Estudiar a distancia requiere de una gran dosis de autodisciplina. Todos de una manera u otra hemos nacido con un nivel de autoexigencia distinto. Hay personas que se exigen mucho y pueden llegar a conseguir prácticamente todo lo que se propongan y otras personas que fracasan en su intento. Además si estas personas pertenecen a nuestro círculo cercano seguro que podemos casi vaticinar cuál va a ser el resultado.
Por supuesto que la fortuna y las aptitudes personales siempre cuentan en los logros y fracasos individuales. Sin embargo, aparte de la suerte o de nuestras capacidades naturales para llevar a cabo una determinada tarea, existe un componente mucho más importante que es la autodisciplina. Y la buena noticia es que la autodisciplina se puede aprender.
¿Qué es la autodisciplina?
La autodisciplina es la habilidad para realizar una tarea en concreto sea cual sea nuestro estado emocional. Es la habilidad para ponerte «en acción» a pesar de las ganas o la predisposición que tengas en ese momento. La autodisciplina nos ayuda a finalizar proyectos, superar adicciones e incorporar hábitos positivos a nuestras vidas. La autodisciplina alcanza su máxima expresión cuando la acompañamos de herramientas para optimizar nuestro tiempo, que nos ayudan a planificar y establecer prioridades. En futuros artículos hablaré de este tipo de herramientas, que por suerte están al alcance de todos.
Cómo construir autodisciplina
Mi manera preferida de explicar cómo aumentar nuestra autodisciplina es establecer una comparación con el levantamiento de pesas. Cuanto más entrenemos, más fuerza desarrollaremos y viceversa. De la misma manera que todos tenemos una musculatura más o menos desarrollada, también poseemos distintos niveles de autodisciplina que podemos desarrollar como si se tratase de un músculo.
Todo el que haga pesas sabrá que la única manera de conseguir que los músculos crezcan es hacer repeticiones que estén justo por debajo de nuestro límite máximo. Lo ideal si hacemos series 4×10 (levantar 10 veces las pesas en 4 series distintas) es no poder llegar a 11. Siguiendo con esta analogía podemos aumentar nuestra autodisciplina estableciendo retos que podemos cumplir fácilmente y que se encuentran dentro de nuestros límites a día de hoy.
Pongamos algún ejemplo para conseguir autodisciplina
Queremos desarrollar nuestra autodisciplina para estudiar 2 temas por semana. La media de páginas de cada tema en los libros de la UNED está sobre las 30 páginas. Eso supone 60 páginas a la semana, o lo que es lo mismo 8/9 páginas por día. Si no estamos acostumbrados a estudiar, posiblemente estudiar 9 páginas al día se encuentre fuera de nuestro límite en este momento.
Por lo tanto lo ideal sería empezar por 4/5 páginas al día y cuando hayamos asimilado perfectamente este nivel, debemos aumentarlo. La autodisciplina requiere un entrenamiento progresivo. Si no aumentamos el grado de dificultad no es posible avanzar
Por supuesto que la forma de estudiar en la UNED depende de las circunstancias personales (trabajo, familia) de cada persona. El ejemplo se basa en mis propios límites. Tengo trabajo a jornada completa y me he matriculado de 7 asignaturas en Primero de Grado.
Otro ejemplo puede ser obligarnos a madrugar. Queremos ganar una hora cada día antes de ir a trabajar para estudiar. Estamos acostumbrados a levantarnos a las 8 y queremos hacerlo a las 7. Quizá nos resulte demasiado brusco madrugar una hora de un día para otro y no lo consigamos la mitad de los días. Podemos empezar una semana despertándonos a las 7:30. Si superamos la semana inicial seguro que la segunda semana no nos cuesta tanto esfuerzo levantarnos a las 7.
Steve Pavlina habla de 5 pilares básicos sobre los que se sostiene la autodisciplina. A continuación resumiré en qué se basa cada uno de ellos:
1. Aceptación para conseguir autodisciplina
Debemos conocer y aceptar cuál es nuestra situación actual. Es imposible llegar a ningún sitio sin saber cual es el punto de partida. El error más común que comete la gente es fracasar a la hora de percibir y aceptar la situación actual. Pregúntate cuál es tu límite y acéptalo.
Si tu límite es 30 minutos de estudio al día debes aceptarlo y empezar a trabajar a partir de ahí. Si te engañas a ti mismo con tu límite inicial, dificilmente vas a poder mejorarlo.
