El uso de las mascarillas y su impacto psicológico

El mundo lleva más de un año luchando contra la COVID – 19 y muchas circunstancias de la vida y la rutina diaria han cambiado en consecuencia. Entre lo que muchos denominan “la nueva normalidad”, se incluye el uso de mascarillas en la calle y para permanecer en lugares públicos. 

Portar mascarillas, junto al uso frecuente de gel desinfectante y otro conjunto de protocolos, han permitido disminuir los niveles de contagio entre la población y a la vez, esta se ha convertido en una herramienta de seguridad para muchos, quienes se sienten realmente resguardados y protegidos contra el virus al llevarla puesta. 

Sin embargo, su uso ha sido objeto de estudio dentro del ámbito psicológico, puesto que muchas personas, aun cuando están conscientes de que se trata de una herramienta de protección, sienten rechazo y renuencia de usarlas. 

Está más que comprobado que llevarla a donde sea, significa contar con un nivel de protección en contra del virus. Más si se trata de las elaboradas bajo estándares tecnológicos que garantizan un mayor nivel de protección como las mascarillas Triomed que no solo ofrecen protección, sino que además muestran su eficacia al desactivar este virus.

La tecnología de esta empresa es muy innovadora, capaz de neutralizar en un 99,9 % los patógenos externos que amenazan nuestra salud. Se trata de una mascarilla hipoalergénica, transpirable e impermeable, cuya cuidadosa y estudiada elaboración permite controlar la contaminación microbiológica, al incorporar en su elaboración un potente antimicrobiano.

Pero centrándonos en su impacto a nivel psicológico, estudios e investigaciones de expertos en esta materia, indican que el rechazo a llevar puesta una mascarilla se debe a creencias arraigadas a sentirnos libres y dueños de poder decidir lo que hacemos o dejamos de hacer en nuestro entorno. 

En tal sentido, la obligación de llevarla puesta y que esta sea un requisito para obtener beneficios y accesos a servicios cotidianos, es definido de manera instintiva como algo incongruente y la primera reacción es el rechazo, a pesar de entender que es una medida de protección, tanto individual como colectiva. 

Por fortuna, la mayor parte de la población es responsable en el cumplimiento de esta medida por lo que optan por el uso de mascarillas de alta calidad como la ya referida, pero otro pequeño sector se encuentra en un proceso de negación que es definido por profesionales de la psicología como sesgo cognitivo. 

Sesgos cognitivos por el uso de la mascarilla

Los sesgos cognitivos, según especialistas psicólogos, están relacionados con la personalidad y el carácter del individuo, que en este caso, se niega a sentirse o proyectar una imagen de debilidad o vulnerabilidad al llevar una mascarilla puesta. 

Otro sesgo tiene que ver con la autosuficiencia, que llega a formar parte de las características, cualidades o defectos de una persona, quien considera que no necesita tal protección. 

Por otro lado, existe un efecto psicológico que puede convertirse en el más peligroso, el cual se relaciona a la copia o repetición de comportamientos. Sentirnos incluidos en un grupo social, en muchas ocasiones depende de emular conductas. Es lo que se denomina efecto de arrastre o el síndrome del seguidor. Es decir, “si mi amigo no usa la mascarilla, yo tampoco tengo por qué usarla”. Es una copia de conducta que aplica en muchos aspectos de la vida y que funge como una práctica que le permite a una persona sentirse identificada e incluida en grupos sociales. 

En resumen, subestimar el peligro que supone no llevar la mascarilla, es sumamente perjudicial, no solo para la persona que comete ese error, sino también para su entorno familiar, de amistades y para la sociedad en general. 

Consejos para usar una mascarilla correctamente

Aun cuando las mascarillas Triomed Active son una herramienta eficiente de protección contra el coronavirus si no se usa de la forma correcta, sus beneficios perderán su efectividad. Por lo tanto, tener en cuenta las siguientes recomendaciones ayudará a que tanto esta, como cualquier otra mascarilla que se decida utilizar, potencie sus niveles de protección: 

  • Es primordial lavarse las manos con un desinfectante antes de colocarse la mascarilla
  • Debes ajustar la mascarilla de la forma correcta, ajustando las tiras detrás de las orejas o atando los extremos detrás de la cabeza. Una vez hecho esto, se debe evitar tocarla y acomodarla constantemente, ya que se ajusta de la forma correcta no tiene por qué moverse, de ser así, es mejor probar con otro modelo de mascarilla o revisar el ajuste 
  • Una mascarilla debe permitir respirar fácilmente.
  • Si se trata de una mascarilla desechable, no la reutilice. Estas tienen, por lo general, una efectividad de 4 horas. 
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