Cirugía estética: ¿En qué casos no es la mejor solución?

Cuando alguien decide someterse a una operación de cirugía estética, es importante que tenga en cuenta los pros y los contras que conllevan dicha intervención de antemano. Además es fundamental conocer si las razones que conducen a alguien a realizarse una intervención de este tipo son las apropiadas o si por el contrario se esconden otros problemas de fondo relacionados con una baja autoestima, problemas de ansiedad o incluso adicciones.

Por esta razón es necesario ponerse en manos de buenos profesionales que sepan identificar cuál es la fuente del padecimiento de la persona para poner el foco sobre ella. Un profesional con experiencia sabrá detectar si tras la consulta del paciente se esconde un problema emocional que es necesario solucionar, de lo contrario la operación no le ayudará a conseguir lo que está buscando.

Alguien puede decidir realizarse una liposucción y asistir a una clínica profesional para realizarlo. Sin embargo si en dicha clínica detectan que tras ese deseo se esconde un problema de ansiedad o incluso un trastorno alimentario, quizá lo más conveniente sea abordar primero este problema, de lo contrario hay grandes posibilidades de que a medio o largo plazo vuelva a surgir la necesidad de volver a pasar por el quirófano.

Problemas psicológicos que se esconden detrás de una operación de cirugía estética

El Trastorno Dismórfico Corporal (anteriormente conocido como Dismorfofobia) suele ser uno de los problemas psicológicos más comunes entre las personas que deciden someterse a una operación de cirugía plástica. La persona que padece este trastorno puede sentir y pensar que tiene un defecto físico inexistente o simplemente magnificar un pequeño defecto y convertirlo en algo mucho más grave. La persona se obsesiona tanto con este supuesto defecto que comienza a afectarle en su vida diaria.

No se tienen datos precisos sobre cuántas personas sufren este trastorno ya que las personas afectadas no suelen hablar sobre ello. Aunque el Trastorno Dismórfico Corporal suele comenzar en la adolescencia, puede afectar a cualquier grupo de edad y darse tanto en hombres como mujeres. 

Las preocupaciones más comunes que normalmente acaban en cirugía suelen ser defectos faciales (nariz, pelo o boca) y además en el caso de las mujeres añadiríamos los senos.

Los Pensamientos Distorsionados son otro motivo común que pueden llevar a una persona a querer recurrir al quirófano. Se trata de un tipo de pensamientos que no están alineados con la realidad y que además a lo largo del tiempo han sido magnificados por la persona, llegando a provocarle cambios en las emociones, el estado de ánimo y la conducta.

Sin lugar a dudas la baja autoestima suele ser el factor fundamental a la hora de tomar la decisión de someterse a cirugía estética.  Se trata de un factor especialmente importante como consecuencia de los problemas derivados por hacer que la autoestima dependa de factores externos como la imagen. Hay grandes probabilidades de que la autoestima no mejore una vez que la operación ha sido realizada.

¿Quiénes son los candidatos idoneos para este tipo de intervenciones?

Los mejores candidatos para someterse a una intervención de este tipo son personas que tengan una autoestima sana y estable y que además no tengan dependencia hacia otros factores externos para sentir que son aceptados y aprobados.

En base a esto podemos concluir que una operación de cirugía estética no será la mejor opción ni solución para aquellas personas que tengan expectativas irreales sobre los resultados de la intervención. Además tampoco será una buena solución para personas cuya autoestima depende por completo de su físico.

Por todo ello es necesario acudir a clínicas profesionales que cuenten con gran experiencia para diferenciar unos casos de otros y puedan ofrecer una solución lo más adecuada e individualizada posible.

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