y donde el propio coaching esté presente en la metodología.
Los puntos imprescindibles del programa
El propio máster de coaching debe poner en práctica la metodología para la que nos formamos. Para ello, un punto imprescindible es el trabajo en profundidad de las motivaciones de las personas. Un buen máster de coaching debe ofrecer un programa en el que se muestre un amplio conocimiento sobre el ser humano a la vez que permite profundizar en uno mismo.
Además de trabajar con el propio coaching en el máster, debemos buscar un curso con una metodología única e innovadora. Por ejemplo, en el master en coaching madrid utilizan el Design Thinking como herramienta para el aprendizaje y la combinan con la metodología única del Instituto Hune y el conocimiento de Joaquina Fernández. En tan solo diez semanas, este curso es capaz de formar a coaches a través de procesos eficaces, prácticos y transformadores.
Esta transformación se produce gracias a la experiencia vivencial. Esta debe ser otro de los puntos imprescindibles en un máster de coach y, seguramente, el más importante. El curso debe ir a la experiencia, intentar que el alumnado experimente en sí mismo el proceso de cambio. Para conseguirlo, debemos buscar un máster que tenga multitud de prácticas y en el que se trabaje con herramientas, donde las personas facilitadoras observen las dinámicas del aula para, de este modo, contribuir a que el alumnado profundice en el proceso. Asimismo, es fundamental observar sesiones de coaching en vivo.
La certificación también es un punto a buscar en un programa de este tipo. El propio programa debe estar certificado por la International Coach Federation en el nivel ACTP (Accredited Coach Training Program). Esta certificación nos asegurará el título de coach una vez finalizado el programa. Debemos intentar buscar un máster que guíe a su alumnado para alcanzar la certificación, ya que también es un requisito importante en el caso de querer ejercer.
Experiencia y profesionalidad son cualidades básicas en cualquier programa de formación. En el caso de un máster de coaching cobran especial importancia y, a estos dos puntos básicos es necesario sumarle la calidad humana del profesorado. En este sentido, los profesionales deben ser coaches capaces de observar y entender a cada alumno desde diferentes perspectivas para poder guiarlo y observarlo en el proceso.
Hay que tener también en cuenta que no todo el mundo puede saber de todo. Por ese motivo es importante buscar un máster que cuente con profesionales expertos para cada módulo. El profesorado debe tener un conocimiento muy amplio y profundo de cada tema que imparte. De esta manera el alumnado tendrá acceso a una fuente experta de primera mano para profundizar en los temas que más le interesen.
Al mismo tiempo, todo el profesorado de un buen máster de coaching debe coordinarse para conseguir una correcta integración de los contenidos y de las sesiones prácticas. Así se conseguirá un mejor aprovechamiento del curso y se evitarán solapamientos o la repetición de actividades. Este aspecto es aún más fundamental si se trata de un curso intensivo.