La psicología de los «me gusta» y la validación: Desentrañar el sistema de recompensas en las redes sociales

Las redes sociales son un conjunto de plataformas basadas en Internet que permiten a las personas comunicarse y compartir contenidos con otras en tiempo real. Abarcan una serie de aplicaciones, sitios web y tecnologías, como Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn y Snapchat. Aunque nacieron como plataformas para la interacción social y la creación de redes, las redes sociales han evolucionado hasta convertirse en una herramienta para la difusión de información, el marketing empresarial, las campañas políticas e incluso con fines educativos. A partir de 2023, seguirán configurando la comunicación, la cultura y el estilo de vida a escala mundial de una forma sin precedentes.

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Predominio de los «Me gusta» como validación en las redes sociales

En estas plataformas, una característica predominante es el botón «Me gusta», una herramienta sencilla pero poderosa que permite a los usuarios expresar su reconocimiento, aprobación o aprecio por el contenido compartido. Desde el inicio de la función «me gusta» de Facebook en 2009, muchas otras plataformas han adoptado funcionalidades similares. El botón «Me gusta» ha ido más allá de su propósito inicial, transformándose en una forma de moneda digital, un barómetro de popularidad y una medida de validación social. En el panorama de las redes sociales, donde la moneda de la interacción son los «me gusta», los comentarios y las comparticiones, la función «me gusta» ejerce una influencia significativa.

La importancia de comprender la psicología de los «likes» y la validación

Desentrañar la psicología que hay detrás de los «me gusta» y la validación en las redes sociales es crucial por varias razones. En primer lugar, comprender los fundamentos de estos comportamientos podría ayudar a las personas a navegar por las redes sociales de forma más saludable, reduciendo el potencial de daño y de autocomparación negativa. En segundo lugar, la comprensión de este comportamiento podría orientar la elaboración de políticas destinadas a frenar la manipulación y las prácticas poco éticas de las plataformas de redes sociales. Por último, una comprensión más profunda podría ayudar a psicólogos y terapeutas a ayudar a sus pacientes que pueden tener problemas con el impacto de las redes sociales en su salud mental. El fenómeno de la búsqueda de validación a través de los «me gusta» no es una mera curiosidad de la era digital, sino una faceta esencial de la comprensión de la evolución de nuestra interacción con la tecnología.

La psicología detrás de la satisfacción derivada de recibir «Me gusta

Desde una perspectiva psicológica, el acto de recibir «me gusta» desencadena un subidón de dopamina, un neurotransmisor asociado a sentimientos de placer y satisfacción. Es similar a la gratificación que se recibe al ganar un partido, comer algo delicioso o recibir un cumplido. Además, estos «me gusta» pueden servir como forma de validación social, proporcionando una medida cuantitativa de aceptación y popularidad.

Comparación entre la validación en la vida real y los «me gusta» en Internet

Mientras que la validación en la vida real suele provenir de interacciones interpersonales matizadas y complejas, la validación en línea, en forma de «me gusta», proporciona una forma inmediata y tangible de aprobación. Aunque esta validación digital carece de profundidad y contexto, su naturaleza cuantitativa y su disponibilidad inmediata la hacen muy adictiva. Es crucial señalar que esta gratificación instantánea es efímera y puede conducir a un círculo vicioso de búsqueda constante de validación.

Estudios de casos sobre el impacto psicológico de los «Me gusta

Varios estudios ilustran los profundos efectos psicológicos de los «me gusta». Por ejemplo, un estudio de la UCLA de 2016 descubrió que los adolescentes eran significativamente más propensos a que les gustara una foto si ya tenía más likes, lo que demuestra el efecto bandwagon. Otro estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology (2018) estableció que las personas que se tomaron un descanso de Facebook se sintieron mejor sobre sus vidas, lo que sugiere que la dependencia excesiva de los «me gusta» para la validación podría potencialmente dañar el bienestar. Por lo tanto, comprender los mecanismos psicológicos que subyacen a los «me gusta» y su impacto es esencial en la sociedad digital actual.

