La importancia de la danza en los trastornos psicosomáticos

La salud física y la salud mental se han convertido en un binomio indisoluble. La relación mente-cuerpo, así como la implicación del cerebro en los síntomas físicos, convierte al abordaje multidisciplinar en una necesidad ineludible en el panorama actual. En concreto, la adolescencia destaca como una etapa clave en el desarrollo de síntomas que tienen un principio psicosomático, siendo la ansiedad una de las causas principales de este proceso.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 90% de las enfermedades tiene un principio psicosomático. Esto se debe a la influencia de la mente sobre el funcionamiento del cuerpo, provocando la aparición de los trastornos psicosomáticos, una condición bajo la que los síntomas físicos se ven agravados por factores mentales. 

La adolescencia se ha convertido en un escenario clave para el desarrollo de los trastornos psicosomáticos. La alta tasa de adolescentes que padecen algún tipo de trastorno psicológico (como ansiedad o depresión) es la base de este proceso en el que, como consecuencia, el paciente experimenta una manifestación de síntomas físicos. 

De hecho, casi el 30% de los jóvenes españoles afirma que tiene o ha tenido algún tipo de problema de salud mental. Asimismo, un informe de Unicef revela que la ansiedad está presente en el 55% de los varones entre los 10 y los 19 años, aumentando este porcentaje hasta un 70% en las mujeres.

En este escenario, la danza se ha revelado como una herramienta positiva para los pacientes adolescentes que experimentan trastornos psicosomáticos.

La actividad física regular ha demostrado sus efectos positivos en la salud mental. Sin embargo, un ensayo de Anna Duberg, investigadora en el Centro de Ciencias de la Salud de Örebro (Suecia), revela que una intervención de baile puede ser adecuada para adolescentes con síntomas psicosomáticos y de estrés.

La muestra incluyó a 158 jóvenes de entre 13 y 18 años con problemas psicosomáticos. El grupo que participó en el programa de baile experimentó una mejoría en los síntomas, al contrario que el grupo de control, que no experimentó ninguna mejora significativa.

Además, el grupo que participó en el programa de baile conservaba los efectos positivos de esta terapia hasta 4 meses después de haber finalizado. De esta manera, se observa que los avances obtenidos gracias al ejercicio físico perduran en el tiempo, por lo que, con constancia, se podría llegar a alcanzar resultados aún mejores.

Los pacientes con trastornos psicosomáticos suelen presentar síntomas como dolor de espalda, así como en el pecho y las articulaciones, náuseas, dificultad al respirar, taquicardias y gases en el estómago, entre otros.

Además, entre las enfermedades psicosomáticas más frecuentes se encuentran:

  • Trastornos abdominales
  • Síndrome de Fatiga Crónica
  • Mareos y vértigos
  • Enfermedades de la piel
  • Infartos
  • Fibromialgia
  • Histaminosis

En general, los adolescentes que presentan trastornos psicosomáticos desconocen lo que les ocurre, atribuyendo sus síntomas físicos a otras cuestiones que no están relacionadas con la mente (exceso de ejercicio físico, agujetas, etc.). De esta forma, el paciente no acude a consulta con un especialista, por lo que la intervención profesional es inexistente y puede conducir a un empeoramiento de la salud en general. Por ello, es fundamental visibilizar los trastornos mentales y su implicación para la salud en general, así como promover la asistencia a terapia psicológica. 

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