No sé qué hacer: El poder del análisis situacional para el cambio

Muchas personas suelen enfrentar la vida con algunas complicaciones sea emocionales, interpersonales, financieras.

En fin, problemas puede haber muchos, lo que los lleva a buscar terapia, bajo la premisa ¿no sé qué hacer?

Aún cuando son conscientes del grado de insatisfacción que experimentan a partir de una situación o un tema no resuelto, que forma parte de su día a día, que se repite, veces como un ciclo en su historia.

No obstante, resulta interesante darse cuenta que, para muchos el tema no es tan confuso.

  • La persona identifica el origen de su malestar.
  • Puede describir el curso y la evolución de dicho malestar.
  • Aún así insiste en autoafirmarse en ¿no sé qué hacer?

¿Será esto así? ¿Será real que la persona no sabe qué hacer? Creo que no. Toda vez que podemos saber cómo algo nos afecta, e incluso precisar el origen, no podemos decir, que esto nos toma por sorpresa.

En el fondo, puede que haya mucho de negación. Como una banderilla para calmar nuestra mente, lo cual no va a suceder, pues esto no es otra cosa más que evadir el tema. Hay una dificultad real, para enfrentar dicha situación, se tiene que ver con realismo.

Les comparto acá algunos criterios que creo que nos puede ayudar a hacer un abordaje esclarecedor para dejar esta trampa del ¿no sé qué hacer?

Te invito a leer este otro tema: https://rafaelramoscr.com/desarrollo-personal/paz-interior-como-encontrarla/

¡Cuidado con la pseudonegación!

Primero tenemos que orientarnos a entender ¿qué nos pasa? Como primer paso para evitar crear una circularidad negativa, profundamente paralizante.

Pues si no comprendemos, no asumimos. Cuando somos capaces de comprender, le ponemos forma, tamaño, origen, a aquella idea que nos angustia.

Recordemos que, si alguien quiere salir de algo que lo agobia, y busca ayuda, en el fondo, sabe y tiene clara la situación que le genera malestar.

No obstante, la evade o no la enfrenta, no porque así lo quiere. Si no por qué quizá no ha definido cuáles herramientas psicológicas podría usar para salir de esto.

La confrontación, la ayuda, el autoanálisis debe estar orientada, a que la persona defina ¿qué debe hacer? En la primera fase, puede ser muy fuerte, pues podría crear una parálisis emocional, dado que está centrado en el dolor o la angustia.

Recordemos, muchos sabemos lo que deberíamos hacer, pero con frecuencia, lo que nos detiene, es asumir el cambio, sus implicaciones, dado que implica un rango amplio de incertidumbre.

Esto nos lleva a resistirnos a romper con esa estructura emocional, que nos estanca, e incluso, posiblemente estemos acostumbrados.

Es decir, la persona sabe lo ¿qué sucede? Pero, por múltiples razones, su forma de enfrentarlo es decir ¿no sé qué hacer? Y nos vamos a inventar mil excusas. A fin de cuentas, con esto, bien o mal, hemos sobrevivido.

Lo cual es paradójico, pues si se sabe el por qué se da la situación, cómo se originó, y más aún cómo nos afecta, no es válido decir “No sé qué hacer”.

El reto es comprender esto como una estructura defensiva, evasiva que nos hace estancarse, al punto de llegar a convencernos a nosotros de qué no es posible llegar a sanas y válidas formas de enfrentar el tema, pero esto es modificable.

Quizá podás pasar por este otro artículo en mi blog: https://rafaelramoscr.com/desarrollo-personal/actitudes-hacen-dificil-la-vida/

Limpiar las categorías de análisis

Éste es uno de los primeros objetivos en el abordaje de una situación. Tenemos que enfrentar un tema para entenderlo y romper con este ¿no sé qué hacer?

La persona identifica la situación, conoce su origen, su impacto, no obstante, la incertidumbre, el miedo ante el cambio, desarrollan una duda sistemática, pues quiere un cambio, pero en el fondo busca garantías de éxito ante ese cambio, como esto no se puede garantizar, dado que se trata de temas emocionales, tiende a permanecer en esta zona de insatisfacción.

Una herramienta cognitiva importante es hacer un “análisis situacional” pongo un ejemplo:

Rubén afirma no estar feliz en su relación de pareja, está el claro que se siente desenamorado, frustrado, no obstante, le asusta tomar una decisión, porque tiene miedo que su pareja tenga dificultades para enfrentar la vida sola.

