¿En qué consiste el Sharenting?
El sharenting es la sobreexposición de menores en las redes sociales de sus padres y madres.
El «sharenting» -un anglicismo que proviene de share (compartir) y parenting (paternidad)- consiste en documentar las primeras sonrisas, palabras, pasos… y cada una de las anécdotas de los más pequeños en Facebook, Instagram y otras redes sociales.
Y se ha convertido en una práctica tan habitual que el diccionario británico Collins lo incluyó en sus páginas en 2016. Desde entonces, el fenómeno no ha dejado de crecer.
Hasta ahora, no ha existido otra generación de niños con una infancia tan pública. Y es probable que, cuando crezcan, muchos no estén de acuerdo con ello.
Según el Reglamento (UE) 2016/679, de 27 de abril de 2016, relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos (conocido como el RGPD), la cual nos informa que la información concerniente a personas físicas identificadas o identificables se considera un dato de carácter personal.
Por lo tanto, las fotos, los vídeos y los audios de una persona, son considerados un dato de carácter personal porque permite identificar a dicha persona. Incluso si la cara de esa persona no se ve, pero existen otros elementos que pudieran identificarla de una manera muy clara (por ej. tatuajes, complementos, etc.) también estaría protegida por esta ley.
Cualquier conjunto de datos que por separado no permitan la identificación de una persona, pero sí en su conjunto, también son considerados datos de carácter personal. Lo importante de esto es que los daños serán en la reputación, riesgos para la seguridad personal, ciberacoso etc.
Es importante recordar que ya se han dado casos de menores que denuncian a sus padres y madres por publicar sus fotos en internet y es que la sobreexposición de menores en redes sociales puede ser considerada como una situación de
desprotección por parte de los padres, madres o personas tutoras legales.
Descripción del proceso
Tenemos que recordar que los mayores de 14 años pueden dar su consentimiento para el uso de sus datos personales, según el Artículo 13.1 del Real Decreto 1720/2007. No obstante, llegado el caso, los padres también pueden recurrir a la Patria Potestad en caso de ser necesario intervenir en la gestión de dichas publicaciones.
Cuando el derecho de los adultos a la libertad de expresión (padres, madres, abuelos/as…), se enfrenta a los derechos de los niños y niñas, tenemos que saber que se está creando una identidad de estos, que no son partícipes, que puede que no estén de acuerdo y que sea un problema en el futuro.
Un estudio investigó la perspectiva de los padres sobre compartir las imágenes de entre 46 adolescentes de 12 a 14 años. Los resultados indicaron que, si bien los y las adolescentes parecen aprobar en general compartir y la mayoría de los adolescentes muestran confianza en sus padres, la práctica parece generar algunas frustraciones de vez en cuando.
Los y las adolescentes describieron algunas contradicciones entre la imagen que están tratando de construir en línea y las publicaciones de sus progenitores, lo que podría crear situaciones embarazosas.
Como detectar el sharenting
Como consecuencias a esta práctica, nos encontramos con unos riesgos derivados del sharenting:
Falta de privacidad: Al compartir imágenes o información de nuestros hijos/as, les estamos creando una huella digital, y a su vez les estamos retirando la privacidad que les pertenece.
Ciberbullying: Con el sharenting podemos llegar a favorecer el ciberbullying sin querer, ya que estamos facilitando información acerca de nuestros hijos e hijas. Este contenido puede afectar a la reputación del niño/a en cuestión, perjudicándole en el colegio o en su entorno social.
Fraude: Los niños pueden llegar a convertirse en blancos de fraude por los datos que hay de ellos en Internet.
Grooming: También puede generar acoso por parte de otro adulto a través de las redes sociales.
Pedofilia: El contenido puede ser usado con propósitos sexuales. Los pedófilos podrían llegar a guardar o compartir dichas imágenes para una posterior connotación sexual. Debemos recordar siempre que los pedófilos obtienen fotografías e información de los niños y niñas a través de las redes sociales. Los datos que nosotros publicamos les sirven para conocer más acerca de nuestro hijo/a, como sus gustos, su fecha de cumpleaños y el colegio en el que estudia, provocando una grave situación de vulnerabilidad en el menor.
Cómo actuar ante el sharenting
Los especialistas en seguridad informática dicen que es importante comprobar los ajustes de privacidad y que los padres deben asegurarse de que saben qué datos están haciendo públicos sobre sus hijos.
También es recomendable desactivar las funciones de ubicación y geolocalización a la hora de compartir las imágenes y no dar demasiada información sobre la vida privada del pequeño, sobre todo si no sabes a ciencia cierta quién puede ver o usar esos datos.
Otra opción es no mostrar su cara para proteger así su identidad, aunque cabe recordar que los píxeles no protegen la intimidad, mientras les identifiquemos con otras características.
Algunos consejos a la hora de publicar fotos de nuestros hijos/as en redes sociales 2
– Es mejor subir las fotografías en las redes sociales de las personas adultas, no crear una cuenta de ellos.
– Pedir que nos cuenten qué es lo que no quieren que subamos a redes sociales.
– Comprobar que las fotos que subamos en las que aparecen nuestros hijos e hijas, estén SIEMPRE vestidos.
– Leer y entender las políticas de privacidad de las redes sociales a las que subimos las fotografías.
– Pararse a pensar que si en un futuro se enfrentan a una imagen suya que subieron sus padres a Internet. ¿Podría dañar su autoestima?
– Activar las alertas de Google con el nombre de nuestro hijo o hija, para que nos avisen si aparece en alguna búsqueda de Google.
– No dar la localización de nuestro hijo o hija.
– Compartir la información bajo el anonimato y pixelar las caras de nuestros hijos e hijas para respetar su privacidad, sobre todo si son menores de edad.
– Si enviamos imágenes o vídeos a través de mensajería instantánea (como WhatsApp), tenemos que asegurarnos de que las personas a las que enviamos dicho contenido son de confianza y no lo compartirán sin nuestro permiso
1 https://doi.org/10.1016/j.childyouth.2019.02.011 2 https://www.pantallasamigas.net/sharenting-riesgos-consejos/