La aromaterapia se ha convertido en una de las estrategias de cuidado personal con más beneficios en estos tiempos. Su sistema de trabajo despierta los sentidos y ayuda a tener mejoras a nivel emocional, mental y físico según el tipo de aroma que se utilice. Hoy vamos a explorar más a fondo sobre esta práctica y cómo puede ser incorporada en la rutina diaria.
Las terapias alternativas forman un conjunto de estrategias y acciones que las personas pueden utilizar para mejorar algo de su salud o complementar algún tratamiento médico. Una de estas terapias alternativas es la aromaterapia, la cual es poco invasiva y su funcionamiento se basa en la absorción y disfrute de olores con propiedades específicas.
El principal objetivo que persigue la aromaterapia es servir como un mecanismo de mejora para la salud y el bienestar en general de cualquier persona, aún cuando esta no se considere enferma o que esté padeciendo alguna condición. Como es una práctica poco invasiva que se puede practicar desde cualquier lugar, resulta ideal como método de uso cotidiano.
Bases de la aromaterapia
La base de esta técnica está en el uso de aceites esenciales que se extraen de diversos tipos de plantas y materia vegetal como flores o hierbas. Por esta razón, la aromaterapia no se basa en un único aroma, sino que existe una gran variedad de opciones para cada necesidad particular.
El funcionamiento es sencillo: el aroma se activa con el uso directo del aceite sobre las manos, por ejemplo, o también haciendo uso de un vaporizador que ayuda a que el aroma se distribuya a través del aire con más facilidad. Después que el aroma ingresa por las vías respiratorias, activa al sistema límbico que es una parte del cerebro que se encarga de regular las emociones y el comportamiento.
Según el tipo de aroma que se esté utilizando, el cerebro dará la orden para que genere una influencia en una u otra zona del cuerpo y, con ello, se produzca la mejora a la que hace referencia el aceite.
Beneficios según el tipo de aceite
Un dato importante en todo esto es comprender que cada tipo de aceite tiene una utilidad específica y, por ende, la elección de uno u otro debe responder a las necesidades particulares de cada usuario. Dentro del grupo de aceites más utilizados están:
- Lavanda: este es un aceite que se utiliza con frecuencia como calmante, para los nervios y como ayuda para conciliar el sueño. Es muy útil para casi todas las personas porque su nivel de tolerancia es elevado.
- Eucalipto: este aroma es realmente valioso para tratar enfermedades o condiciones asociadas con las vías respiratorias. Aunque es natural, hay que tener cuidado al utilizarlo con mujeres embarazadas o niños menores de 3 años.
- Palo santo: este es un uso de aromaterapia que no va tan ligado a lo interno, sino a lo externo, ya que la idea de la quema de este tipo de madera es limpiar el ambiente de malas energías. Su uso, además, es positivo para repeler insectos.
- Menta: es útil para producir relajación en el organismo que ayuda a reducir el dolor y a sentir tranquilidad en momentos que resultan estresantes. Puede ser un complemento ideal a la hora de tratar crisis de ansiedad o problemas para dormir.
- Romero: es un gran aliado para trabajar de manera positiva las situaciones que se generan a nivel nervioso. También ejerce un papel positivo en la circulación sanguínea y ayuda a retener más en la memoria.
- Citronela: es un aceite que utilizado en aromaterapia ayuda a limpiar el entorno, mejorando la presencia de presión en la cabeza y las molestias a nivel digestivo.
No cabe dudas que, bien utilizada, la aromaterapia se puede convertir con facilidad en una estrategia de altísimo valor para mejorar las condiciones de salud existentes o incrementar el bienestar diario de manera natural.