Desde esta idea, Rubén no se mueve, no toma decisiones, en la interacción con su pareja hay frialdad, distanciamiento, retraimiento, inexpresión afectiva, evasión sexual y una pérdida progresiva de los elementos que mantienen un vínculo afectivo sano.

Él está en modo cohabitante, en modo convivencia, en algunos casos convivencia inestable, problemática y difícil.

El análisis situacional implica, primero un análisis hacia afuera.

  • ¿Cuáles son los elementos de vulnerabilidad que tiene su pareja?
  • ¿Qué herramientas tiene para la vida?
  • ¿Qué hace su pareja en el día a día?
  • ¿Su pareja es capaz de tomar decisiones?
  • ¿Qué procesos administra su pareja en otras dimensiones de su vida por ejemplo laboral, familiar, social?

Todo esto orientado a que Rubén caiga en la cuenta, de que la idea de vulnerabilidad de su pareja, es la que le hace creer que es imposible salir de ahí, pero en realidad es una pseudonegación de su temor a enfrentar por sí mismo esta decisión.

Cuando la persona logra percibir como, por ejemplo, en su caso:

  • Que su pareja es profesional.
  • Tiene un ingreso razonable.
  • Toma decisiones.
  • Quizá dirige un equipo de trabajo.
  • Tiene una vida social.
  • Sale con amigos.
  • Ha desarrollado intereses personales y profesionales.

En fin, alimentar la idea de que no se va porque tiene miedo de que su pareja le vaya peor, es una negación que tiene que ver con él, no con su pareja, quizá desde estas ideas ha discapacitado a su pareja, lo que lo lleva sus temas a una carga emocional de responsabilidad con ella, pero esto no alcanza para sentirse pleno.

Romper esta estructura, pseudonegación, a partir del análisis situacional, nos permite desenmarañar estas ideas que son las que estancan a Rubén. Vamos un poco más allá.

El análisis situacional permite desestructurar ideas irracionales

¡Cuidado! Esto no se puede construir como una confrontación fuerte, en la que se invalida el sentir de la persona.

Todo lo contrario, es un proceso de inducción, a partir de preguntas y análisis de hechos, para qué, en el caso de Rubén, analizar la viabilidad de su posición y la irracionalidad de sus conclusiones “mi pareja no puede enfrentar la vida”.

Cosa que está fuera de la realidad, para que él se dé cuenta de esto, no se puede desarmar sus ideas, hay que darle hechos, que le hagan dudar de sus ideas, y esta duda sistemática, empieza a fragilizar su psuedonegación, él lo sabe, el análisis situacional, tiene que llevarlo a asumir la realidad.

Pues, quizá fuera del ámbito afectivo, pareciera ser que en ella todo funciona, esto tiene que ser integrado para que haya una conceptualización de independencia en los procesos afectivos de él, respecto a los de su pareja, de esta forma logramos, quitarle el peso a la idea de que, si a su pareja si le falla el amor, le falla la vida.

El análisis situacional desestructura

Todos pasamos por estos procesos, pero el análisis situacional desestructura, miedos, contradicciones, ambivalencias e ideas que la persona suele poner como complicaciones de la vida en otro ser humano, cuando en realidad es la persona la que está creando una perspectiva de incompetencia, en el caso de Rubén, sin fundamento.

El análisis situacional debe trazarse de forma objetiva.

Para la construcción de una visión sana respecto al problema. Esta técnica de análisis personal, o como herramienta de terapia, está pensada para aquellos problemas que la persona vive desde expresiones como “es imposible salir de ahí”, “no se puede tomar nuestra decisión”, “creo que no tengo opciones”.

Cuando una persona tiene una visión fatalista, trabaja sobre su fatalidad, puede crear mayores resistencias, porque en cada pensamiento patentiza este fatalismo existencial, para justificar su permanencia en la zona de problemas. No obstante, si está buscando ayuda, es porque efectivamente quiere salir de ahí.

Los beneficios del análisis situacional

  1. Fragmenta la visión de un enorme problema en partes muy simples, puesto que si llevamos a la persona a que vea que lo que imagina, piensa, como algo no tan complejo, puede que pierda su sentido fatalista.
  2. Cuando podemos visualizar que las cosas no son tan graves, entonces se rompen las generalizaciones negativas, se diluyen con mayor probabilidad de integración las estructuras de negación.
  3. Progresivamente las personas pueden tener una visión menos culpojena respecto a tomar una decisión, y dejar de sostener una carga emocional que les fastidia la existencia.

