¿Cómo atraer a la buena suerte? Esta es la pregunta que millones de personas se hacen a diario alrededor del mundo. Independientemente de la cultura, país, creencias religiosas y demás factores, los humanos han buscado tener fortuna en sus destinos.
Muchos la atribuyen a soluciones directas y lógicas en la toma de decisiones ante determinadas situaciones. Algunos creen que tienen que ver con el destino, el azar o incluso fuerzas sobrenaturales sin tener que ver con una religión concreta. Pero, la psicología ofrece sus considerables claves de lo que es la buena suerte y cómo tenerla.
No siempre es mala suerte
Cuando se trata de hablar de mala o buena suerte, hay que hacerlo en un contexto más amplio y sacando las irracionalidades. Por lo general, las personas destacan cuando tienen una mala racha, pero no cuando la fortuna les sonríe.
La gente suele preguntarse, ¿qué hice yo para merecer esto? O, ¿por qué a mí?, cuando algo sale mal. Pero, pocos dicen ¿por qué soy tan dichoso? O ¿qué me hace ser tan afortunado?, si las cosas van muy bien. Esto se debe a que se asume lo bueno como normal y lo malo como una situación anómala.
Al encuentro de lo bueno
La suerte no se da siempre por casualidad o por azar, sino que llega a quienes buscan activamente las posibilidades de que algo bueno suceda. Para ello es esencial tener una amplia red de contactos y hacer muchas conexiones en lugar de aislarse.
Buscar un trabajo deseado, luchar por él con la formación y hacer todo lo posible por cumplir las normas una vez obtenido, es un ejemplo clásico. Es imposible ganar la lotería o los juegos de ruleta casino online, sin antes comprar el billete o entrar a un portal en internet para explorar las posibilidades.
Sacarle provecho a las propias fortalezas
Es imposible ganar la medalla de oro olímpica en salto largo si nunca se ha practicado deporte alguno. No obstante, si se es amante de la música sería más sencillo triunfar en clases de guitarra o piano.
Según lo que afirma Tim Ferris, autor del libro 4 Hour Work Week (La semana laboral de 4 horas), jugar con los puntos fuertes que cada quien tiene en lugar de luchar por los débiles es mucho más provechoso. Básicamente, no es buena idea tratar de triunfar en lo que no se cuenta con habilidades, formación o experiencia.
Señala con acierto que las investigaciones sobre los individuos más prósperos indican que los que tienen suerte en la vida se concentran en sus puntos fuertes, experiencias y destrezas. Estos suelen asignar tareas a otros o buscar un compañero para suplir sus carencias si no son competentes en algo y se enfocan en lo que conocen: ahí se hace evidente el éxito y la buena suerte.
Ser realista
Más allá de esperanzas y conjeturas, una perspectiva positiva de la vida en general debe ir acompañada de una mentalidad práctica. Esto sirve para evitar disfrazar las circunstancias de falso optimismo o, peor aún, chocar con la frustración. Es imperativo ver la realidad tal y como existe y no como un prisma que proyecta un universo imaginario de lo que se desea. Esto, sin duda, permite plantearse metas posibles y no inalcanzables.