¿Cómo dejar las drogas?

El consumo de drogas es una adicción muy complicada debido a las dificultades para eliminarla. Requiere de mucha concienciación y tranquilidad, además de la ayuda de expertos profesionales. Internet abre muchas puertas a este recurso, y la búsqueda de un psicólogo online entre quienes sufren esta situación es una salida cada vez más práctica y habitual. La persona que se encuentra en esta situación sufre una enfermedad adictiva que, en la mayoría de casos, requiere de un tratamiento concreto y la intervención de personal sanitario para encontrar una solución.

Voluntad y dedicación son dos valores clave en ese sentido.Llegar a un estado de consumo habitual de drogas implica un cierto periodo de tiempo, en el que la persona afectada ha ido ingiriendo cada vez mayor cantidad de estas sustancias. Una primera toma de contacto fugaz no impide una continuación y muchos de los consumidores primerizos repiten la experiencia. La sensación de tener controlada la situación lleva a otras ingestas hasta llegar al punto de que no hay vuelta atrás y el usuario se encuentra atrapado en una adicción de la que difícilmente puede salir por sí solo. Los datos a nivel global son bastante alarmantes, pues un informe reciente de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito indica que en el año 2020, cerca de 275 millones de personas entre 15 y 64 años consumieron droga, lo que significa el 5,5 por ciento de la población. De ellos, 36 millones han experimentado trastornos por dicho hábito. 

Por qué es tan difícil dejar las drogas

La dificultad para dejar las drogas responde a varias razones, entre las que destaca su capacidad adictiva, lo que las convierte en una necesidad imperiosa y prioritaria para la persona. Los efectos de las drogas pueden ser varios, en particular, sus efectos relajantes llevan a quienes la consumen a un estado de tranquilidad y relajación que no podría alcanzar de otra manera. Esto se traduce en una dependencia psicológica y física del producto, ya que siente la necesidad de seguir consumiéndolo para sentirse bien, pues no encuentra otro camino para alcanzar el bienestar. Fuera de ese estado, el cuerpo empieza a sentirse mal, lo que refuerza la demanda de drogas. Ansiedad, estrés, desajustes mentales o dolores físicos es la sensación. Llegado a este punto, la persona se convierte en adicta y sigue consumiendo la sustancia como salida para encontrar un estado placentero. 

Resulta, por tanto, muy difícil retirar a una persona aquello que le permite alcanzar el confort en la mente y en el organismo. De hecho, los adictos que están varios días sin consumir pueden entrar en un estado de alteración y miedo, lo que se entiende como síndrome de abstinencia, llamado coloquialmente como “mono”. Resistir esta situación es una quimera para la mayoría de gente que se encuentra en esta situación y por ello tienden a recaer. A nivel mental, otro aspecto que dificulta el cierre definitivo al consumo de drogas es el pensamiento de que se tiene todo bajo control. Esto puede ocurrir en aquellas personas que tienen una vida aparentemente normal. Van a trabajar, están con su familia o tienen una conversación coherente con sus amigos. En cambio, son adictos, pues necesitan del consumo habitual de drogas para encontrar su bienestar. Ellos piensan que su hábito es simplemente lúdico y que pueden dejarlo cuando quieran. La realidad apunta en otra dirección. 

El riesgo de caer en el consumo está siempre presente, especialmente durante los primeros meses después de que la persona haya dado el paso. La fuerza de voluntad no funciona en la mayoría de casos y acudir a un sitio especializado, donde los profesionales tienen los conocimientos y las herramientas médicas adecuadas, se presenta como la mejor solución. 

Recuperación de los efectos de las drogas

La recuperación de los efectos de las drogas tiene varias vertientes, pues su incidencia se produce sobre el cuerpo a nivel físico y en el aspecto mental. El resultado más rápido es que los restos se eliminan del organismo en un periodo máximo de veintiún días desde la última vez que se produjo la ingesta. El proceso de desintoxicación conlleva, en algunos casos, la aportación reducida y descendiente de droga, para que el tratamiento no sea agresivo; por lo que la presencia de la droga en el cuerpo puede mantenerse durante varias semanas. Hay, en cambio, otros posibles problemas que necesitan un mayor tiempo de recuperación, pues sus efectos son a largo plazo. Están relacionados, generalmente, con cuestiones mentales. El insomnio, la disminución de la líbido, las alucinaciones auditivas y visuales o los accidentes cerebrovasculares son algunos resultados que piden un tratamiento alternativo y cuya solución puede prolongarse durante varios años. 

Algunos problemas, los sufridos por el cerebro y sus conexiones neuronales, pueden incluso mantenerse durante un largo periodo; especialmente en los casos de consumo más severo. El proceso para poner punto y final a la adicción no solo implica la retirada de las drogas del cuerpo. También incluye fases de rehabilitación y reinserción de la persona en un entorno social adecuado. 

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