A raíz de la irrupción en los medios de comunicación de Francisco Nicolás (también conocido como el pequeño Nicolás), ha saltado a la palestra la palabra «megalomanía». Sin entrar a valorar en la falsedad o veracidad de lo que este chico cuenta, el forense que lo examinó llegó a la conclusión de que Francisco Nicolás sufre una «florida ideación delirante de tipo megalomaníaco».
Ideas delirantes
Para que una idea se considere como delirante debe cumplir los siguientes requisitos:
- ser una idea firmemente sostenida pero con fundamentos lógicos inadecuados.
- ser incorregible con la experiencia o con la demostración de su imposibilidad.
- ser inadecuada para el contexto cultural del sujeto que la sostiene.
Una vez que conocemos que estos son los 3 requisitos necesarios para que una idea se considere delirante, pasaremos a valorar el contenido de la idea siendo en este caso el tipo megalomaníaco.
Megalomanía
La palabra megalomanía deriva de dos raíces griegas que son «megas» (grande) y «manía» (obsesión). En este sentido podemos decir que la megalomanía es la obsesión por lo grande.
Según wikipedia: La megalomanía es un estado psicopatológico caracterizado por delirios de grandeza, poder, riqueza u omnipotencia. A menudo el término se asocia a una obsesión compulsiva por tener el control.
Una vez que hemos puesto sobre la mesa estos conceptos, lo que realmente me llama la atención es que en la entrevista a Francisco Nicolás el pasado sábado en «Un Tiempo Nuevo», ninguno de los periodistas consiguió que un chico de 20 años con una ideación delirante cayera en ninguna contradicción durante toda la entrevista.
Ante esto sólo se me ocurren 2 opciones: que diga la verdad y por lo tanto el diagnóstico sea erróneo o que el diagnóstico sea acertado pero se necesiten periodistas más informados sobre el tema para hacerle caer en esas contradicciones.