Los influencers pueden sufrir problemas de ego, incluso más graves que las personas alejadas de la fama, eso se debe a que precisamente la presión por estar en el centro de atención de millones de personas es un elemento que genera que el ego se infle y desencadena múltiples problemáticas en la vida de las personas.
Ésta sin duda alguna es la generación del Yo, y nadie lo sabe mejor que los influencers, quienes se aprovechan de sí mismos para generar exorbitantes sumas de dinero en lo que se ha llegado a llamar el negocio de los instagramers
Influencers: Protagonistas del mundo digital
La generación del yo se desenvuelve en las redes sociales, este es el mundo donde se mueve como pez en el agua y casi todos tienen una extensión de sí mismos en las esferas digitales. Las redes sociales saben esto y las grandes marcas también, por eso se han convertido en el alimento número uno del ego de los influencers quienes a su vez muestran paraísos artificiales y vidas idílicas con las que conquistan la atención de millones de usuarios.
El negocio de los instagramers y el ego
Para nadie es un secreto que el negocio de los instagramers es uno de los más rentables de todas las redes. Fotos de animales, comida, viajes exóticos, lujo, moda y excentricidad son algunos de los nichos que más ganancias recaudan al año.
Influencers como Chiara Ferragni, conocida por ser la más poderosa en el mundo de la moda, es la protagonista central de las pantallas de hombres y mujeres de todas las latitudes que ven en su estilo de vida el sueño dorado. Esta mujer gana astronómicas cifras al año, e incluso su perrita Matilda tiene su propia cuenta de Instagram con más de 300mil seguidores.
A raíz de su popularidad y del amor que le profesa el público, esta mujer creó todo un imperio en el que se incluyen tiendas de ropa y accesorios. Todo esto sin contar que grandes marcas como Zara, Nike, H&M y Coca-Cola encuentran en ella la imagen principal para llegar al público.
Chiara y otros influencers de su misma categoría pueden ganar hasta 1.400 dólares por post y regalías por promocionar marcas que oscilan alrededor de los 100.000 Euros.
¿Cómo afecta esto el ego?
Teniendo en cuenta todo lo anterior, el negocio de los Instagramers es el altar de la generación del Yo. Por un lado, los instagramers viven de que les alimenten el ego, lo hacen metafórica y literalmente, gracias a que cada interacción con el público no solo los llena de dinero, sino que además los hace sentir como semidioses.
La consecuencia de lo anterior es que en muchos casos los grandes influencers empiecen a sufrir una inflación del ego que los hace sentir el centro del universo y los lleva a conductas arrogantes, de manipulación e incluso de menosprecio frente a otras personas. Del mismo modo, ponen su vida a girar en torno a la aprobación del público, revelándoles detalles de su vida íntima con tal de mantener su atención que los hace sentir seguros y poderosos.
No obstante, el negocio de los Instagramers no es igual para todos, aquellos que su popularidad está en ascenso o quienes por diversas razones pierden el interés de su público, lo pasan bastante mal lidiando con problemas de ansiedad, estrés e incluso depresión por sentir que no están a la altura de un mercado vertiginoso.
La presión por la creación de contenido que los ponga en el centro de la pantalla puede afectar su salud mental, emocional e incluso su estilo de vida, pues esto les golpea el ego e impacta directamente su autoimagen y autoestima.
Como ves, aunque el mundo del negocio de los instagramers esté lleno de dinero y estrellitas, también es un desafío constante para el ego de los influencers que deben aprender estrategias efectivas para manejar su ego en un mundo en el que la aceptación del público es un desafío constante.