Inteligencia emocional: Definición, características y ejemplos

¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es la capacidad que tenemos para escuchar, comprender y gestionar todo aquello que sentimos.

Aunque a veces te parece que puedes con todo, es muy necesario y sano para tu bienestar personal escuchar tus emociones y comprenderlas, ya que tienen una función biológica muy importante y necesaria para tu adaptación a las situaciones que van surgiendo en la vida y tu equilibrio emocional.

En términos generales, se podría definir la inteligencia emocional como un gran abanico de posibilidades que permiten precisar, en cierta forma, la gestión vital de cada persona.

Dentro de esta disciplina se engloban las emociones que podemos vivir cada día, el carácter o la personalidad de cada uno y aquellas acciones o vivencias que afectan constantemente a las personas, por ejemplo, en su trabajo o en su vida personal. 

La inteligencia emocional se basa en la necesidad de establecer un puente entre la psicología médica tradicional y un enfoque que se preocupa por la felicidad de las personas y su interacción con el medio. En este sentido, un psicólogo online cuenta con las herramientas necesarias para ayudarte a desarrollar tu inteligencia emocional.

Por todo esto, podríamos enmarcar la inteligencia emocional como un aspecto esencial para la vida de todos. Se trata de una forma sencilla y positiva que ayuda a tener una visión más integral de nuestra vida y que también nos permite gestionar nuestras emociones y todo lo que interactúa con nosotros cada día. 

Aprender a gestionar tus emociones es cuestión de práctica y de escucharte a ti mismo. Si lo haces, poco a poco irás aprendiendo y gestionando tus propios recursos internos y será mucho más sencillo para ti comprenderte y comprender a los demás en cualquier entorno, especialmente en el trabajo, como afirma este psicólogo presencial en Madrid

Lo único que tienes que hacer es escuchar tus emociones y conectar con ellas, acceder al mensaje interno y generar la respuesta adaptativa que necesitas para cada situación de tu vida.

No te des la espalda y escúchate, escucha a tu biología y comprenderás que las emociones son parte de un sencillo sistema de supervivencia perfeccionado durante años por nosotros mismos, al que por desgracia no hacemos todo el caso que precisa para su correcto funcionamiento.

Ejemplos de inteligencia emocional

Existen algunas pautas de comportamiento que indican un alto grado de inteligencia emocional cuando se llevan a la práctica. Veamos cuáles son las más comunes.

Pensar en la acción (pensamiento o conducta) que antecede a una emoción

Caer en la cuenta de que nos hemos visto embargados por una emoción y tratar de comprenderla buscando su desencadenante ya sea interno (en forma de pensamiento) o externo, es un síntoma claro de una alta inteligencia emocional.

Saber identificar correctamente las emociones

En ocasiones puede ser complicado identificar y etiquetar de forma adecuada cuál es esa sensación que estamos sintiendo. Puede no resultar sencillo diferenciar entre aburrimiento, cansancio o hastío.

Poner nombre a las emociones y aprender las diferencias sutiles y los límites entre unas y otras es un paso fundamental para desarrollar la inteligencia emocional.

Entender que las emociones cumplen una función

Por incómodas que puedan resultar en algunas situaciones, todas las emociones tanto las agradables como las desagradables cumplen una función. Interiorizar esta idea denota una alta inteligencia emocional.

No luchar contra las emociones

Es necesario comprender que las emociones al igual que surgen también acaban desapareciendo. No es necesario luchar contra ellas para eliminarlas lo antes posible ni tampoco evitarlas.

De hecho, es precisamente esta lucha la que paradójicamente hace que las emociones se enquisten y tarden más tiempo del necesario en desaparecer.

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