Hay distintos tipos de autodisciplina, disciplina de sueño, de alimentación, de deporte, de comunicación, de trabajo, etc. Identifica en cuál de estos ámbitos tienes un nivel más bajo de disciplina y trata de mejorarlo estableciendo un plan de trabajo. Si tu meta es estudiar 9 páginas al día y sabes que necesitas 2 horas para hacerlo, tienes que buscar esas horas, porque ellas no van a venir a buscarte a ti.
No aceptar tu situación es sinónimo de ignorarla o negarla. Ignorarla significa no saber dónde estás, no conocer cuál es tu punto de partida. Mediante la negación nos estamos formando una percepción errónea de la realidad, que puede ser optimista o pesimista. Pensar de manera demasiado optimista acerca de nuestras posibilidades actuales nos puede llevar a rápidos fracasos. Por otro lado pensar de forma pesimista nos hará comenzar muy por debajo de nuestros límites reales y el aprendizaje y la mejora serán muy lentos. La única solución es aceptar la realidad tal cual.
2. Fuerza de voluntad para conseguir autodisciplina
«Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad» – Albert Einstein –
La voluntad es la fuerza que nos mueve a la acción. Haciendo un poco de analogía con la asignatura «Psicología de la motivación», la voluntad es la energía que nos activa y nos permite realizar acciones. Sin embargo esta definición ofrece un claro problema para nuestros intereses: toda fuerza nace y muere. Entonces … ¿Cómo podemos utilizar la fuerza de voluntad de una manera inteligente que nos permita alcanzar nuestras metas?
La fuerza de voluntad te ayuda a correr un sprint, pero no un marathon. Te permite ponerte a estudiar hoy, pero no aprobar una asignatura. La solución consiste en optimizar y dosificar esta fuerza para que dure el máximo tiempo posible.
A una persona que sufra de sobrepeso le supondrá una gran fuerza de voluntad alcanzar su peso ideal. Asi que en lugar de aplicar esa fuerza directamente sobre el problema, deberá aplicarla en crear las bases y la planificación que le ayudarán a conseguir poco a poco su peso ideal. Seguro que aprender unas nociones básicas sobre nutrición o comprar algún libro sobre recetas sanas y bajas en calorías no requiere demasiada fuerza de voluntad.
Pues empecemos por ahí. Más tarde podremos empezar a realizar una serie de ejercicios diarios de muy poca intensidad. Poco a poco la fuerza de voluntad que nos llevó a realizar estas acciones tan sencillas va desapareciendo pero nuestra estructura mental se ha modificado. Empezamos a vernos a nosotros mismos como personas mas sanas habiendo utilizado muy poca fuerza de voluntad y sin haber perdido ni siquiera un gramo de grasa por necesidad.
Seguro que os podéis imaginar que en esta situación tendremos muchas más posibilidades de alcanzar nuestro objetivo que en la situación inicial. Llegados a este punto debemos utilizar una nueva oleada de fuerza de voluntad para aumentar nuestro ejercicio diario y conseguir que las comidas sanas vayan paulatinamente ocupando nuestra dieta.
Para finalizar este punto quiero que te quedes con una imagen mental: Imagínate una carrera de relevos. Tú eres el testigo que llevan de mano en mano, y la fuerza de voluntad son los corredores que te llevan hasta la meta. Tú estás presente durante toda la carrera pero cada corredor recorrerá sólo un tramo. De nada sirve que el corredor número 3 comience su carrera cuando el testigo todavía se encuentra en manos del corredor número 1.
3. Trabajo duro para conseguir autodisciplina
Trabajo duro es todo aquello que requiera un esfuerzo por tu parte. Trata de evitar los caminos rápidos y fáciles hacia el exito, ya que los logros más importantes que obtendrás en tu vida serán consecuencia del trabajo duro. La mayor parte de la gente suele hacer lo que es más fácil evitando el trabajo duro.
Las oportunidades superficiales son muy fáciles de alcanzar y por esta razón tienen multitud de candidatos. Sin embargo las verdaderas oportunidades, aquellas que pueden suponer un cambio importante, están solo al alcance de quien ha trabajado duro. Por supuesto que requiere más esfuerzo llegar a ellas, pero tendrás que competir con menos rivales y los beneficios serán mayores. Evita la manzana que puedes alcanzar con la mano y trepa al árbol para coger la más alta.
Tener menos rivales supone concentrar tu esfuerzo en tu interior. Es decir, concentrar tu esfuerzo en el trabajo en lugar de malgastarlo en la competición. Cuando te acostumbras a trabajar duro y a esforzarte, verás que poco a poco comienzan a surgir a tu alrededor oportunidades que no se presentan a la mayoría. No importa a qué te dediques ya que puedes esforzarte en cualquier ámbito de la vida, ya sea en el terreno personal o profesional. El trabajo duro es universal.
