La estructura cerebral puede influir en el riesgo de desarrollar psicosis

La psicosis es uno de los trastornos psicóticos más estudiados en los últimos años. Gracias a los avances de la comunidad científica, hemos podido conocer que los genes y algunos factores ambientales pueden influir en el riesgo de experimentar esta alteración del estado mental. Sin embargo, un nuevo estudio ha podido demostrar que, además, el tamaño de la estructura cerebral tiene una relación directa con la aparición de la psicosis.

La psicosis es un estado mental en el que existe una pérdida de contacto con la realidad. De esta manera, las personas que la padecen, denominadas como psicóticas, tienen grandes dificultades para diferenciar lo que es real de lo que no lo es. Con frecuencia, se acompaña de alucinaciones y delirios y puede ser parte de otras enfermedades mentales como la esquizofrenia.

Por ello, la intervención psicológica en los trastornos de la personalidad y psicosis es fundamental, haciendo de la investigación científica una herramienta clave para conocer más en profundidad el origen de estas alteraciones y cómo tratarlas de forma eficaz.

Una de las mayores incógnitas de estos últimos años ha sido revelar el porqué algunas personas presentan un mayor riesgo de padecer psicosis que otras. En ese sentido, algunos estudios anteriores lograron identificar que los genes y algunos factores ambientales pueden influir en la incidencia de este trastorno. 

No obstante, el tamaño de la muestra se ha convertido en el principal obstáculo de estos estudios preliminares. Por ello, una nueva investigación, publicada en la revista científica JAMA Psychiatry, ha recopilado información de los análisis previos, estudiando datos de escaneos cerebrales en 3.169 personas, siendo la investigación más amplia en cuanto a este objeto de estudio.

Además, la muestra estaba integrada por 1.792 personas con signos de poder llegar a desarrollar psicosis y 1.377 con controles sanos. De esta forma, los investigadores lograron descubrir que, en comparación con el grupo “sano”, los participantes con signos de desarrollar psicosis mostraban un grosor cortical reducido en grandes partes del cerebro. Concretamente en 42 de las 68 áreas cerebrales.

Se trata de áreas del cerebro que están relacionadas con el procesamiento auditivo, facial y sensorial de la piel. Este último en concreto juega un papel clave, ya que podría ser el desencadenante de las percepciones distorsionadas, como las alucinaciones.

Curiosamente, este adelgazamiento cortical observado fue muy similar al que presentan los pacientes con esquizofrenia, sugiriendo que este fenómeno juega un papel similar en ambos procesos.

De esta manera, los expertos señalan que las interrupciones en los procesos de desarrollo del cerebro son los principales responsables de este adelgazamiento cortical, convirtiéndose en un factor de riesgo clave en el desarrollo de psicosis en la adultez. Por ello, las líneas de investigación futuras deben centrarse en el cerebro, ya que se ha convertido en un elemento crucial en el estudio de la psicosis, al igual que ocurre con otras enfermedades mentales.

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