Los beneficios del mango deshidratado para la salud

Comer fruta deshidratada es una costumbre antigua que hoy en día está más de moda que nunca, ya que se trata de un snack más saludable que otras alternativas como unas patatas fritas o las chocolatinas. Pero, ¿qué es realmente la fruta deshidratada? ¿Qué propiedades y beneficios podemos obtener de su consumo? ¿Cómo podemos deshidratar nosotros mismos la fruta? A continuación vamos a responder a todas estas dudas, poniendo como principal ejemplo al mango.

¿Qué propiedades beneficiosas tiene el mango deshidratado?

El mango seco o mango deshidratado es un snack saludable que podemos consumir a diario en sustitución de todos aquellos alimentos industriales de picoteo que no aportan nada bueno a nuestro cuerpo. Éstas son algunas de las  propiedades y los beneficios que podremos obtener si lo convertimos en nuestro alimento entre comidas:

  • Multitud de vitaminas y minerales: al contrario de lo que pueda pensar mucha gente, la fruta deshidratada no pierde todas las propiedades o es menos sana que la fruta natural. En concreto, el mango, concentra en su interior fósforo, potasio, magnesio y calcio, aparte de vitaminas A y B, tan importantes para nuestra salud.
  • Antioxidantes: los antioxidantes eliminan los radicales libres, que son unas sustancias químicas que liberan oxígeno en el interior de nuestras células, provocando la oxidación de las mismas. Por ello, consumiendo mango seco, podremos contribuir al retraso del envejecimiento del cuerpo a través de estos diferentes antioxidantes, como pueden ser la quercetina, la fisetina, la astragalina, la isoquercitrina, el galato de metilo y gálico. Además de prolongar la buena salud de nuestro cuerpo, ayudará a prevenir enfermedades como el cáncer de pecho y el de próstata.
  • Las enzimas digestivas: el mango seco es una fruta altamente digestiva que ayuda para que los demás alimentos que hayamos consumido aumenten la celeridad de su digestión, con lo que también se reduce la acidez o el ardor.

Beneficios

  • Un corazón más sano: consumir mango seco ayuda a reducir la presión arterial gracias a su alto contenido en magnesio y potasio. Regula los niveles de colesterol del consumidor mediante la fibra y la vitamina C, con lo que se potencia y facilita poder tener una mejor salud cardíaca en el futuro.
  • Comer puede quemar calorías: si por un lado existen alimentos que queman más calorías en el propio proceso de digestión que los que tienen en sí mismos, existen también otros, como el mango seco, que contribuyen a quemar calorías rápida y eficientemente. Como todo, claro está, este consumo debe ir acompañado de cierta actividad física.
  • Huesos más sanos y fuertes: la vitamina K es que la que se encarga de con éxito, de favorecer una correcta absorción de calcio para nuestro cuerpo. El mango deshidratado contiene una gran cantidad de esta vitamina, un aspecto clave también para prevenir y protegernos de enfermedades como la osteoporosis.

¿Cómo se deshidrata el mango y la fruta en general?

Una vez conocidos los beneficios y sus propiedades más comunes, vamos a proceder a explicar cuál es el proceso de deshidratación del mango, para poder hacerlo nosotros mismos en nuestra casa y así no tener que gastarnos un dinero de más en comprarlo. Para ello, necesitaremos los típicos utensilios que puede haber en cualquier cocina y disponer de un horno. 

Éstos son los 7 pasos que tendremos que seguir:

  1. Elección: parte en la que a veces no prestamos demasiada atención, pero que es clave para el sabor final. Debemos elegir unos mangos que estén en el punto exacto de madurez para comer. Para detectarlo, la carne debe estar un poco más blanda. Necesitaremos solamente tres mangos.
  2. Cortar: corta primero el mango y luego retira la cáscara de los pedazos que hayas rebanado.
  3. Colocar: pon un papel de cocina en la bandeja del horno y coloca los trozos de mango
  4. Precalienta un poco: deja que precaliente el horno un poco antes de introducir los mangos con la bandeja en una temperatura baja. Algo que oscile entre los 50 y los 60 grados.
  5. El momento de la paciencia: introduce el mango y caliéntalo a esa temperatura, en un periodo aproximado de entre 9 y 13 horas, hasta que tengan la consistencia con la que lo quieras consumir.
  6. Retira y deja enfriar: sácalos de la bandeja y deja que se enfríen de forma natural, no los introduzcas en la nevera.
  7. Un buen recipiente hermético: colócalo en un recipiente que puedas dejar en un lugar que se mantenga seco, frío y que no reciba mucha luz. Si puede ser un recipiente de vidrio hermético mucho mejor.
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