Pondré mi ejemplo personal a la hora de idear este blog. He querido crear algo diferente, ofrecer algo que no se encuentre en el mercado. Por supuesto que existen multitud de buenas páginas donde también puedes descargar apuntes. Pero limitarme a hacer resúmenes sería ofrecer algo que ya se encuentra en el mercado.
Por esta razón he decidido crear unos resúmenes con comentarios personales, a veces irónicos, a veces explicativos. Pero lo más importante es que realmente ayudan a retener la información. Lo se por experiencia, ya tengo una carrera siguiendo este sistema. Siempre ha sido mi manera de estudiar desde niño y creo que puede suponer una ayuda para muchas personas que lleven tiempo sin tocar los libros.
Resumir con comentarios personales requiere más esfuerzo que hacerlo de la forma tradicional. No escribo una línea sin asegurarme que he captado perfectamente la idea y puedo explicarla con mis propias palabras.
También intento que mis artículos no sean simplemente definiciones extraídas de la «wikipedia» sino que leo libros y blogs sobre desarrollo personal y me documento para poder transmitir las ideas que considero más importantes y útiles. Por supuesto que yo también recibo algo a cambio, con vuestros comentarios y agradecimientos me animais a seguir explorando este ámbito que es una de mis pasiones.
También espero en el futuro obtener ingresos mediante publicidad para que como mínimo el blog pueda automantenerse, pero esto es algo que a día de hoy no he investigado en profundidad y me preocupa poco ya que mi principal objetivo en este momento es generar contenido útil y de valor para mis lectores. Como decía antes, los beneficios son posteriores al trabajo duro. Sin trabajo duro no generas valor, y sin valor no hay beneficios.
4. Planificación para conseguir autodisciplina
El concepto de planificación contrasta con el de trabajo duro, pero en el fondo todo está interrelacionado. La planificación nos ayuda a realizar aquellas tareas que aunque no nos supongan un gran esfuerzo, no podemos dejar atrás. No encontrar tiempo para realizar este tipo de tareas significa que tarde o temprano las tareas encontrarán tiempo por si solas y te pillarán ocupado mientras realizas el «trabajo duro».
Imagínate que vas a tener una reunión importante con tu jefe y varios clientes. Tienes que preparar una presentación en el ordenador y solo dispones de 2 horas. Cuando llevas 1 hora tu jefe te llama para decirte que la sala de reuniones está ocupada y que la reunión tendrá lugar en tu despacho.
El problema es que tu despacho parece una pocilga ya que nunca encuentras tiempo para ordenarlo. Pero los clientes van a venir y verlo así les daría una imagen pésima tanto de ti como de la empresa, por no hablar de lo que pensaría tu jefe… Asi que acabas las presentación de manera muy rápida, prácticamente sin repasarla ni corregir errores e inviertes la hora restante ordenando el despacho. Seguro que con una semana de antelación habrías encontrado un lugar mejor en el que colocar esa hora. Sin embargo la hora ha acabado colocándose sola.
5. Persistencia para conseguir autodisciplina
La persistencia probablemente sea el pilar más importante de la autodisciplina. Al comienzo del artículo definíamos la autodisciplina como la habilidad para realizar una tarea en concreto sea cual sea nuestro estado emocional. La persistencia es la habilidad para MANTENER esa tarea en concreto sea cual sea nuestro estado emocional. Si luchas por conseguir un gran objetivo, tu estado emocional a veces estará más alto y otras más bajo. A veces estarás más motivado y otras menos.
Palmero habla de la verificación de la congruencia en el segundo momento del proceso motivacional. Muchas veces observamos que los resultados que obtenemos de nuestras acciones no son congruentes con el resultado final que esperamos obtener. Esta falta de congruencia puede hacer que nuestra motivación decaiga. Sin embargo debes tener presente que tu motivación no es lo que produce resultados, sino tus acciones.
Esto no significa que siempre hay que ser persistente en lograr un objetivo. En algunas ocasiones es necesario arrojar la toalla. Si observamos una falta total de congruencia en todos los resultados que estamos obteniendo, quizá debamos replantearnos tanto nuestro objetivo como la conducta instrumental que estamos empleando para alcanzarlo.
De todas maneras la persistencia es algo muy personal. Depende de cada uno decidir hasta dónde quiere esforzarse por cumplir sus objetivos a pesar de las adversidades. Muchos de los grandes descubrimientos de la humanidad no habrían visto la luz si no fuese por personas que continuaron con su empeño a pesar de obtener resultados nulos. Y es ahí donde nacen los genios.