Cómo las redes sociales satisfacen la necesidad de validación

  • Reacción inmediata: Las redes sociales proporcionan una gratificación instantánea en forma de «me gusta», comentarios y comparticiones, satisfaciendo así nuestra necesidad de validación inmediata.
  • Medida cuantitativa: el número de «me gusta» o seguidores es una medida tangible de popularidad y aceptación.
  • Amplia audiencia: Las redes sociales extienden nuestro alcance más allá de los círculos sociales inmediatos, ofreciendo la validación de un público más amplio y global.

El impacto de la validación online en la autoestima y la formación de la identidad

La validación online tiene un impacto significativo en la autoestima y la formación de la identidad, especialmente entre los usuarios más jóvenes que se encuentran en la fase crítica de desarrollo de su autoconcepto.

  • Impacto positivo: Cuando se usan con moderación, las redes sociales pueden aumentar la autoestima. Los elogios y el reconocimiento de los compañeros pueden reafirmar la autoestima.
  • Impacto negativo: Sin embargo, la dependencia de la validación online puede llevar a una autocomparación constante y a una disminución de la autoestima. Los usuarios pueden sentirse inadecuados al comparar sus vidas con las representaciones a menudo idealizadas que se ven en las redes sociales.

Los peligros de la dependencia excesiva de la validación en línea

Riesgos para la salud mental: La dependencia excesiva de la validación en línea puede provocar ansiedad, depresión y baja autoestima. También puede desencadenar comportamientos adictivos, ya que los usuarios persiguen el efímero subidón de recibir «me gusta».

Crisis de identidad: La dependencia excesiva puede conducir a una identidad excesivamente ligada a los personajes en línea, lo que puede provocar una crisis de identidad cuando la validación en línea se ve amenazada o se elimina.

Consecuencias sociales: Centrarse en la validación en línea puede reducir la calidad de las relaciones en la vida real, ya que las personas pueden dar prioridad a las interacciones en línea sobre las conexiones cara a cara.

El impacto en la salud mental: Ansiedad, depresión y adicción a las redes sociales

El ansia de «me gusta» y de validación en línea tiene importantes consecuencias para la salud mental. La búsqueda constante de la aprobación digital suele provocar ansiedad, ya que las personas se preocupan constantemente por su imagen y su recepción en Internet. Además, la comparación continua con vidas aparentemente perfectas retratadas en Internet puede desencadenar sentimientos de inadecuación y depresión. Por último, como el subidón de dopamina asociado a los «me gusta» es temporal, puede conducir a una forma de adicción en la que los usuarios se ven atrapados en un ciclo de búsqueda constante de más validación.

El efecto en las relaciones: Online Vs. Offline

Las redes sociales, aunque conectan globalmente a las personas, pueden provocar irónicamente un sentimiento de desconexión en las relaciones de la vida real. Al centrarse en acumular «me gusta», a menudo se da prioridad a la interacción en línea sobre la comunicación cara a cara, lo que debilita los vínculos en la vida real. Además, la idea de validar las relaciones mediante la exhibición pública en las redes sociales puede disminuir la profundidad y la intimidad de las relaciones personales.

Influencia en las normas y valores sociales: La cultura de la validación

La prevalencia de los «me gusta» y la cultura de la validación en línea están reconfigurando las normas y los valores sociales. El éxito, la valía y la popularidad se miden cada vez más por la presencia en línea y el número de «me gusta» recibidos. Este cambio puede conducir a medidas superficiales de la autoestima y el éxito, impulsando una cultura que valora la validación externa por encima de la autorrealización y la autenticidad.

El papel de los «me gusta» en la configuración del discurso y el activismo políticos

En la esfera política, los «me gusta» se han convertido en un barómetro del sentimiento público. Políticos y activistas utilizan estas métricas para medir la opinión pública y movilizar apoyos. Sin embargo, esto también puede dar lugar a cámaras de eco, donde se silencian las opiniones discrepantes, polarizando así el discurso. Mientras tanto, el activismo se desarrolla cada vez más en Internet («clicktivismo»), donde el éxito de una campaña se mide a menudo por su participación en las redes sociales, más que por su impacto en el mundo real.

En general, las implicaciones sociales de los «me gusta» y la validación en las redes sociales son profundas y afectan a la salud mental, las relaciones, las normas sociales y el discurso político.

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