La homosexualidad se ha considerado como una conducta normal en unas culturas y un delito en otras como puede ser las cultura judeo-cristiana, en las cuales se tomó la homosexualidad como una tentativa contra los valores de la sociedad y de la familia ya que no llevaban a la reproducción de la especie y no servía para mantener la estructura social.
Se ha considerado como una enfermedad mental en tiempos recientes, considerando “enfermos” a los hombres y mujeres homosexuales ya que se pensaba que ellos querían seguir una vida heterosexual y algo se lo impedía.
A día de hoy la homosexualidad es considerada un estilo de vida u opción en nuestros días. Ya no está clasificada en el DSM como enfermedad mental, hoy en día no se trata de cambiar la orientación sexual si no que se les entrena en conductas y actitudes que les permitan llevar una vida sana y con los mínimos conflictos con la sociedad en la que viven.
Las terapias homosexuales en el tiempo
Me gustaría realizar un paso por la historia de la homosexualidad y las diferentes formas de tratamiento a nivel psicológico y psiquiátrico que hemos ido adoptando y cambiando hasta el día de hoy.
Primeramente las terapias tradicionales para la homosexualidad estaban basadas en el psicoanálisis o en la teoría del aprendizaje (modificación de conducta).
A día de hoy la terapia que se utiliza para que el colectivo de homosexuales pueda llevar una vida mas sana es la Terapia Afirmativa.
La inmensa mayoría de las personas LGTBI que visitan al psiquiatra o psicólogo clínico no buscan un cambio en su vida, si no, una aceptación de ellos mismos y conseguir una mejor convivencia con las personas de su entorno.
Origen del término Terapia Afirmativa
El término Terapias Afirmativas (originalmente “Afirmative therapy”), como su propio autor nos indica, fue acuñado en 1982, su uso y difusión es escasa.
Como hemos indicado anteriormente, este nuevo enfoque para la homosexualidad es considerado como un estilo o una opción de vida, tan normal como pueda ser la heterosexual.
Los valores de dicha terapia están afincados a la creencia de que los homosexuales desean aprender a vivir en paz con ellos mismos, con los demás y conseguir un mejor funcionamiento en el contexto social.
En algunas ocasiones el consultante necesita orientación acerca de si debe o no “salir del armario”, puede darse el caso de alguna persona que acaba de terminar una relación heterosexual y piensa iniciar una homosexual y no sabe cómo comunicarlo.
La cuestión de los hijos
También puede darse el caso de pareja homosexual con hijos que consulten si es conveniente revelarles su orientación sexual o tener expresiones de afecto con la persona con la que conviven, siendo ésta del mismo sexo…, o simplemente a expresar de manera individual su condición sexual a su entorno mas cercano.
Sabemos que los tribunales comparten los prejuicios homofóbicos de la sociedad considerando a los homosexuales como parejas que no pueden llegar a ser buenos padres y que los hijos corren el riesgo de “degenerarse”.
Esto es falso, según está demostrado en algunas investigaciones científicas realizadas, los hijos de homosexuales no tienen esta misma orientación en un porcentaje mas alto que los hijos de parejas heterosexuales. Al igual que ocurre en la crianza, tienen los mismos problemas las parejas homosexuales que las heterosexuales.
El psicoterapeuta que trate con consultantes homosexuales necesita conocer con detalle sus propios sentimientos y actitudes hacia los pacientes gays y cómo les afectan las normas sociales, de ahí la existencia de la terapia afirmativa LGTBI.
¿En qué consiste la Terapia Afirmativa LGTBI?
La terapia afirmativa LGTBI, es una terapia enfocada a proveer a los psicólogos de herramientas adecuadas de entendimiento y ayuda al colectivo LGTBI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales).
Tenemos que tener en cuenta como profesionales de la psicología que vivimos en una sociedad heterosexista, y que las personas bisexuales, gays y bisexuales se deben enfrentar a la violencia y la discriminación, de ahí que tengamos que entender que la estigmatización social, los prejuicios y la discriminación pueden llegar a ser focos de estrés.
Los profesionales de la psicología debemos entender, como hemos indicado en los párrafos anteriores, que la condición sexual de los gays, lesbianas y bisexuales no proviene de enfermedades mentales, entendiendo que puedan atraerse dos personas del mismo sexo.
Las personas bisexuales no son un grupo homogéneo, encontramos diversidad reflejada en la cultura, el desarrollo de la identidad, las relaciones., etc. En este caso hay estudios que desvelan que pueden tener niveles más altos de depresión, ansiedad, suicidio y abuso de sustancias que las personas lesbianas, gays y heterosexuales.
Dentro de la terapia afirmativa hay que tener en cuenta que el colectivo LGTBI debe adaptarse a condiciones hostiles en sus relaciones de pareja, a la desprotección que tienen a nivel legal y médico las familias del mismo sexo, junto con los problemas que conlleva el que puedan adoptar, a la hora de la decisión de una custodia o de un régimen de visitas a los infantes.
Las personas gays, lesbianas y bisexuales al ser grupos minoritarios, tienen que negociar sus normas y valores eso les puede llevar a situaciones de enojo, frustración y dolor, hay que tenerlo en cuenta como profesional de la psicología y conocer estrategias eficaces de afrontamiento.
Hay que tener en cuenta que es probable que a los jóvenes gays, lesbianas y bisexuales sean reacios a manifestar su identidad, eso conlleva a un alejamiento de su familia, iguales, ámbito laboral, escolar…, pudiendo tener bajo rendimiento en el ámbito escolar, depresión, consumo de sustancias o conductas sexuales de alto riesgo.
Las personas gays, lesbianas y bisexuales que ademas son discapacitadas, se encuentran ya no solo con el desafío de su discapacidad, sino también con el de su orientación sexual. Sería conveniente una exploración sensitiva ante la historia de victimización de la persona, requiriéndose una evaluación reflexiva.
Es importante tener en cuenta el impacto que tiene el VIH en la vida de estas personas.
El estatus socioeconómico de las lesbianas, gays y bisexuales suele afectarles con baja autoestima, conflicto familiar y problemas relacionales. Si su estatus es bajo suelen padecer depresión, ansiedad, vergüenza... y pueden persistir a lo largo de su vida.
Hay que tener en cuenta los problemas que los gays, lesbianas y bisexuales puedan tener en su lugar de trabajo, primeramente sobre las barreras para elección del puesto de trabajo, la ausencia de beneficios, como puedan ser permisos por el fallecimiento de un familiar, cuidado de los hijos… y la discriminación que pueden tener.
Gracias a la terapia afirmativa, los profesionales de la psicología podemos entender mejor a este colectivo minoritario y utilizar estrategias apropiadas siendo conscientes de todas las situaciones en las que este colectivo se puede ver afectado.