El análisis no es imponer una idea

  1. Un error frecuente en los procesos de resolución de problemas emocionales, es desestructurar a la persona, y decirle que lo que piensa, lo que siente, no es válido, diciéndole que está en un error.
  2. La persona tiene un tema que no asume y no resuelve. Hacer un abordaje invasivo, puede llevar a la persona a sentir que su problema es una estupidez sin sentido.
  3. Por tanto, aquello que sufre, no sólo es un problema, sino que además es un absurdo, lo cual puede crear resistencia al cambio, y podría ser que abandone el proceso de cambio e incluso podría crear una crisis mayor, hay que tener cuidado con esto.

El análisis situacional parte de esta carga emocional

Como técnica de autoanálisis y de terapia, a lo largo del tiempo, lo que he trabajado es validar en una primera etapa el sentimiento, decirle a la persona, vamos al caso de Rubén, algo como esto:

  • Comprendo que tengás miedo de que ella no pueda enfrentar la vida, presumo, como directora de mercadeo de una compañía importante, no tiene la capacidad de tomar decisiones ¿Vos qué pensás de sus capacidades?
  • ¿Vos considerás que ella no puede? ¡Cuidado! Él se ha justificado en una idea de incompetencia y vulnerabilidad, él debe asumir, que esto no es real.
  • Muchos abordan estos casos como temas de codependencia, dependencia, heridas de la familia y enfoques similares, no digo que algo de esto no tenga peso, pero ¿será este el núcleo de Rubén?
  • Confrontar sus ideas, con todos los aspectos de la vida de su pareja, puede fragmentar esta posición, lo interesante de este proceso es que en determinado momento la persona quiebra esta circularidad negativa y empieza a reconocer que dentro de la multiplicidad de ideas y elementos que giran en su cabeza, va a reconocer que lo que tiene es pseudonegación.

Es decir, está creando un conflicto, para explicar su conflicto personal ¿cuál podría ser en el caso de Rubén? Muchos:

  • Miedo a equivocarse.
  • Miedo a salir de su relación.
  • Miedo a dejar a esta persona, y no encontrar a nadie más o encontrar a alguien con el que le vaya peor.

La lista puede ser infinita, por tanto, el análisis situacional, no trabaja sobre escenarios posibles, si no sobre los fundamentos de su negación para enfrentar el problema, esto le da herramientas para poder darle un cierre a sus temas.

Pues, en su mente ha creado una idea de vulnerabilidad inexistente, que le justifica seguir esperanzado hacia una estabilidad que no llega, porque uno o ambos no contribuyen a que esta relación prospere.

No obstante, si resuelve la idea de enfrentar el miedo a equivocarse, evitar el miedo propio del cambio, quizá pueda resolver el tema.

El análisis situacional nos enfoca

  • El análisis situacional tiene una particularidad, permite una perfecta integración de los hechos, pues estos son como son, y si logramos verlos, no requieren análisis, si no ser asumidos como tal.
  • Cuando se contrastan las ideas y las emociones, con los hechos la complejidad se diluye, progresivamente, dejan de tener peso las ideas irracionea, puesto que todo aquello que justificaba este sentimiento, deja de tener sentido, ante la carencia de argumentos para poder sostenerlos, por tanto, la persona tiene una mayor probabilidad de hacer una integración de nuevas ideas que propicien un cambio.

¡Cuidado! Evitar minimizar el no sé.

  1. Un motivo de consulta frecuente es el ¿no sé qué hacer? Este se describe clara y ampliamente, se fundamenta en las razones por las que las cosas están mal, la persona está convencida de todo lo negativo del tema, pero no ha invertido en un análisis de probabilidades, lo que ha hecho es analizar y sostener las inconveniencias.
  2. Puede parecer ridículo, pero recordemos que estas resistencias están asociadas a ideas de vulnerabilidad, que en realidad llevan a la persona a experimentar algún grado de beneficio, aún por encima de la insatisfacción que experimenta.
  3. Por tanto, se debe ser profundamente delicado en el manejo de este ¿no sé qué hacer? Pues podría crear una resistencia, que puede traerse abajo la motivación para el cambio.
  4. El análisis situacional, no trabaja sobre emociones, es una técnica, un modelo de objetivización y operacionalización de percepciones, para mover las personas al cambio.
Rafael Ramos
Ayudo a personas y parejas a crecer a través de terapia.